martes, 30 de agosto de 2016

Apólogo: CAPÍTULO 3.



Apólogo: CAPÍTULO 3.

‘’Los tiempos cambian. Lo nuevo vence a lo viejo. Son fuertes porque tienen un poder que hasta incluso los elementales codician…’’- exclamó Dimitrion con las manos extendidas, apunto de lanzar su ataque final. La luz creció y se propagó. La isla sufrió una embestida, mientras los árboles y arbustos perecían durante la explosión, solo fueron aquellas palabras las que retumbaron en el infinito vacío.
Kay abrió los ojos y lanzó un grito ahogado. Aún era de noche y pronto el sol se asomaría nuevamente.
- ¿Estas bien? - preguntó Sony, quien se había desvelado minutos antes.
- Si…- respondió su compañero entre suspiros- Una pesadilla. Bueno… un recuerdo en realidad.  
- ¿Quieres hablarlo?
Kay se inclinó, apoyó sus codos y parte de los brazos en el suelo; pausó, se tranquilizó y volvió a hablar.
- Dimitrion… lo que dijo antes de caer. ¿Recuerdas?
Sony asintió.
- No lo comprendo. Inclusive Jessica nos dijo antes de… ‘’Mi mamá me dijo que eran especiales y que debía cuidarlos’’. Somos elementales, como lo era ella. Pero… ¿Por qué cuidarnos? - Sony quiso responderle, pero fue interrumpido por Kay, quien sumó otra razón- O la sangre… Dimitrion necesitaba de nuestra sangre para efectuar el ritual. No la de Jessica ni la de ningún otro. Hermano... ¿Me estoy volviendo loco?
Sony se rió.
- Puede ser… todas esas cosas se pueden interpretar de muchas maneras. No creo que haya nada malo con nosotros ni tampoco nada especial. Bueno, aparte de ser un elemental, oh… me entendés. ¿No?
Kay compartió la sonrisa.
- El moretón que tenías en el ojo, ya no está- exclamó Sony.
Kay se acarició los parpados para comprobarlo.
- ¿Tu espalda?- preguntó.
Sony llevó los nudillos de su mano derecha a la columna, los tres rayones que el lobo le había causado ya no estaban.
- Estoy curado… y eso que no recibí atención médica. ¡Estuve encerrado en una capa de roca por tres meses!
- El tiempo allí nos curó- dijo Kay. En el fondo lo sabían… aquella no era la verdad- Bueno, ahora tratemos de dormir.
- Buena idea.
Transcurrió una semana sin noticias, Kay y Sony aprovecharon para conocer mejor a toda la Isla, en ella descubrieron hermosos paisajes: una laguna de aguas cristalinas, rodeada de árboles, probablemente hubiera surgido de los restos de la lluvia acumulada. De oeste a este, de sur a norte y viceversa, rodearon a la Isla en todas las direcciones posibles, los límites eran de lo más impresionante: las nubes a centímetros del suelo, las infinitas luces de la ciudad, la descomunal altura entre el cielo y la verdadera tierra. No se cansaron ni un día de contemplar tan magnifico lugar. Sarmander era única.
El viernes se levantaron temprano para ir hacia los límites de la Isla y observar el amanecer. El resplandor emanaba y los elementales se dispusieron a examinarlo.
- ¿Recuerdas que Dimitrion dijo que nosotros no éramos necesarios, porque aún existían otros tres elementales…? - preguntó Kay.
- Estas insistente…- le respondió Sony con una mueca- Si, me acuerdo.
- Bueno. ¡Cuéntanos! - insistió- Jessica, Dimitrion, tú y yo somos cuatro. Había ocho en antaño, faltan otros cuatro, ¡no tres! ¿Se habrá equivocado o alguno puede que haya muerto?
Sony se quedó perplejo, no lo había notado.
Y en ese preciso momento apareció Dick Natal.
- Al fin los encontré- dijo.
Una vez el sol se alzara sobre sus cabezas, los tres hombres regresaron al campamento.
- Algo que no les había dicho… tengo las llaves de sus casas. Se las olvidaron en mi hogar antes de venir aquí el año pasado- dijo Natal- Me las ingenié para que sus cercanos creyeran que estaban viviendo conmigo, para que nadie pensara que algo malo les había pasado. A pesar de eso, por no aparecer públicamente los últimos meses, los medios consideraron a Sony como a un cobarde y un desertor- Sony apretó los dientes- Pero bueno, no vine hasta aquí para decirles solo eso.
Kay y Sony notaron que Natal tenía una herida en la mejilla.
- ¿Qué te pasó? - preguntó Sony.
Natal cambió el tono inmediatamente.
- Me atacaron. Se ve que estaba husmeando en donde algunos no querían que lo haga.
- La Cruz…
- Pero… ¿Cómo lograste sobrevivir? ¿Hace cuanto fue eso? ¡¿Por qué no nos llamaste?!- le dijo Kay.
- Es adorable que se preocupen por mí- respondió su mentor con un poco de ironía- Pero no importa, sobreviví. Fue antes de ayer. Eso es todo lo que tiene relevancia de aquel episodio.
