miércoles, 31 de enero de 2018

Los Tres Medallones: CAPÍTULO 20.



Los Tres Medallones: CAPÍTULO 20.

- Aún puedo salir de aquí, con vida…- pensó Meddes, tendido en el suelo, arrastrándose por la tierra que se agrietaba hasta desmoronarse, aquel abismal muro conocido como ‘‘El Limbo’’ se desplomaba y todas sus partes se desprendían 10.000 metros de altitud…

Arcas Sannon, ahora el sacerdote Meddes, contemplaba dicho final y lo comparaba con el escenario de destrucción de Morgana. A fin de cuentas, ambos mundos perecían.

Los rayos abrían los cielos y exterminaban los últimos rastros del Templo de la Muerte, que cómo Meddes sabía, había sido nombrado así debido a que guardaba el TORQUEM, el único artefacto capaz de controlar al PRODIGIUM, el dios de la muerte o el caos…

La columna vertebral por fuera de la piel de Meddes, que funcionaba como un armazón, se desprendió de su cuerpo y le quitó peso; dejándolo completamente desnudo, a gatas sobre el suelo.

Chasqueó los dedos con sus pocas fuerzas y una tapa metálica apareció en su palma, la mitad del medallón…

Meddes estaba herido, débil y cubierto de varias lesiones graves; sin embargo, no procuraba rendirse… podía encontrar otro sueño y aferrarse a él. No tenía por qué morir allí.

Y entonces… la tapa de bronce que sostenía en la mano brilló tan intensamente que lo cegó de su único ojo sano.

Un individuo apareció a sus espaldas, el sujeto con la armadura aterradora y aquel casco con formas puntiagudas: Hariet.   

- ¿Con vida, aún?- fue lo primero que le dijo. Meddes suspiró y siendo incapaz de levantarse, movió la cabeza hacia su hombro para examinarlo- Hiciste bien, sacerdote. Muy bien. Todo lo que me dijiste era cierto… - a continuación, un rayo penetró una porción del muro, lo que causó una explosión, varias rocas los acecharon. Hariet ni siquiera le dirigió la mirada a los peñascos que procuraban aplastarlos, cerró el puño y dichos escombros se congelaron hasta derretirse mediante un fuego azulado.

- Los poderes de Amdor… ¿Cómo?- vociferó Meddes, petrificado.

- Otra de mis metas es poseer todos los corazones del cofre- respondió Hariet- Seré incluso más fuerte que Amdor y Tritán juntos.

- Esos elementales murieron…

- Exacto. Lo que hizo más fácil la extracción. Eso no es todo… - Hariet realizó una pistola imaginaria con los dedos y un hilo eléctrico destruyó una roca a lo lejos- Los poderes de tres elementales… mediante la técnica que me enseñaste.

- Vi las memorias de uno de los JEN, su cuerpo se esfumó durante la explosión en la Isla Flotante.

- Se transportó al MUNDO HELADO, muerta. La encontré y le quité el corazón. Los otros dos fueron más difíciles de hallar…

- ¿Sabías lo del gran precepto, verdad? ¿Sabías que ninguno de los dos podía morir si el otro vivía?

- Si… - se escuchó una risita repugnante bajo la máscara- Mis poderes son todo un misterio, sacerdote. Apenas llevo un año con mi verdadero cuerpo y me cuesta acostumbrarme. De alguna manera, LO SABÍA. Y no te lo dije porque tenía la esperanza de que te mataran. ¿Qué podría esperar de esas almas bondadosas? Son incapaces de ensuciarse las manos…

- Quiero saber otra cosa- insistió Meddes, mientras preparaba la mitad del medallón a escondidas, le tardaba más de lo planeado por lo débil que se encontraba- Sellaste al demonio del elemental de la lava por un día y algunas horas, así terminaría al mismo tiempo que el sello del elemental del fuego. Ambos monstruos tomarían el control al mismo tiempo y yo podría entrar al templo sin dificultades para robar el TORQUEM…

Hariet hizo aparecer dicho collar en su mano, dando a entender que lo había recibido correctamente.

- Ese era tu plan A, pero lo que realmente querías era que se efectuara el Plan B. El cual consistía en que los JEN se libraran del control de los demonios, me mataran y entraran al templo para salir con el collar.

- Muy inteligente, sacerdote. No eres ningún tonto. Así fue, si ocurría la segunda opción, sólo se los robaría cuando tuviera oportunidad, los tengo vigilados…

- De cualquiera de las dos formas, el collar sería tuyo…

- Soy muy cuidadoso, después de todo, tú sabes que esto es parte de un plan mayor…

La mitad del medallón estaba cargada y Meddes estuvo apunto de escapar, pero Hariet fue rápido y le pisó la mano que llevaba el artefacto. Meddes suspiró y dijo.
- ¿Vas a matarme, no es así?

- Oh…- susurró Hariet y segundos después, le enterró su enorme espada (con el mango en forma de calavera) en la espalda, Meddes falleció al instante- Ya no me sirves, y tu ambición… es peligrosa para mí.   

Tomó la mitad del medallón de la mano muerta del sacerdote, hizo aparecer la otra parte que portaba y combinó ambos fragmentos, cómo si fuera un betún para calzado.

Las dos piezas conformaron un medallón de bronce, reluciente. Hariet quitó la espada ensangrentada de la espalda de Meddes y le habló al cadáver cómo si pudiera oírlo.

<< Cómo Tritán temía no poder controlar todo su poder, creó artefactos para facilitar las cosas. Sus habilidades más asombrosas pasaron a TRES MEDALLONES. El medallón de oro, el medallón de plata… y el que tengo entre manos, el medallón de bronce… el único que te permite viajar a cualquier lugar del universo en instantes, no importa cuan lejos sea. >>

Hariet envainó la espada en su cinturón plateado y sepultó el medallón de bronce dentro de su cuerpo por arte de magia, gimió del dolor y la excitación. La armadura se vio rodeada de brillitos hasta que desaparecieron sin dejar rastro.

Hariet exhaló e inhaló con aquel casco cubriéndole el rostro, así como también flexionó las rodillas durante la absorción.

<< Soy capaz de absorber cualquier cosa. Soy único, como dijeron los Ryanos. Soy Hariet… >>

El siniestro personaje miró hacia el horizonte, donde yacían las ruinas del Templo de la Muerte.

<< Te dije que un día pagarías por todo lo que me hiciste, titán Vrogh. Se acabó tu vida al fin. Te manipulé a mi gusto y ahora los JEN están indefensos… desprotegidos. El poder de Tritán, lo que me negaste, también será mío. Falta poco. La balanza continúa estando a mi favor >>

El Oscuro se quitó el casco y este cayó al suelo con pesadez. Luego, alzó el collar (el TORQUEM) y un vórtice se abrió en el cielo, del otro lado… yacía la figura irreconocible del ser más horrendo del universo. Gimió abruptamente y detuvo lo que estaba haciendo, el vórtice se cerró rápidamente.

- Aún no tengo todo lo que necesito para hacer esto- se dijo a sí mismo- Sólo hace falta un reencuentro


Hariet contempló el paisaje a su alrededor (aquel mundo muriendo y pudriéndose) desde lo alto de una roca, con sus dos malévolos ojos grises. 


Fin



Capítulo 1: Mal Augurio
Capítulo 2: El Despertar de la Bestia. Parte 1
Capítulo 3: El Despertar de la Bestia. Parte 2
Capítulo 4: La Tierra y el Fuego
Capítulo 5: La Cueva
Capítulo 6: El Planeta Agda
Capítulo 7: Fismut, El Mago
Capítulo 8: Jhor, El Vidente
Capítulo 9: La Maldición de Reroriam
Capítulo 10: Ghryaú, La Roca de Fuego
Capítulo 11: La Sombra
Capítulo 12: El Día sin Final, la Noche sin Estrellas, el Mundo del Vacío
Capítulo 13: El Templo de la Muerte
Capítulo 14: Guerra entre Hermanos
Capítulo 15: Sony
Capítulo 16: La Última Voluntad. Parte 1
Capítulo 17: El Origen de los JEN. Parte 1
Capítulo 18: La Última Voluntad. Parte 2
Capítulo 19: El Origen de los JEN. Parte 2

Capítulo 20: Los Tres Medallones


Nota del autor: 
¡Si llegaste hasta aquí, gracias por leerlo! Nos acercamos a la recta final y la novela que finalizará dicha historia será: 

La Guerra de las Bestias 5: El Medallón de Plata
(llegará a finales de Abril del 2018)

Si sos nuevo/a te invito a leer las novelas anteriores, LINKS abajo. (La opción ''ENTRADA MÁS RECIENTE'' te permite avanzar de capítulo)




El Origen de los JEN. Parte 2: CAPÍTULO 19.



