martes, 19 de abril de 2016

La Primera Señal: CAPÍTULO 5.



La Primera Señal: CAPÍTULO 5.

Sony fue al departamento que había alquilado, era su primera noche en la Argentina, y aquel día había sido más que suficiente para él. Se tiró en la cama, totalmente vestido y despertó a la mañana siguiente. Se sobresaltó cuando supo que estaba llegando tarde a una reunión de negocios, se vistió a gran velocidad y salió disparando.

Durante tres días, Sony no supo absolutamente nada de Kay. Repensó una y otra vez lo que diría en el nuevo congreso, donde estaba obligado a acudir, después de haber prometido que descubriría la identidad del asesino. La había descubierto, pero la verdad era tan dura para él, que le costaba afrontarla.

Llegó el día, Sony ingresó en el edificio, muchos lo saludaron alegremente. Sin duda, algunos confiaban en él. Para su desgracia, concurrió el doble de personas que la vez anterior, el rumor había pasado de boca en boca, hasta incluso la prensa invadía todas las puertas del recinto. 

Sony los evitó, para su suerte, ningún periodista sabía quién era. Entró en la cámara principal, fue recibido con aplausos, pues Sony, hace dos días, en un momento de insensatez, dijo haber descubierto la identidad de Hed. Apenado por su gran bocota, se sentó a un costado sin chistar. El presidente dio comienzo a la reunión.

- Bienvenidos partidarios de la G.N.U.M. Nos complace arduamente esta reunión, pues estamos hoy reunidos por el gran descubrimiento a manos de nuestro joven colega: Sony Dameron. No esperaba menos de ti, hijo- se dirigió a Sony- Hoy será un día para recordar, agradecemos a la prensa y a todos los concurrentes. Pero por favor, dejemos hablar al anfitrión de esta reunión.

El joven tragó saliva, se levantó, como un robot y caminó hacia el pedestal, donde se encontraba el micrófono, hubo un completo silencio.

- Buenas… buenas noches, colegas- Sony temblaba, el joven seguro que había pisado aquel mismo lugar hace tres días había desaparecido- Muchas gracias por el apoyo, de verdad. Sé que se me ordenó investigar a fondo al gran cazador de bestias…Van Robin Hed. Quien ha ejercido cargos contra la humanidad y hoy se encuentra prófugo de la justicia- Sony miró a todas las cámaras, fila por fila, y con temor descubrió que en la primera fila se encontraba un hombre distinto a los demás: joven, flaco, llevando lentes de sol y una gorra. La atención y la emoción de los espectadores habían puntualizado tanto sobre el joven Sony, que absolutamente nadie sospechó de aquel hombre, vestido informalmente para la ocasión. Pues solo Sony, sabía perfectamente quien era aquel sujeto- Es curioso… parece ser un hombre común y corriente, pero no lo es. Oculta algo, y haré hasta lo imposible para descubrir que es. Pero por el momento… no hay certezas de nada. En síntesis, no tengo idea de quien se trata. Muchas gracias- Sony salió disparando, los diputados y senadores discutieron entre sí, las voces se acumularon en exceso, como desechos en un basurero. 

Discusiones, opiniones y debates de aquí a allá, en contra y a favor de Sony. El joven corrió tras su amigo, pero cuando llegó hacia donde estaba, no lo encontró. Evitó nuevamente a los periodistas, e incluso al mismísimo presidente de la nación  y se fue en menos de lo que canta un gallo.

No pudo evitarlo, la prensa lo perseguía a las corridas, los engañó y se ocultó detrás de una cerca. Con temor a salir otra vez, permaneció allí por un buen rato, hasta que se adentró en la propiedad donde estaba. Subió una torre, una vez llegó a la cima, descubrió que estaba en la mismísima torre de reloj, una reliquia de hace 100 años. 

Sony estaba en la terraza de la torre, justo a un lado del gran reloj. Se sentó allí a pensar y contempló las calles, lo vehículos transitando, los peatones caminando, las plazas, los edificios, las casas, hasta creyó reconocer a un número indefinido de puntitos como los periodistas enloquecidos que lo perseguían hace un rato. 

Respiró profundamente y se acostó en el piso de aquella torre, mirando las estrellas, pues la noche ya se acercaba. Durmió allí, comió los dulces que tenía en los bolsillos y volvió a descansar.

Sony abrió los ojos, no se molestó en moverse, pues se sentía muy cómodo; observó al sol aproximarse en el este y escuchó los primeros cantos de las aves anunciando el nuevo día, ya podía volver a su casa. Intentó levantarse y no pudo, intentó moverse y tampoco pudo. 

Sony hizo lo posible para no entrar en pánico, era incapaz de sentir a su cuerpo en movimiento, especialmente a la cabeza. Sus ojos eran lo único que podía controlar. Miró hacia abajo… y fue testigo de lo inexplicable, su cuerpo entero, estaba cubierto por una gran roca, en forma de estatua, su peso podría haber sido de una tonelada o aún más, no estaba seguro. 

Mantuvo la calma, creyó que cerrando los ojos este extraño fenómeno desaparecería, pero no. Estuvo horas queriendo librarse de aquello, pero nada podía hacer, estaba totalmente inmóvil. Finalmente se durmió y despertó de un golpe, en su estado normal. Pensó muchas veces en que el estrés y la tristeza lo habían hecho imaginar cosas, pero algo le decía que aquel episodio… había ocurrido en verdad.
         




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