Kay y Sony se miraron entre sí.
- Ahora bien, tengo algo muy importante que decirles. Tal vez no fui del todo específico cuando les conté lo que ocurrió en la batalla con Hariet. Si bien los elementales lo enfrentaron, no fueron sus habilidades las que lo derrotaron. Pues, a pesar de que los elementales eran ocho, nada podían hacer contra su inmenso poder.
- Admito que poco recuerdo de la historia, pero… ¿Todos ellos no obtuvieron habilidades del mismo cofre? - preguntó Sony- ¿Cómo es que haya podido superar a los otros? Bueno… no me parece lógico y más sabiendo de lo que los elementales son… bueno, somos capaces.
- Ese siempre será un misterio… de todos modos, eso no es lo que tengo que decirles. Hay una razón por la cual Hariet murió, fue el secreto de los elementales, inclusive de sus propios descendientes…
- ¿Y tú como lo sabes?- dijo Kay con brusquedad. 
- Bueno… soy un buen detective- rió Natal, nervioso, carraspeó y continuó- Ese secreto fue la existencia de la espada divina, el arma de lo aztecas.
Kay y Sony abrieron los ojos como platos. Natal sacó de su mochila unas cuantas hojas oficio, repletas de datos históricos.
- ¿Te estudiaste todo eso de memoria? - preguntó Kay.
- De no ser así no podría ser un docente de historia. Ahora escuchen con atención…- Natal tragó saliva y elevó la voz.
’Cuenta la leyenda que en el año 1400 aproximadamente, los aztecas o mexicas sufrieron una gran catástrofe, un conflicto con las deidades de su pueblo. Parecía ser que no se sentían capaces de respetar a sus dioses, debido a que la gran mayoría de sus trabajos habían fracasado notablemente, y según creían, era por su imponente furia. Los aztecas suplicaron piedad, exigiendo humildemente una muestra de su poder, algo que los represente, debido a que no era común en aquella tribu fracasar de tal manera. Y fue entonces cuando los dioses aztecas se apiadaron y les ofrecieron un importante regalo: oculta entre los árboles alrededor del río, encontraron una espada de inmenso poder. Maravillosa y letal. En ese preciso momento, percibieron que era de origen divino y que algunos ignorantes sin escrúpulos intentarían adueñarse de ella… Todo ser viviente que pretendía utilizarla se veía castigado por el descontrol que generaban sus habilidades mágicas. Aquella significó una gran responsabilidad para los aztecas, por lo cual, prohibieron su uso para todo ser mortal que no fuera un rey o un dios. El líder entre los aztecas (intuyendo que culturas vecinas vendrían a reclamarla como suya) ordenó ocultar al arma 20 metros bajo tierra, en un templo sagrado; producto de su duro trabajo y esfuerzo. Además, dejaron junto a ella, sus tesoros más valiosos…- hizo una pausa y continuóSe dice que los aztecas dejaron indicios, solo así, su verdadero portador aparecería’’
- La espada divina…- repitió Kay.
- Podría decirse que esta es la primera etapa- asintió Natal, ojeó algunas hojas y cambió el tono.
‘’En 1519, con la llegada de Hernán Cortés y los españoles al actual México, el rey Moctezuma ll recibió a los viajeros, creyó en su momento que Cortés era el dios azteca: ‘’Quetzalcóatl’’ (una deidad desterrada que, según su mitología antigua, una profecía indicaba que volvería desde el más allá). Moctezuma ll tenía la idea (y tal vez: deseo) de mencionarle la existencia del arma, ya que (según la regla impuesta) la espada solo podría ser portada por un rey o un dios. Pero otros allegados a Moctezuma tenían sus dudas y por temor al fin de la civilización (entre otras razones históricas), la aristocracia azteca lo depuso del mando. Hasta que… mediante la excusa de que había sufrido graves daños por piedrazos de sus antiguos súbditos, la aristocracia ordenó su asesinato. Una vez acontecieron todas las guerras entre los aztecas y españoles al finalizar la conquista de México, la existencia de la espada fue un hecho minúsculo frente a la intensa resistencia, no tardó en ser olvidada. No por mucho tiempo, debido a que, por alguna razón, el verdadero portador apareció y utilizó su poder para acabar con la oscuridad. Y ese portador fue uno de los ocho elementales. Fue José Morgán. ’’
- ¿José… Morgán? - repitió Sony.
- ‘’El vigor de la espada divina significó el final del Oscuro y tras la batalla, Morgán resguardó al artefacto nuevamente en el Templo. Esa fue la causa de su victoria’’
- ¿Acaso José resultó ser un rey o un dios para poseer tan letal objeto? - preguntó Kay.