El Origen de los JEN. Parte 2: CAPÍTULO 19.

Fismut se acercó a los JEN, ambos estaban exhaustos, y se sentaron en los suelos. Ignoraron al mago e intentaron recuperar el aliento. Sin embargo, el mago fue a cerciorarse que los gemelos estuvieran muertos, examinó los cadáveres y dijo en voz alta, en un tono bastante frío.
- Están muertos.

Vrogh asintió y observó a los jóvenes con devoción. A continuación, su altura se redujo a unos diez metros y su cuerpo empezó a desaparecer, en fragmentos pequeños, cómo si fueran las chispas de una hoguera.
- Todo lo que hice estuvo mal, pero hoy logré cambiar eso. Gracias… Kay y Sony. Por devolverme la esperanza y la felicidad. El futuro está en buenas manos.

Los elementales contemplaron como la colosal figura del titán empezaba a desvanecerse; arrancando por las piernas, la cintura, el torso y terminando por el rostro.  

- Huyan de aquí, rápido. Mi poder era lo que mantenía este mundo, sin mi existencia, dejará de vivir.

Los JEN asintieron, se levantaron, visualizaron a Grok y Bag exterminados, ninguno de los dos podía creer lo que habían hecho y la fuerza existente que probablemente aún no había alcanzado su límite.

En cierto modo, estaban bastante aturdidos. El origen de los JEN y la batalla contra sus propios demonios, los habían cambiado por completo. Miraron a Vrogh, sin ninguna expresión y se marcharon.

- Fismut, toma el collar. Es vuestra responsabilidad.

El mago subió las escaleras hasta el pedestal, quitó el cuadrado transparente que lo protegía y tomó el insólito collar, el denominado TORQUEM. Fismut se quedó analizando dicho artefacto, petrificado.

- Entiendo tu reacción- dijo la cabeza flotante de Vrogh, que se ausentaba poco a poco- Fue lo que tu padre FARGOS, deseó poseer para vengarse de mí. No quieres que lo sepan, aún… ¿verdad?

- Fue mi error que el arqueólogo encontrara el corazón oscuro y se convirtiera en Hariet. Si no fuera por mí, no habría dualidad. Lo reconozco, titán. 

- La guerra de las bestias se aproxima, ten cuidado.

- Lo tendré- afirmó Fismut.

- Yo siempre te observé, Fismut. Y sé que tuviste que tomar decisiones difíciles, pero recuerda que hay una solución para todo. Adiós, mago. Cuida a los más jóvenes.
El rostro de Vrogh desapareció por completo y su esencia se evaporó.

- Adiós, Vrogh- dijo Fismut con una sonrisa.

De repente, el líquido que cubría el techo se esfumó, hubo un temblor y las paredes se desprendieron; las columnas cayeron. El templo de la muerte se desmoronaba. Fismut salió de la habitación a toda velocidad.


FUERA DEL TEMPLO:

Natal cerró los ojos cuando Lepra terminó de contar la historia completa.
- ¿Y bien? ¿Qué opinas? - le preguntó el joven morgano.

- Qué hicieron mal en hacernos creer cualquier cosa, ahora entiendo por qué los compañeros de Fä se burlaban de Kay o por qué Xón le dijo a Kay: ‘‘Mi señor’’- respondió Natal entre suspiros, luego elevó la voz- ¡Maldita sea! ¡Todo tiene perfecto sentido ahora! Sin embargo… ¿Por qué ellos de todos los humanos que existen en el universo? ¿Por qué ahora en esta época y no fue en el pasado o después en el futuro?
- Te enfocas en trivialidades. No lo sé y tampoco importa. Ellos fueron elegidos por Tritán y punto.

Natal se echó a reír, pero fue una carcajada sin gracia.
- Me voy a volver loco…

Natal y Lepra continuaban conversando sobre la historia de los titanes y los JEN. Mientras tanto, un individuo yacía tendido en el suelo, atravesado por varios cuchillos de cristal en toda la espalda; escuchaba todo mediante el súper oído y aprovechó la distracción para curar sus heridas a través del círculo de los magos (Böju). En ese instante, pensaba.

- Ya entiendo lo que hiciste, Oscuro. Le diste un solo día de resistencia al sello del joven Sony para que se quebrara al mismo tiempo que el del otro JEN. Así los monstruos tomarían el control definitivo al mismo tiempo y yo podría entrar al Templo para robar el collar sin problemas. Sin embargo, esa era la primera opción… ME MENTISTE. Nunca me dijiste sobre el gran precepto, lo hiciste a propósito. Creíste que, si la primera opción no funcionaba, se librarían de los monstruos, Sony rompería la marca negra y me eliminarían. Ellos entrarían al templo, en lugar de mí (cómo pasó) y saldrían con el collar. Luego te encargarías de robárselos de alguna manera. Lo único que siempre te importó es deshacerte de mí…

Los cuchillos que lo mantenían inmóvil se quebraron y Meddes pudo levantarse.
- Al final de todo, me aferré a un sueño y lo cumplí. Marqué la vida de los JEN, era lo mínimo que podía hacer, ellos marcaron la mía cuando me enteré de su existencia y decidí visitar el museo de Morgana siendo tan sólo un niño. Causé un problema irreparable, una separación, la batalla entre ellos sólo fue el principio… - pensó y dijo en voz alta, examinando a los elementales conversando entre ellos- Si Hariet cree que puede quitarme del camino está muy equivocado. Yo terminaré con lo que más ama
   
Una serie de llamas violetas rodearon a Lepra y Natal en un santiamén. Meddes se les acercó, rengueando.
- El último morgano morirá hoy- dijo Meddes.
- Realmente nunca te mueres- dijo Lepra, apretando los dientes. Natal yacía serio en silencio.

Meddes se quitó la capucha y todo el traje oscuro. Ambos elementales pudieron contemplar aquel rostro por primera vez. Su reacción fue exactamente la misma a la que tuvo Sony cuando la vio, de impresión. Parecía un anciano de setenta años, con la piel caída, porosa, hinchada y deformada; en donde debería estar su ojo derecho, yacía una venda blanca que le cubría la mitad del cráneo, una mancha de sangre sobresalía (Hariet se lo había quitado). Era calvo y tenía la piel blanca, además, su contextura física resultaba ser muy delgada, como si fuera anoréxico. Su único ojo a la vista era de un color verde claro, sin pupila.

En anteriores batallas, la piel de Meddes parecía estar echa de acero cuando lo atacaban cuerpo a cuerpo, finalmente se revelaba el por qué. Vestía una armadura hecha con huesos en el torso, la espalda, los genitales, las piernas y los brazos. Estaría completamente desnudo si no fuera por aquel blindaje.

La túnica negra cayó a un costado y se encendió en ese particular fuego violeta hasta extinguirse.

Natal finalmente entendía por qué le salía sangre desde la capucha: Meddes había perdido un ojo. El profesor dedujo que no había pasado mucho tiempo y que la herida no estaba tratada…   

La horrible figura del antagonista asqueó a los presentes. Sin embargo, Lepra cerró los ojos, utilizó el bastoncito de Fä y mediante el círculo de Böju, dicha herramienta se transformó en una espada afilada.

Natal no se quedó atrás y buscó la espada de Xón (que había quedado olvidada tras la batalla entre los hermanos), la empuñó y un ligero viento la rodeó; invisible ante los ojos, pero notable para el viejo elemental.

Meddes flexionó los dedos, cruzó los brazos y apoyó las palmas sobre su pecho, rápidamente estiró sus extremidades e innumerables cuerdas emergieron, rodeadas de un aura celeste.

Lepra pisó la tierra y un peñasco de diez metros brotó desde los suelos para protegerlos. Las cuerdas envolvieron la roca y la revolearon por los cielos, dichas cuerdas mágicas estaban atadas a los dedos de Meddes.

El sacerdote se acercó a ellos, no le quitaba el ojo de encima a Natal.

- Prometo reunirte con tu hijo no nacido- le dijo.
- ¿Cómo… cómo lo supiste? - titubeó Natal, asombrado. 
- Lee mentes- le dijo Lepra-  Él busca y encuentra tus cargas y tus miedos, quiere hacerte perder la cabeza.
- No es divertido si se lo cuentas- vociferó el delgado villano.

Natal apretó los dientes y fue al ataque, alzó la espada para cortarlo en dos, pero Meddes usó sus hilos y estos quebraron al arma blanca en varios pedacitos. El elemental del viento se echó para atrás y utilizó algunas bolas de aire, lo que le permitió atacarlo y alejarlo del enemigo al mismo tiempo. Estas bolas sobrenaturales (a diferencia de las de Kay) no sólo embestían, sino que causaban una onda expansiva intencional que le permitía a su usuario, alejarse del peligro.

Lepra se sintió rechazado por Meddes, quien parecía sólo estar interesado en Natal. A continuación, Meddes usó sus hilos para atrapar al elemental del viento, sin embargo, Lepra cortó dichos hilos con su espada, luego agitó la mano y el sacerdote se vio rodeado por dos enormes rocas que lo aplastaron.

O eso creyeron. Meddes había estirado los brazos para cada lado, apuntando a las rocas con las palmas. Luego, rayos celestinos las perforaron por dentro, provocando un túnel en ambas, perfectamente simétrico. Meddes creó otro agujero para salir por él.

Sus hilos se habían desvanecido y no tardó en hacer aparecer su oscuro bastón por arte de magia.

- Acércate un poco más, viejo elemental- le dijo Meddes a Natal- Quiero conocer más de ti, necesito estar a una determinada distancia para leer tu mente y revelar tus secretos.

- No te conviene intentarlo, estoy lleno de memorias. Viví una larga vida…- río Natal con soberbia.

Aunque Natal no supiera que el sacerdote llevaba una enfermedad que lo hacía envejecer más rápido, Meddes se tomó muy mal el comentario y con furia, levantó su bastón y las dos rocas que Lepra había creado se elevaron por los aires y cómo misiles, los acecharon.

Lepra fue rápido y formó una gigantesca pared que funcionó de escudo. Las rocas colisionaron contra dicho muro y todo se desmoronó, el polvo rodeó el ambiente.

El elemental de la tierra estaba lejos de quedarse de brazos cruzados, mutó al minotauro, vestido con la armadura y empuñando su amenazadora hacha; y atacó al sacerdote.

Lepra portaba el hacha en su mano derecha y la espada (bastón de Fä) en su mano izquierda. Agredió a Meddes con ferocidad, quien utilizaba su bastón para luchar y defenderse.

Ambos combatían enceguecidos por el odio que el otro les provocaba. Natal notó esto y creyó que, aunque Lepra ganara, podría perder el rumbo…

- El poder de nuessstro antecesssor es asssombroso, ¿No lo creesss? - le dijo Meddes con cierta risa irritante.
- Hoy voy a vengar a toda mi gente, lunático. He soñado con este día desde que nací- gruñó el minotauro, expulsando humo de su gran hocico. La batalla entre armas continuaba.
- ¿Qué sabes tú de ‘‘tu gente’’? Eras sólo un bebé cuando Morgana pereció por mis propias manos. Te hubieran menospreciado tanto como a mí, jovencito. Eran seres enfermizos y manipuladores. Especialmente tu maestro…
- ¡No te atrevas a hablar mal de Fismut delante de mí! - le gritó el minotauro y usó la espada para estocarlo, pero falló.
- Es la verdad. Si él es tu mentor y fue el mío, eso nos haría compañeros. Fismut es peor que yo, su mente está más retorcida que la de cualquier lunático. Tú que lo conoces de cerca, de seguro lo entiendes… sólo te está usando- Meddes se limitaba a defenderse de los ataques de la bestia para poder conversarle- Eres uno de los portadores, los morganos le tenían terror al poder desconocido. Como dije, te hubieran odiado. Amdor fue respetado y temido al mismo tiempo; sus habilidades se llegaron a tomar como maldiciones…
- Habla todo lo que quieras, Arcas. Hoy morirás.
- ¿Quieres provocarme llamándome por aquel nombre? Ya no significa nada para mí- aquel ojo verde examinó al formidable minotauro que lo enfrentaba- Eres una belleza. Realmente Amdor ha sido mi ejemplo a seguir desde pequeño. ¿Cómo hizo para forjar ocho elementos y ocho criaturas? Es un misterio. Te miro y me traes tantos recuerdos de cuando investigué su libro y leí sobre las habilidades que fueron a parar a la Tierra. Yo desconocía la historia de los Elementales y del Oscuro hasta que conocí a mi compañero, él me la contó.
- ¿Trabajas con el Oscuro? Debí imaginarlo…- vociferó la bestia- ¿Él fue quien te quitó el ojo derecho?
- Eso no es lo importante- respondió el sacerdote- A mí me intriga saber por qué mi compañero creía que existían NUEVE corazones y no OCHO. El libro de Amdor que mi padre había robado, especificaba sólo ocho… es un misterio. Y creo saber quién tiene la respuesta…  
- Sólo quieres hacerme dudar de mi maestro- dijo Lepra rápidamente.
- ¿Tú crees que eres su hombre de mayor confianza? ¡JÁ! Fismut sólo se preocupa por una persona… él mismo.
- ¡BASTA! - el minotauro realizó la transformación a la inversa, es decir, volvió casi todo su cuerpo (a excepción de los brazos y las manos) al de un ser humano.

Lepra miraba a Meddes, furioso. La espada y el hacha presionaban contra el bastón oscuro del sacerdote. A continuación, el círculo de los magos apareció bajo los pies de Lepra, con los cinco segmentos…

- ¡No, Lepra! ¡Debe haber otra forma! - le gritó Natal, observando la batalla.

- ¿Qué esss essso? - preguntó Meddes, sorprendido.
- Lo que perfeccioné durante años para derrotarte. El círculo COMPLETO de los magos- los enormes brazos del minotauro se achicaron a los del joven humano y la luz que emitía el círculo, poseyó a Lepra por completo. Sus venas se hicieron visibles en todo el cuerpo y la cara, mediante una luz celestina, su cabello se erizó y un aura azul (cómo fuego) lo envolvió. Hasta su voz se había tornado resonante, emitiendo un eco pronunciado- Es tu fin- Apretó el hacha y la espada con tanta fuerza que se hicieron añicos, los soltó y tomó al bastón oscuro con sus manos.

El arma que había quitado la vida de tantos seres, se hizo añicos y Meddes gimió del dolor cuando Lepra le pegó un puñetazo en la cara, inmediatamente después.

El elemental de la tierra era mucho más fuerte, rápido y habilidoso que antes. No necesitaba de su elemento ni de su contraparte para enfrentar al imponente sacerdote.

Torturó a Meddes mediante puñetazos, codazos, rodillazos y patadas. Fueron tan intensos los ataques que la armadura esquelética del sacerdote comenzó a agrietarse…

Natal estaba muy preocupado. Debido a que, durante la guerra entre hermanos, Lepra le había explicado que, al usar todo el poder del círculo, moriría. Pero ya nada podía hacer, los últimos dos morganos se batían en un duelo final.    

Ni siquiera podía pensar en la duda que el sacerdote había planteado… ¿El corazón de Hariet no pertenecía a Amdor?

Meddes río como un desquiciado, su horrible rostro estaba cubierto de nuevas heridas y moretones.

- Yo supe que Fismut tildó al titán Vrogh como una amenaza debido a que lo culpaba del genocidio que YO hice. Por eso les hizo creer a los JEN que era un enemigo y un espíritu malvado, temiendo que, si sabían la verdad, se podrían de su lado…- dijo Meddes, jadeando. Natal se sobresaltó.

- ¿Y eso qué? – preguntó Lepra, quien descansaba por unos segundos a unos metros de su contrincante.

- Bueno… odio que me saquen el crédito. Lo más lógico para terminar contigo es eliminándote de la misma forma que a ‘‘ellos’’. ¿No crees? – Meddes alzó su huesuda mano hacia el cielo- El hechizo genocida… el gran rayo destructor terminará con todo. Sólo un mago capaz de usar el Böju y el Yöbu puede invocarlo…- hubo un estruendo y el oscuro rayo salió de la palma del desdichado; creció y se alzó hacia el cielo, para dar la vuelta y caer en la tierra. Tardó varios segundos en conformarse hasta que nada más salió de la palma de Meddes y el rayo pudo girar para penetrar los suelos- Probablemente agote casi todas mis fuerzas y acorte mi vida, como aquella vez… pero le daré fin a los ‘‘héroes’’.
Natal creó una esfera de aire a su alrededor, pero intuía que de nada serviría. Lepra yacía con la mirada en los cielos, serio. La energía proseguía en su sistema e intentó lo impensable.

- ¡Natal! ¡Elévame por los cielos! ¡AHORA! - le gritó Lepra.
- ¿Estás loco? Vas a ser atraído por el…
- ¡HAZLO! - vociferó la resonante voz de Lepra con la energía completa del Böju fluyendo por su sangre.