- Esas fueron palabras de los aztecas, no de los dioses.
- ¿Eso es todo? - preguntó Sony.
-No, claro que no. La historia continúa. La tercera y última etapa- respondió Natal con ánimos- Digamos que la primera se sitúa en México (el antiguo imperio azteca), la segunda en España (o en aquel entonces: Corona de Castilla) y la tercera… en Argentina de antaño.
‘’En 1785, Juan Martín de Pueyrredón, encontró unas escrituras aztecas a los 19 años, escondidas estratégicamente en el interior de su casa (en Cádiz), jamás supo porque estaban allí. Tras una ardua investigación, consiguió descifrarlas, decían: ‘’La espada enterrada, la espada mágica encontrada por un solo hombre, su poder es enorme, y se encuentra en las enormes montañas del sur’’. Algunas fuentes me confirmaron que Morgán fue ayudado por un azteca para llegar al templo y a cambio, este le ofreció una vida digna en Europa. Antes de regresar a Buenos Aires en 1812, recibió una carta anónima sobre unas escrituras aztecas halladas; tiempo después descubrió que Manuel Belgrano había sido el emisor. En el mensaje expresaba su confidencial deseo de ayudarlo en el resolvimiento del enigma (ya que había un mito entre los patriotas de la revolución sobre la obsesión de Pueyrredón por historias fantásticas de origen azteca) y le confesó que durante su viaje a Francia conoció a un tal Carmanguer por poco tiempo, quien lo hizo conocedor de la existencia de una poderosa espada, también le obsequió unas escrituras antes de partir. Tras un descuido durante el viaje, las perdió, pero las había aprendido de memoria, así que las grabó en su famoso reloj de oro. Por alguna razón, tal vez el cambio de dueño (pues Belgrano, antes de morir, le pagó al doctor que lo había atendido con lo único que llevaba de valor) hizo que las escrituras nunca fueron reveladas por historiadores. El encuentro entre Pueyrredón y Belgrano nunca se efectuó, aquel sueño desapareció y murió con Belgrano en 1820 y con Pueyrredón en 1850. Ahora bien, estos dos próceres de la historia argentina dejaron pistas, de las cuales he logrado obtener una gran mayoría. ’’- concluyó Natal.
A Sony y a Kay le brillaban los ojos.
- Entonces, el líder de La Cruz la está buscando para viles fines- dijo Kay- Nos distrajeron con Dimitrion para alargar la búsqueda…
- Pero… ¿Con qué objetivo?- preguntó Sony.
- No lo sé.
- Bueno, M.M sigue siendo un misterio, pero al menos sabemos de que se trata todo esto- Kay se rascó la cabeza- Yo creo que sería bueno encontrar a los descendientes de José o a ese mismo si decidió ser inmortal…
- Eso se ve difícil.
- Yo tengo una mejor idea- exclamó Natal y guardó las hojas en su bolso- Nuestra misión sería encontrar las piezas faltantes del rompecabezas e ir por la reliquia.
- Pero… ¿Por donde empezamos?- habló Sony- Tenemos un laberinto frente a nuestras narices y ni siquiera conocemos la entrada…
- Yo jamás hubiera imaginado que eras un caza recompensas, Natal- rió Kay- ¿Acaso no sería mejor que se quedara tal y como está, en el lugar al que pertenece?
- Es lógico- respondió Natal- Pero La Cruz la está buscando y durante todo este tiempo que perdimos puede que hayan avanzando notablemente, no nos queda elección. La civilización azteca fue una de las más importantes en la Tierra, muchos historiadores niegan esta historia o la titulan como parte de un cuento supersticioso de su mitología; aunque por alguna razón… nunca se divulgó.
- ¿Y tú como lo sabes?- preguntó Kay de reojo.
- Tuve acceso a múltiples fuentes de información clandestinas gracias a viejos conocidos míos; además, bueno…la Internet ayudó un poco también.
- ¿Por donde empezamos?- preguntó Sony nuevamente, quien se había quedado en silencio durante unos minutos.
- Bueno…- alzó el mentón, el adulto- En el año 2007, el reloj de oro de Belgrano fue robado. Han pasado 219 años desde su desaparición, costaría creer que podemos encontrarlo. En vuestra fortuna logré descubrir su paradero, un desagradable hombre lo lleva entre sus pertenencias por herencia de su familia. Cree ciegamente que es suyo, di con Él, traté de convencerlo, pero tan solo me apuntó con un arma y me sugirió que me fuera. Necesitaré su ayuda, elementales.
- Cuenta con nosotros- asintió Kay- ¿Dónde vive este hombre?
Natal hizo una risa sarcástica, mantuvo la respiración, se encogió de hombros y respondió.
- La ‘’hermosa’’ ciudad de San Robo.
Kay y Sony se miraron el uno al otro y suspiraron profundamente. 