Natal frunció el ceño e hizo un gesto rápido, como si estuviera lanzando una pelota. Al instante, Lepra se elevó por los cielos debido al viento que el viejo profesor había creado para impulsarlo.

El elemental de la tierra sacó el súper temporizador espacial (el cual estaba hecho de metal) de su bolsillo y estiró el brazo que lo portaba por encima de la cabeza, todo esto ocurrió en los aires.

El plan funcionó y el rayo negro se dirigió hacia Lepra en un santiamén (el súper temporizador espacial acababa de funcionar como pararrayos).

- ¡NO! – gritó Natal.

Meddes jadeaba, sin embargo, estaba muy atento a lo que ocurría.

Lepra usó la energía del Böju y el corazón de los elementales para tomar el colosal rayo y succionarlo. Gritó desesperado y una luz blanca cubrió la escena.

Cuando finalmente Natal y Meddes pudieron abrir los ojos; Lepra había logrado su cometido, salvándolos a todos y desplomándose por los aires, completamente normal.

Natal usó el viento para que cayera en sus brazos y lo acostó en el suelo. Le tomó la presión y notó que aún estaba con vida, pero parecía que pronto fallecería. En la mano portaba el súper temporizador espacial hecho cenizas.

Aún con fuerzas para luchar, Meddes usó sus cuerdas mágicas para tirar a Natal desde atrás y arrastrarlo por los suelos.

- Sólo quedas tú- dijo. Natal notó que su aspecto había cambiado, ahora parecía un jorobado de 80 años- Puedo ver en tu mente que le temes a las alturas…

- Envejeciste- vociferó Natal, deslizándose por los suelos y el camino con los cristales del Templo de la Muerte.

- Nací mal. Ahora muere- Meddes lo llevó hasta el final del camino y lo tiró al abismo para que Natal cayera 10.000 metros. Tuvo que hacer más fuerza de la normal para revolear al elemental a través de sus hilos.

El profesor intentó usar el viento para impulsarse, pero Meddes agregó un extra y le incendió las extremidades con el fuego violeta. En el proceso, los anteojos del profesor se desprendieron de él y sucumbieron los 10.000 metros. Natal, lleno de terror, cayó al abismo y lo último que pensó fue:

‘‘- Relájate y concentra la energía en tu interior, guíala hacia tu corazón y haz que fluya a través de ti…’’ (…)[1]

El templo de la Muerte tembló, sus paredes comenzaron a caer, todas sus partes se desmoronaron y destruyeron la escalera, la entrada y las columnas exteriores. Kay y Sony salieron antes de su destrucción, acompañados por Fismut. Se quedaron tiesos al ver como Meddes había envejecido repentinamente.

Meddes creía haber acabado con el viejo profesor y avanzó hacia los JEN. De todas maneras, fue sorprendido.

- Oye… ¿No te olvidas de mí? ¿Verdad? - dijo una voz a sus espaldas. Meddes volteó y sintió un profundo temor.

Natal estaba VOLANDO por los aires, flotando cómo si fuera un globo aerostático.

No hubo pausa, Natal movió los dedos y Meddes se tropezó, cayó de espaldas al suelo. Natal no fue compasivo y le quitó el aire para respirar. Meddes gemía, ahogándose. Sus arrugas se tensaban y todas sus venas se vislumbran con claridad mientras era sofocado.

Dick Natal aterrizó a centímetros de él y lo miró con pena. Razón por la cual le devolvió el aire y Meddes no murió. El elemental quiso tomarlo de la mano para que se levantara y este se rehusó, atemorizado. Cómo si Natal fuera un monstruo.

- No comprendo por qué tanto terror. No voy a matarte, no soy como tú- Meddes y Natal cruzaron miradas, a lo que el profesor agregó- Aunque no parece ser aquella la razón…
- Entonces… ¿No lo sabes? - preguntó Meddes, anonadado y derrotado.
- ¿Saber qué? – dijo Natal, confundido.
Meddes sólo se limitó a examinarlo con su único ojo y se quedó en silencio. Natal no insistió, ya que creía que estaba delirando.  

- ¡Lo venciste! - exclamó Sony, quien se acercaba junto a Kay y Fismut.
- Lindos trajes- les dijo el profesor, feliz por ver a Sony de vuelta en sus cabales y al joven Kay vivito y coleando. No podía decir lo mismo de Fismut…
- ¿Dónde está Jhor? - preguntó Kay, inmediatamente después.
- Falleció antes de que yo entrara al templo- informó Fismut y miró a su alrededor- ¿Dónde está… Lepra? - y lo encontró a metros de distancia, inconsciente. 
Kay y Sony apretaron los dientes al escuchar eso, pero no hubo tiempo de lamentos. Todos juntos fueron hacia donde estaba Lepra. Dejando a Meddes… sólo.
- ¿Por qué… por qué nunca le importé a nadie? - susurró Meddes.

Natal le hizo RCP a Lepra, pero no hubo caso. Fismut intentó curarlo con la magia y tampoco funcionó. Lepra estaba al borde de la muerte…

- Vamos, Lepra. ¡No te dejes vencer! – le exclamó Sony, con lágrimas en los ojos.
Kay apretaba los dientes, triste.

El elemental de la tierra, morgano y mago tenía el rostro manchado, con algunas heridas y suciedad; los ojos cerrados y los labios secos. Natal le había quitado la parte superior de su túnica, dejando su abdomen al descubierto, para poder practicarle el RCP.
Después de largos minutos, Natal se rindió.
- Ya no hay nada que podamos hacer- dijo y rezó. Kay y Sony repitieron el gesto.
- Sí que la hay…- dijo Fismut y se quitó la túnica blanca; debajo vestía una camisa medieval del mismo color, se levantó las mangas y los elementales notaron que el mago tenía una gran venda rodeándole toda la mano y el brazo izquierdo. Quisieron preguntarle que le había pasado, pero no podían interrumpir.

El mago habló sin pronunciar sonido alguno, movió los dedos de un lado a otro y posó la palma con la venda, en la frente de su pupilo. Hubo un tirante silencio y Lepra despertó.

- ¿Cómo…? - exclamó Natal.
- Le cedí una parte de mis poderes, mi energía reestableció su vitalidad y curó sus heridas internas- dijo Fismut y se levantó.
- Al contrario que la habilidad de la página 72 del libro de Amdor…- pensó Sony.

Lepra estaba aturdido, no entendía por qué todos lo miraban con caras largas. Incómodo, se levantó y evadió las inspecciones de sus compañeros.   
- ¿Qué pasó? - se animó a preguntar.
Ninguno de los presentes le respondió al principio, estaban realmente felices de verlo bien.
- Eres un héroe, eso fue lo que pasó- le dijo Natal- Nos salvaste a todos del hechizo genocida.
Lepra miró al profesor y a su maestro, quien sonreía pasivamente. Estuvo a punto de preguntar por el enemigo hasta que…

- ¿Por qué, mago? ¿POR QUÉ? – dijo el anciano Meddes, en cuatro patas- ¿Por qué le diste parte de tu vida a él y a mí sólo me rechazaste? ¡DÍMELO!

Fismut frunció el ceño y se mantuvo en silencio. A pesar del gesto desinteresado del mago, Sony y Kay lo miraban con desconfianza.
- ¿Aquella vez que el supremo Wet te dio la orden, realmente ibas a asesinarme? - preguntó Meddes.
Lepra, Natal y los JEN posaron su atención en el mago.
- Si, lo siento Arc- respondió Fismut, apenado.

Meddes notó de inmediato que Fismut colgaba en su cuello el TORQUEM y se le ocurrió una idea…
- Tú le juraste protegerme, delante de mí. Le dijiste que me cuidarías, traicionaste los deseos de mi padre- le decía mientras gateaba hacia ellos- Nunca me atreví a matarte por temor a que todo fuera un error y aquel día sólo procurabas salvarme de los Inmortales. Te odio, Fismut. Te odio como jamás odie a nadie. Y estaré complacido de saber que me iré de este mundo, con tu muerte asegurada- Fismut les indicó a sus compañeros que retrocedieran. Meddes fue rápido y usó las cuerdas mágicas celestinas para quitarle el TORQUEM a Fismut. Lo logró y el collar desapareció al instante.
- ¿QUÉ HICISTE? – exclamó Fismut, furioso. E hizo aparecer su bastón blanco.
- Lo transporté a otro lugar- comentó Meddes, sin darle importancia- No les diré dónde está. Oh Fismut… deseo que el PRODIGIUM te aniquile y te haga sentir todo lo que yo sentí cuando me traicionaste.

Fismut se acercó a Meddes, procuraba eliminarlo con su bastón blanco, aprovechando lo débil que se encontraba. Los demás yacían tiesos, en silencio y escuchando.

- Yo hice lo que pude, pero tomaste un camino oscuro…- le dijo el mago al sacerdote.
- Cuando mi padre fue encerrado, desapareciste por semanas… nadie sabía dónde estabas. Buscabas al JEN, ¿verdad? Porque sabías que Hariet se había liberado de la prisión que le creaste hace siglos.
- ¿El JEN? - preguntó Sony- Me lo contaste… ¿Quién era?

Meddes observó a Sony mientras se acercaba a Fismut y dijo.
- … Frank Montarnen.
Kay se sobresaltó y recordó lo que dijo Minos el año pasado.

‘‘- El titiritero- dijo el elemental del fuego- Jugaste con Morgán y con Dimitrion, asesinaste a nuestros… ¿Por qué?
- Eso sí puedo decírselos, porque creí que ellos eran ustedes. Pero me equivoqué- respondió el Rey.’’ (…)[2]

 - Pero tú y el Oscuro se equivocaron. Tritán nos eligió a Kay y a mí- dijo Sony. Meddes sonrió.
- ¿Eso crees? La sangre es la sangre
Kay y Sony recordaron inmediatamente después que tanto Dimitrion como Miljen habían necesitado de SU sangre para realizar el Ritual de los Malditos. De alguna manera, la sangre de los JEN parecía estar ligada con sus espíritus heredados por Tritán. Ahora comprendían que sus antiguos enemigos buscaban la sangre del titán creador y no la de dos elementales, como creían que había sido.

Meddes dio un paso más y cayó al suelo, solo. Fismut detuvo el paso y bajó la guardia.
- Es tu fin, Arc.

Hubo rayos, truenos y relámpagos en los cielos; el muro tembló y el cielo se vio afectado gravemente, aquel mundo se desvanecía como había dicho Vrogh.
Fismut, en lugar de asesinar a Meddes, usó el bastón para hacer aparecer un jarrón repleto de las aguas de Agda.
- Nos iremos de aquí. Lepra, vamos- ordenó.

Su aprendiz tomó la jarra y la abrió, las aguas se balancearon por los aires y rodearon a todos los elementales.

- Tienes más sangre en las manos de la que crees…- le dijo Kay a Fismut, seriamente. El mago suspiró. Luego se dirigió a Meddes- Púdrete aquí, en un mundo muerto, esto es por Agustina y mis suegros.  

- Él lo tiene todo planeado, los Ryanos en su sociedad sólo están esperando el momento adecuado. Está formando su ejército- dijo Meddes, desesperado. No quería ser abandonado- LA GUERRA DE LAS BESTIAS SE APROXIMA…

- Lo sabemos- dijo Fismut y golpeó al suelo con el bastón. Las aguas rodearon a Kay, Sony, Lepra y Natal; luego desaparecieron y dejaron a Meddes allí, sólo.





[1] La guerra de las bestias: El templo de la muerte. CAPÍTULO 11. ‘‘La sombra’’ Pág 118
[2] La guerra de las bestias: El águila dorada. CAPÍTULO 17. ‘‘Fracaso’’. Pág 131

martes, 23 de enero de 2018

La Última Voluntad. Parte 2: CAPÍTULO 18.



La Última Voluntad. Parte 2: CAPÍTULO 18.

Sin darse cuenta, el líquido azul, celeste y verde los salpicó, específicamente en las heridas de la batalla. Tras la guerra entre hermanos, Kay tenía los brazos rodeados de quemaduras de primer y segundo grado, además de cortes, raspaduras y manchas rojas. Sony, por su parte, no estaba tan dañado en sus brazos o piernas, sin embargo, su rostro yacía uniforme, golpeado, cubierto de moretones y ensangrentado.

Por si fuera poco, no tenían calzado ni remeras, tenían los torsos al descubierto; después de tantas batallas, ambos habían desarrollado cuerpos atléticos. El líquido eliminó la sustancia que la mutación les había provocado; cómo si fuera un detergente.

No sólo eso, sino que también curó todas las heridas, dejando únicamente al descubierto, los cortes (que no eran tantos), seguramente habría cicatrices.

Luego, algo mágico ocurrió, la espuma se solidificó, conformó dos togas (azul para Sony y roja para Kay) con los trozos de una armadura (hombreras, codales, guardabrazos, quijotes, rodilleras, grebas y guanteletes) y vistió a los JEN.      

No hubo pausa, la voz del titán seguía sonando notablemente en el escenario mientras las imágenes se proyectaban ante los dos jóvenes.

Una batalla intensa entre miles de titanes y un único individuo, vestido con la armadura más extraña, mística y tenebrosa que habían visto en su vida, dos ojos rojos profundos y un colosal cuerpo: Tritán.

- Durante mi ausencia, Tritán eliminó a los titanes de Paramor. Sólo yo, Finegan, Úiaj y Xón fuimos los supervivientes. Casualmente, por ir a buscarlo.

El extraño líquido conformó una nueva imagen donde todos los titanes yacían derrotados y amontonados en pilas cómo si fueran basura, el Señor Oscuro yacía sobre todos ellos, triunfante.

- Junto a mis más fieles compañeros, cruzamos la línea, conocimos la Tierra, buscamos y no lo encontramos. Desesperanzados, volvimos a Paramor y allí… Tritán luchaba contra Guriva. Fue un escenario devastador ver a todos nuestros hermanos muertos, nuestro reinado destruido y a la diosa enfrentándose a su hijo por no reconocerlo.

<< Tritán, el creador, quería los poderes de La Madre para ser un ser perfecto y así conformar individuos de la talla de los titanes. Especies que vivirían bajo su orden y convicción. Pero La Madre sabía que las intensiones de nuestro hijo eran más perversas e hizo lo posible por oponerse a su poder. 

Le ordené a mis compañeros que retrocedieran y reemplacé a Guriva en la batalla.  

El Rey titán contra el primer Señor Oscuro, padre contra hijo, amor contra odio. Intenté hacerlo entrar en razón pero no hubo caso, estaba cegado por la ambición y el poder, utilizó el CAOS para destruirme pero la Madre me defendió. Ella me sugirió que le quitara el TORQUEM a Tritán, que aquel collar era el que controlaba al PRODIGIUM.

Resultó, me coloqué el collar, y utilicé la entidad contra su creador; pero dicho espíritu no respondía a otros deseos que no sean los de Tritán. Enloqueció y desapareció. Aún creo que es la fuerza que empuja al universo para que continúe expandiéndose.

La energía oscura la llaman en su planeta, ¿verdad? Conozco a muchos de sus conceptos científicos.

El poder de mi hijo estaba lejos de mermar y nos torturó a los cinco, furioso. Entre medio del dolor, Guriva hizo un último sacrificio y se abalanzó sobre él.

Hasta el día de hoy no sé que fue lo que pasó con exactitud, pero puedo decirles que presencié un inconfundible destello y en la luz, reconocí un cuerpo celestial partiéndose en dos. Por un lado, la energía de la mente y por el otro, la energía del cuerpo. El Yöbu y el Böju, si seguimos el lenguaje de los morganos. Ambas mitades conformaban al Señor Oscuro, y aún, en contra de mi voluntad, cubrí mis ojos, desenvainé un largo cuchillo y… terminé con la vida de mi único sucesor. >>  

Kay suspiró con fuerza, Sony se le quedó mirando; al instante, ambos observaron la imagen de Vrogh asesinado a su hijo. No fue nada agradable. 

- Deben de creer que la historia termina allí- se escuchó una risita del titán, lo que fue bastante perturbador por lo que acababa de contar.
- ¿Y la Luz Oscura? ¿Los JEN? Nada de eso parece estar relacionado con lo que nos relataste- gruñó Kay.
- Qué impaciente- respondió Vrogh, pasivamente- Tritán no murió rápidamente y por alguna razón, el sacrificio de la diosa le otorgó cordura. Ella murió y el Señor Oscuro también. Mi hijo volvió a despertar de ese pesado sueño y cuando reconoció todo lo que había hecho, se arrepintió profundamente- Sony analizaba toda la historia con cuidado y ya se venía venir el final, razón por la cual, sintió un profundo retorcijón en el estómago. Kay, por su parte, yacía con el ceño fruncido y a pesar de estar escuchando y viendo las imágenes mágicas, parecía no estar creyéndole ni una palabra- Él sabía que el poder que había adquirido era tan grande que lo mantendría vivo, en espíritu. Me pidió que cuidara de sus restos y yo accedí- todas las imágenes desaparecieron rápidamente, nuevamente se encontraban frente al inmenso rostro imbricado a una pared, moviéndose de lado a lado para hablar- Él prometió VOLVER.  