martes, 23 de agosto de 2016

En Memoria de una Heroína: CAPÍTULO 2.



En Memoria de una Heroína: CAPÍTULO 2.

‘’HA VUELTO’’ fue el título principal de todos los diarios, de todos los medios de comunicación imaginables. La prensa, los poderes políticos y las mismísimas bestias alborotaron todo el país en cuestión de minutos. Manifestaciones repentinas surgieron por parte de la ‘’otra especie’’. La noticia había transcurrido en un sector alejado de la capital, lugar donde solo habitaban… olvidados; aún así, el sistema amarillista popular (el cual seguía siendo igual de errado como en épocas pasadas) promovió y manipuló la información a su antojo, lo que solo generó más miedo y desconfianza. A su vez, algunas empresas aprovecharon y lanzaron nuevas campañas publicitarias para la venta de distintos artefactos hogareños que aseguraran la seguridad familiar y personal. 
Aquella primicia significó un importante deterioro de la credibilidad hacia los políticos, que aseguraban proteger a sus ciudadanos de asesinos de alto rango, como en el caso de Van Robin Hed.
La situación fue más allá cuando el Rey Patricio les otorgó nuevos poderes a las fuerzas armadas, con el objetivo de intervenir y proteger la seguridad pública.

- ¿Qué sentido tiene cavar una tumba y enterrar un ataúd sin que haya un cuerpo en él?- preguntó Sony a Kay, con los ojos achinados. El sol brillaba con fuerza, sin nubes que interrumpieran su luz, se situaba por encima de cada una de las grises y tristes lápidas del cementerio. Sony tenía un ramo de flores en las manos- Aunque no estés aquí- dejó las orquídeas sobre la tumba y la leyó una vez más: Jessica Carmanguer, 2206 a 2225.
- ¿Cuánto tiempo habrá pasado? Siento como si todo hubiera sido ayer…- habló Kay y se acarició la barbilla- Y no, ninguna señal de barba- Enseguida volteó y se dirigió al puesto de diarios más cercano. Compró el de aquel día y regresó con Sony- 24 de marzo del 2226, ¡sí que pasó el tiempo!
Sony ojeó el diario que acababa de comprar su amigo.
- Solo pasaron algunas horas y ya todo el país sabe de tu regreso- dijo, pasó por alto el ‘’Ha vuelto’’ y continuó con la lectura- Aquí dice… ‘’Van Robin Hed, ausente desde el siniestro en la ex empresa R.E.C.O, regresó y planteó la semilla de terror al otro lado de la ciudad; diez cadáveres fueron encontrados, inusualmente mutilados por fragmentos de hielo. A este acto de inhumanidad, las autoridades han jurado (públicamente) castigar severamente. Los pocos sobrevivientes aseguran también, que estaba acompañado. ’’
- Otra vez… el hielo. Los callaron antes de que los atraparan. Pero… ¿Quién?        
- Lo mejor será que regresemos a Sarmander. No es conveniente que nos vean vestidos así a plena luz del día. Ahora estas involucrado en todo esto… 
- ¿Y Natal?- preguntó Sony.  
- Más tarde, tenemos que proseguir con la investigación.
- Pero… tal vez sepa de quien se trata.
- Si Dimitrion nos estaba distrayendo con todo lo que hizo, significa que nos tomaron los pelos desde el principio. Mientras involucremos a menos personas, mejor. Por ahora, solo somos nosotros dos.  
- Habrá que esperar a la noche, de día solo soy una piedra.
- ¿Y mientras?
- No lo sé…
Con el objetivo de hacer tiempo, visitaron sus respectivos hogares para buscar nueva ropa y comida, pero ninguno de ellos pudo entrar. Las llaves no las tenían y en algún momento de la batalla con Dimitrion, probablemente se hubieran desvanecido. Acordaron el anochecer para reencontrarse, aunque se juntaron un poco antes y regresaron a la isla flotante (mediante una criatura voladora…).