Sony sacudió la cabeza, algunas lágrimas le habían empezado a caer, ya lo entendía todo. Kay, en cambio, no caía aún.
- ¿Y?- preguntó.

- Intuí que para estas alturas ya lo sabrían- replicó Vrogh, extrañado- Les dicen ‘‘el último rastro de los titanes’’, ‘‘los elegidos’’, la palabra JEN…
- ¿Y eso qué?- volvió a decir Kay, de mala manera. No comprendía.

El titán suspiró.
- Tritán juró volver a reparar todo el mal que había hecho. Juró destruir el PRODIGIUM, pero ya no lo haría en su forma originaria, sino que depositaría su fe en aquellos individuos que desechó… ellos serían el nuevo futuro.
- Los humanos- aclaró Sony.
- Exacto, Tritán reencarnaría, y lo hizo…
- EN NOSOTROS- completó el joven elemental de lava.  

Kay abrió los labios, formando una ‘‘O’’ diminuta, eso sí que lo había agarrado por sorpresa.

- Para los titanes, yo fui su rey, su líder y mi error fue lo que desencadenó su extinción. No busco clemencia en la otra vida, durante todos estos millones de años, lo único que siempre he deseado… es volver a ver a mi hijo. Ustedes… son mi hijo. Los JEN son las REENCARNACIONES DE TRITÁN.

Hubo silencio, tensión absoluta e inquietante. De vez en cuando se oía el sonido de una gota al caer, o el coro de un grupo de voces que provenían del acantilado. Finalmente, Kay miró a Sony, con cierto gesto que parecía indicar: ‘‘No te estarás creyendo lo que dice, ¿no?’’.

Sin embargo, los papeles parecían haberse invertido, Sony estaba realmente serio y dijo con una expresión sombría.
- Elegidos por él, eso nos dijeron. El preludio de la profecía decía que vendríamos aquí a revelar todos los secretos. Eso nos dijo Lepra cuando conocimos a Fismut. Si hay un preludio, hay una profecía real detrás, ¿me equivoco?

- La profecía dice que los JEN terminarán con la dualidad, provocando un gran cambio en el mundo.
- ¿La dualidad?- preguntó Sony.
- Las dos mitades del alma de Tritán: el espíritu del cuerpo y el espíritu de la mente.     

Kay se dio la vuelta.
- Es demasiado, esto es demasiado. Viajamos hasta aquí sólo para escuchar cosas sin sentido. Volvamos Sony, hay que encargarnos de Meddes.
- A mi no me queda mucho tiempo, mi última voluntad en esta vida era conoceros. Y ya lo he hecho. Pero eso no es todo…

Kay detuvo el paso.

- Los monstruos en su interior, las bestias demoníacas que poseen porque Tritán absorbió los poderes del dios Groba, aún existen dentro de ustedes. El viaje al templo de la muerte siempre se trató de eso… mi tarea final es ayudarlos a eliminarlos. 

Kay volvió a mirar al titán y suspiró amargamente.

- Tienes dudas, adelante.

- ¿Por qué no morí hace un rato cuando Sony me asesinó?- preguntó Kay como un rayo, Sony cerró los ojos.

- ¿Eso pasó? Bueno… los poderes de Tritán siguen preceptos. Y uno de ellos dice que si uno tropieza la muerte, vivirán de todas maneras.

- Eso quiere decir que ninguno de los dos puede morir mientras el otro viva- pensó Kay.

- La Luz Oscura, la creaste para encontrarnos, sabías que las reencarnaciones de tu hijo serían humanos, pero hay personas por todo el universo- dijo Sony- Por eso los formaste, pero… ¿Por qué nos eligió a nosotros dos?
- Cómo les dije al principio, eso no lo sé- admitió Vrogh- Yo me encerré en este templo junto a los poderes de Tritán, me sometí a un profundo sueño del que sólo despertaba por momentos para indicarles el camino a los magos que elegí. Desconozco muchas cosas, una de ellas fue la desaparición del alma de Tritán, alguien la usurpó. Sólo el despertar de las bestias, provocaría que las puertas de este templo se abrieran. Mediante las tres llaves, ubicadas en los planetas de mis viejos camaradas, estaría la única ruta hasta aquí. Me equivoqué… olvidé por completo la existencia de los medallones que Tritán había creado.   

- ¿Quién usurpó al alma de Tritán?- preguntó Sony, Kay se acercaba por detrás.
- Mi padre- dijo otro sujeto, vestido con una túnica blanca, era Fismut.
- Fismut… ¿Cómo…?- exclamó Sony, ya no lo miraba con admiración, sino con desagrado después de todo lo que Meddes le había contado.
- Otra vez aquí, mago- sonrió el rostro gigante.

A Kay se le prendió la lamparita y vociferó.
- Fue por eso que eliminaste a la primera especie del planeta del titán Finegan, donde vivía Fismut. Porque usurparon el poder de Tritán… ahora todo tiene perfecto sentido. Lo peor de todo, es que de seguro ese poder se habrá perdido hasta llegar a nosotros- lo creyó al fin y Sony estuvo de acuerdo con dicha teoría, aunque no conocía a Finegan, ni al planeta del tiempo ni sabía que Fismut había nacido allí. 

Ni Fismut ni Vrogh parecían estar prestándoles atención, se lanzaban profundas miradas.
- Vengo a ver si cumples con lo que prometiste- gruñó Fismut, en cierto tono amenazador.
- Cómo siempre. Jóvenes JEN, acérquense.

- Eres el autor de varios crímenes, por más justificación que tengan, causaste un genocidio que dejó al mago huérfano. Sin embargo… no eres un lunático, ni un desquiciado o genio malvado como nos lo hicieron creer- habló Kay- No sólo eso… Meddes dijo estar actuando en tu nombre, cuando en realidad respondía a sus propios intereses- lanzó un suspiro, cómo si se hubiera sacado un peso de encima. Y sonrió…- Estuviste de nuestro lado todo el tiempo, gracias.    
- ¿Meddes actuó bajo sus propios intereses?
- No es el verdadero Meddes, se hizo pasar por él luego de absorber su fuerza, en realidad se llama Arcas Sannon- explicó Sony- Lo importante es que te mintió, él solo buscaba hacerse con el collar que controlaba el caos, para dárselo a su socio… el Oscuro.
- Fui un tonto al ignorar la profecía. Debí suponer que estaba vivo aquella vez, en fin, será su tarea detenerlo. Detengan a mi secuaz, aunque sea lo último que hagan.
- Lo haremos. Meddes tiene el medallón de bronce, lo que le permite viajar por el espacio- agregó el joven abogado.
El rostro de Vrogh se tornó serio.
- No queda otra, entonces. Llévense el collar y protéjanlo. Cuando lo quiten de este lugar, este mundo desaparecerá, no pregunten por qué.

Los JEN asintieron y bajaron las escaleras, ambos se colocaron a cada lado del agujero con aquel líquido extraño.

- El secreto de su fuerza no es el alma de Tritán, lo sé. Es el uso que le dan a ese poder, y eso no nace de ningún otro ser, sólo de ustedes. Así que por favor, denme razones para confiar.

Kay y Sony asintieron seriamente. Fismut se quedó arriba, al lado de la mesa inclinada, en silencio y observando.

- Cuando libere los monstruos, serán ellos contra ustedes. Yo estaré al borde de mi fin, porque requiere de toda mi fuerza lo que estoy apunto de hacer- el muro donde yacía el colosal rostro, empezó a temblar; diferentes grietas la rodearon por completo hasta que comenzó a desmoronarse; la cara de Vrogh se extendió hacia delante, un brazo perforó la inmensa pared, luego el otro; le siguieron las piernas. El gran muro se vino abajo y Vrogh emergió, en su totalidad; cabeza y cuerpo. Tenía más de veinte metros de altura.

Las llamas multi-colores se acrecentaron y todas las estatuas de adorno se hicieron añicos. Vrogh ocupaba la mitad de la altura del techo; fue desconcertante observar aquel fascinante ser de tez verde, con la piel arrugada, barba larga y canosa, escasas ropas, un cuerpo fornido, peludo (cabellos naranjas) y repleto de pequeños cuernos que se desparramaban por los brazos, el torso, el abdomen, la cintura y las piernas.      

Sin pronunciar palabra, dio un pisotón. A continuación, hubo un leve temblor en la sala, el polvo de las columnas se disipó, hubo humo por todas partes.

- Sus dedos, allí- le dijo a los JEN, señalando el acantilado con el liquido verde, celeste y azul, que burbujeaba. También había seres uniformes con la piel blanca, nadando y cantando en voz baja, sin prestarles atención. 

Kay y Sony se agacharon y posaron su dedos índices en el acantilado, con precaución y algo asqueados. Al instante, las aguas burbujearon intensamente cómo si estuvieran a altas temperaturas y los seres blancos lanzaron gritos ahogados mientras se desvanecían. El líquido se tornó de color negro y hubo un remolino.

Los JEN sintieron un profundo dolor y una fuerza desconocida los obligaba a continuar con los dedos allí. Forcejearon para impedirlo, pero no hubo caso.

Duró medio minuto el proceso, pero para ellos, fue tan intenso que creyeron haber estado una hora bajo ese efecto.

Al final, sacaron los dedos del líquido; estaban igual a cuando los sumergieron, cómo si nada hubiera pasado.

- Esta fue la parte fácil- aclaró Vrogh.

Los elementales tragaron saliva y esperaron.

Del interior del remolino surgió una garra, un individuo parecía esforzarse para llegar a la superficie. Le siguió otra garra, un cuerpo y cuatro alas en la espalda. Se trataban de las dos bestias sanguinarias, a las que Meddes había bautizado Grok (para la de Sony) y Bag (para la de Kay).

Sony se llevó la mano al pecho, la cicatriz circular ya no estaba y observó el cuello de Kay (que yacía anonadado observando el surgimiento de los demonios), su cicatriz también se había esfumado.

Había algo muy diferente en los dos monstruos a comparación de antes, no eran seres inmensos de 300 metros cómo en la guerra entre hermanos, sino… que tenían entre cuatro y cinco metros de alto, no llegaban ni a la cintura de Vrogh. Sin embargo, permanecían teniendo los mismos aspectos feroces y amenazantes, sedientos de muerte. 

Al igual que antes, ambas entidades tenían la piel gelatinosa y oscura; la postura encorvada, garras largas que se alejaban de sus dedos y cuerpos fornidos, rodeados de una sustancia roja pegajosa. Una perturbación en el aire (cómo si se tratara de gas) los rodeaba.

El repugnante ser que pertenecía a Kay tenía un armazón en la espalda como si fuera un puercoespín y dos cuernos que apuntaban hacia los costados (similar a lo de los búfalos).

La execrable criatura de Sony tenía cuatro alas (dos de cada lado) de murciélago y una larga cola con un aguijón en la punta. 

Miraron a sus huéspedes con un profundo odio, cómo si Vrogh y Fismut no existieran.

- Son sus contenedores, es lógico que estén tan furiosos con ustedes- dijo el mago desde su posición. Vrogh asintió.

Kay dio un paso hacia atrás, algo aterrado. Nunca había visto a la otra bestia, sólo la sentía en su interior, presionando para salir. Sony no titubeó y casi en un parpadeo, formó el círculo del Yöbu (el verde) bajo sus pies. Kay apretó los dientes, intentó superar el rechazo que le generaba ver esos monstruos frente a él y formó el círculo de los magos (el Böju, de color celeste).

- Me cueste creer que eso estuvo adentro mío desde que nací- pensó Kay, no podía decirlo en voz alta, a pesar de que el comentario era simpático, la relación con Sony ya no era la misma.

Grok y Bag abrieron sus espeluznantes bocas y gruñeron con ferocidad. Grok frente a Sony, Bag frente a Kay. El acantilado se fue reduciendo hasta esfumarse, la sala estaba totalmente vacía.

Sony corrió hacia el muro por donde había salido Vrogh, allí había una abertura que conducía a una sala mucho más grande que la anterior, del tamaño de un gimnasio.

Dos estatuas gigantes se enfrentaban (Vrogh contra Tritán) al final de dicha sala. Luego había escaleras blancas cubiertas por una alfombra roja y azul, y en la cima, un pedestal con la proporción de una mesita de luz. Sobre ella flotaba un collar, cubierto por una tapa rectangular transparente. Allí yacía el torquem…

Grok siguió a Sony como un toro enloquecido y destruyó los restos del muro. El techo se extendía unos cien metros; estaba cubierto por el líquido que yacía en el acantilado.

A su vez, múltiples columnas geminadas de considerable tamaño, se situaban paralelamente y en posición recta.

Kay no lo pensó dos veces y probó su nueva velocidad, alcanzó a Sony en segundos. Bag lo siguió, enfurecido, pero tardó varios minutos en alcanzarlo.

Sony le pegó un puñetazo a una columna, la tomó con una mano y se la lanzó a Grok; quien la esquivó volando por los aires. La bestia contraatacó con una bola de energía que surgió de su boca. Kay se apresuró en formar otra bola, pero de fuego, para contrarrestarlo. Sin embargo, ambas bolas chocaron y el fuego desapareció rápidamente. Kay tuvo que tomar a Sony del pescuezo y huyó a velocidad. La bola chocó contra la pierna de la estatua de Vrogh y se pulverizó repentinamente. A continuación, la estatua de Tritán se inclinó un poco hacia delante (ya que ambas funcionaban de contrapeso) pero no cayó.

Bag los alcanzó al fin y lanzó otra bola de energía de su boca. El primer pensamiento que se cruzó por la cabeza de Kay fue esquivarlo con su súper velocidad, sin embargo, recordó otra de sus nuevas habilidades: el rechazo magnético.

Lo utilizó a duras penas, aún no sabía usarlo bien, y la bola cambió su trayectoria y le dio a Grok, quien gimió del dolor y chocó contra una columna, esta no se pulverizó, la bestia tampoco.

- No sólo lanzan ataques devastadores, sino que los resisten sin sufrir mucho daño- pensó Sony y miró a Kay que inhalaba y exhalaba exiguamente.  
- Así que esta era la razón por la cual los tres titanes nos pusieron a prueba, para saber si tendríamos la fuerza para enfrentarnos a nuestros propios demonios- pensó Kay, sudando y sin apartar los ojos de los monstruos- Tú…- observó detenidamente a Bag- Asesinaste a todos mis vecinos, a mi pueblo.

Furioso y con las imágenes de la masacre en la cabeza, Kay usó su súper velocidad. Cuando estuvo a metros de la bestia, le lanzó algunas ráfagas de fuego, del tamaño de canoas; para que lo atacaran frontalmente. Sin embargo, aquella era una distracción y su verdadera ofensiva transcurrió tras el monstruo.

Rodeó su puño de fuego y le golpeó en el armazón. Algunas formas puntiagudas se partieron, pero Bag no sufrió mucho daño y contraatacó antes de que Kay pudiera defenderse. Bag disparó los pinchos de su espalda contra su enemigo. Kay se echó para atrás, dañado.

Varios de los pinchos estaban atascados en sus brazos como espinas, tenía sangre en todos esos sectores. No tardó en volver al lado de Sony. A pesar de estar al borde de la muerte, se rehusaban a trabajar juntos.  
     
- Sé que las cosas entre nosotros no están en su mejor momento- le habló Sony- Pero somos los JEN, los seres que Tritán eligió. Cómo dijo Vrogh, por separado somos fuertes, pero juntos… somos invencibles.

Kay apretó los dientes, serio. Lejos de cambiar su actitud con él. De todas formas, asintió.

- Bien. Tengo un plan- dijo Sony, sin apartar la vista de los dos gemelos- Yo los atraigo con la fuerza magnética y tú los atacas, busca sus puntos débiles. 

El elemental del fuego asintió. Grok y Bag estaban uno al lado del otro, a diferencia de los JEN, parecían haberse reconciliado. El odio por sus contenedores, los unía.
Sony realizó la danza mística con el círculo verde y ambos monstruos se vieron atraídos hacia ellos. El joven le indicó a su compañero que los atacara en los rostros, pero Kay se quedó petrificado. Ver a Sony realizar semejante habilidad le trajo las secuelas de la batalla fuera del templo, de la guerra entre hermanos. De cuando le atravesó el corazón, sintió pánico, se sentó y se quedó petrificado.

- ¡KAY!- le gritó Sony cuando las bestias estaban apunto de lanzarse sobre él por la habilidad magnética. Al notar que no haría nada, formó algunos cuchillos de cristal con la otra mano y estos se abalanzaron por los aires para atacar a los gemelos. No hubo caso, rebotaron cómo si fueran pelotas.

Lo peor de todo, Sony acababa de tener una visión del futuro donde ambas bestias atacarían a Kay, desprevenido. Dicha premonición se cumplió, los monstruos se liberaron de la fuerza magnética y fueron contra Kay.

Sony, desesperado, creó una gran ola de lava, pero esta parecía que no llegaría a tiempo. Y entonces, Kay se levantó y utilizó el poder repulsor, ambas bestias fueron empujadas por una onda expansiva invisible hasta desplomarse sobre las columnas, las cuales se vinieron abajo.

La lava que Sony había formado para defender a Kay, quedó suspendida en el aire hasta desaparecer. El muchacho fue con su compañero y quiso ayudarlo para que se levantara. Sin embargo, Kay se rehusó y se levantó sólo. Ninguno de los dos hablaba.

- Por más que ya no me trates como antes, yo siempre te protegeré- vociferó Sony- Eres mi hermano…

Las bestias se preparaban para otro round: Grok voló por los aires con sus cuatro alas y su larga cola se balanceó, enloquecida. Bag, por su parte, gimió y una numerosa cantidad de pinchos comenzaron a emerger de su caparazón, muchos más grandes y filosos que antes.    

Y algo inesperado ocurrió, Kay y Sony sintieron una nueva presencia en su interior, parecía indicarles algo. A ambos les empezó a brillar el lado izquierdo del pecho, donde debería estar el corazón… y a continuación, dos luces se manifestaron desde sus cuerpos.

Los destellos conformaron a dos nuevos seres, delante de ellos. Uno tenía el pelaje azul, erizado, colmillos, garras y ojos amarillentos. El otro, el cuerpo fornido y gris, alas de gran tamaño y facciones duras. Kay y Sony se quedaron petrificados. Eran el HOMBRE LOBO y LA GÁRGOLA. Sus contrapartes de Amdor.

- Los poderes de los OCHO corazones de Amdor- le exclamó Vrogh a Fismut, quien sólo asintió- Había olvidado que curiosamente, también son elementales.  

- Chico, tu amigo tiene razón, sus rostros son vulnerables- dijo la voz ahogada del lobo a Kay.
- Nosotros los distraemos, ustedes atáquenlos- agregó la gárgola, una voz grave y resonante. 

Kay y Sony se alegraron mucho al ver cómo las bestias que conocían hacía años, luchaban a su lado. Ambos asintieron.

Grok y Bag parecieron enfurecerse al ver dos nuevos enemigos con los que luchar.

- ¡Esquiven todos su ataques hasta llegar a ellos!- señaló el lobo y junto a la gárgola, se abalanzaron sobre los gemelos.

Grok lanzó una bola de energía de su boca y Bag disparó varias de las púas que tenía en la espalda y alcanzaban el tamaño de extintores.

El lobo saltó por los aires para esquivarla, detrás, Kay usó la fuerza repulsora para que dicha bola cambiara de dirección, lo que resultó. Chocó contra la estatua de Tritán y la hizo añicos.

La gárgola voló por los aires y Grok también se alzó al vuelo para chocar cuerpo contra cuerpo. Mientra tanto, las púas de Bag iban dirigidas a él. Sony usó la fuerza de atracción para modificar su curso a último momento.

Fue un éxito y las púas dañaron una de las alas de Grok, quien gimió y utilizó su enorme cola para atrapar a la gárgola y exprimirla. Con el aguijón planeaba perforarle la espalda.

Sin embargó, Sony volvió a utilizar el poder magnético e hizo un esfuerzo arrasador para que el aguijón de Grok no atraviese a la gárgola.

La gárgola estaba en serios problemas y apretaba los dientes, furiosa. Grok le enseñaba su desagradable boca, amenazadoramente. En un instante, el lobo saltó y le arrancó, con las manos, otra ala a Grok; este gritó y el aguijón aflojó.

El lobo tomó a la gárgola del pescuezo y lo ayudó a librarse. Ambos cayeron juntos en el suelo, de pie.

- Cómo aquella vez en la isla de Sarmander hace cuatro años- dijo la gárgola con una sonrisa- La diferencia era que nos enfrentábamos con un dragón…     
El lobo rugió.

Ambas bestias se quedaron estupefactas al notar que Grok perdía sus otras dos alas; Sony acababa de arrancárselas con todas sus fuerzas, gracias a que Kay lo alcanzó con su súper velocidad.

Sony formó una bola de lava alrededor de Grok y la solidificó, conformando una gran roca cristalina.

- ¡Ahora!

Kay formó un torbellino de fuego que envolvió la roca cristalina, luego, usó la fuerza repulsora para destruirla. La roca se destruyó en mil pedazos y Grok se desplomó en el suelo, muy débil y dañado.

Kay se sentó en el suelo, fusionar los poderes de los elementales con los de los JEN no era nada fácil, y ya se estaba quedando sin energía con la que pelear.

Bag miró a Grok herido y se volvió loco. A continuación, su tamaño empezó a crecer… de cuatro metros a cinco, a seis, a siete, hasta llegar a veinte.

Bag tenía la altura de Vrogh y había recuperado todas sus púas (le volvían a crecer en el caparazón). A Grok se lo notaba exhausto, sin embargo, también creció en altura y se mantuvo firme.

Kay, el lobo, Sony y la gárgola se situaron uno al lado del otro, cómo todo un grupo.  
- Esto está difícil, chico- le dijo el lobo a Kay.

Sony rió.
- Nunca creí que te nos unirías- le dijo al lobo. Este sólo lo miró.
- Ahora eres un practicante de esa magia oscura, ¿verdad?- habló el lobo- Cómo Meddes, viaja en el tiempo y ayúdate a ti mismo contra ellos.
- No puedo, no sé como se hace- contestó Sony, apenado.

La larga cola de Grok se balanceó hacia ellos, el aguijón tenía un líquido verdoso en la punta, lo que parecía ser veneno. Los embistió y el hombre lobo tomó el aguijón con sus brazos para impedir que los aplaste.

Grok formaba una nueva bola de energía desde su boca, más grande que las anteriores. Destruiría a todo el templo de ser llevada a cabo.

La conexión mental entre los JEN pareció despertar. La gárgola tomó a Sony entre sus brazos y lo llevó a las espaldas de los colosales gemelos.

Kay alzó ambas manos y cerró los ojos, mientra el lobo impedía que el aguijón los aplaste. Sony, desde su lado, hizo lo mismo. La gárgola voló por los aires y le dio un certero puñetazo en el rostro a Bag, quien intentaba atraparlo cómo si fuera un mosquito.

El lobo realizó un nuevo esfuerzo y gracias a su fuerza, separó el aguijón de la cola, se lo arrancó. Grok aún estaba formando la bola de energía, sacudió su cola y el descomunal aguijón cayó a un costado. Bag notó esto y le lanzó cuatro púas inmensas al lobo. Dicho personaje se las ingenió, tomó una columna caída y la utilizó cómo bate de baseball para golpearlas y repelerlas.

Bag se detuvo e hizo lo mismo que Grok, abrió su fea boca repleta de colmillos y más bocas, para conformar una esfera mágica.
Kay y Sony estaban ubicados uno frente al otro, a varios metros de distancia, y con los dos gemelos en el medio. Estaban realmente concentrados en lo que estaban haciendo. El círculo celeste (del Böju) se situó bajo los pies de Kay, el círculo verde (del Yöbu) también apareció, pero bajo Sony. Ambas figuras se extendieron metros y metros, hasta tocarle los pies a los gemelos.

- Interesante- vociferó Vrogh, con una mano en el mentón. Fismut yacía igual de serio.

Los monstruos estaban listos, lanzarían esas bolas desde sus bocas y acabarían con todos. A continuación, el lobo golpeó a Grok en la mandíbula y la gárgola pateó a Bag en la frente. Se inclinaron hacia atrás y en ese instante, los JEN abrieron los ojos.

El círculo de los magos de Kay pasó de celeste a rojo, y el de Sony pasó de verde a azul. El elemental del fuego usó la técnica repulsora y el elemental de la lava empleó la fuerza de atracción.

Los gemelos, atrapados en medio, fueron sometidos por ambas fuerzas al mismo tiempo: de atracción y rechazo.

Ambos cuerpos demoníacos de veinte metros, chocaron entre sí junto a sus bolas de energía y hubo una explosión arrasadora que fue contenida por las fuerzas magnéticas de los JEN. 

El lobo y la gárgola desaparecieron y se convirtieron en destellos que volvieron a los corazones de sus dueños.


Cuando todo acabó, los dos gemelos yacían masacrados en el suelo, con los cuerpos repletos de sangre negra, deformados y aplastados, totalmente… muertos.