Allá lejos, en el interior de la fauna de Sarmander, un hombre cocinaba unas salchichas sobre una fogata y armaba una tienda para pasar la noche.
- Imaginé que tendrían hambre y que les costaría despegarse de esta isla- dijo.
Sony (en su estado natural) y Kay se quedaron anonadados.
- Tarde- rió el elemental de la lava.
- Tarde para vosotros. De todos modos… venir temprano no es mi ocio.
- Ya lo sabemos- habló el elemental del fuego.    
Natal se puso de pie y se les acercó.
- Ni un cambio en sus caras, como si el tiempo ni los hubiera afectado, bueno… solo fueron tres meses- suspiró y sonrió- Que gusto verlos.
Aunque para ellos había sucedido todo en un instante, sus jóvenes corazones sintieron la ausencia de su mentor; Kay quiso darle un abrazo, pero no se animó. Estiró el brazo para darle un apretón de manos, Natal comprendió y estrechó la suya. Tras una breve y emotiva pausa, Natal notó el diario en las manos de Kay, se lo arrebató bruscamente y leyó la noticia.
- ¿¡Qué significa esto!?
Sony y Kay tragaron saliva.
- ¡¿Por qué figuran en el diario?!
Kay suspiró y habló.
- Es largo de explicar, será mejor que nos sentemos.
Natal hizo una mueca, pero accedió y les dio de comer. Alrededor de la fogata, con la noche viniéndose encima, repleta de estrellas y sin luna llena, los elementales se dispusieron a cenar y conversar.
- Primero, ¿Qué fue lo que pasó en todo este tiempo?- preguntó Sony.
- Crisis por el agua, políticos idiotas y las mismas pendejadas de siempre- respondió Natal de mala gana- También hubo asesinatos… muchos asesinatos últimamente.
- La Cruz…- dijo Kay.
- ¿La Cruz?
- Una secta de la otra especie que sirve a un tal M.M.  
- ¿M.M?
- Hace tres días, las rocas se hicieron añicos y despertamos, tardamos en comprender lo que había pasado- Kay sacó un viejo pedazo de papel en el interior del bolsillo de su pantalón- Y esto… encontramos el primer día. Tras la explosión, algunos agujeros de tierra surgieron y en uno de ellos, yacía este pergamino.  
- ¿Cómo? No tiene sentido…
- Eso no importa ahora, léelo.
Natal lo tomó.
- Al día siguiente, fuimos a buscar respuestas y nos enteramos que Dimitrion había muerto. El plan no salió tan mal después de todo…
Natal, con los ojos abiertos como platos, leyó en voz alta.
- A través de los tiempos se manifestó, aguardando ser liberado de sus cadenas. Y a pesar de la larga espera, su odio creció.
Sueña con las bestias viviendo bajo su merced, solo con la muerte se paga la vida…- Natal pausó- Está roto e incompleto, como si lo hubieran arrancado.
- Lo sabemos. Ahora… observa el extremo inferior a la derecha- señaló Sony- ¿Qué dice?
- Dice las iniciales: ‘’M.M’’- Natal apretó los dientes y frunció el ceño.
- Lo interpretamos de una única manera: Fuimos conscientes de que los únicos que pueden revivir a los Narsogs son los sirvientes de Dimitrion, así que comenzamos con la búsqueda de aquellos que escaparon de la Isla durante el enfrentamiento- le dijo Kay, rascándose la cabeza- Para tener respuestas y bueno… someterlos ante la justicia. Pero, las cosas resultaron un tanto diferentes…  
- ¿Diferentes?
- Uno de sus viejos servidores dijo que Dimitrion era solo un peón, que La Cruz solo tenía un líder, su fundador… y antes de decir más, un pedazo de hielo lo atravesó de lado a lado- le explicó Kay- Buscamos a su asesino, pero apenas logramos sobrevivir del ataque de sus compañeros y le perdimos el rastro.
- ¿Un pedazo de hielo?- preguntó Natal anonadado.  
- Hay más. Justo antes de caer, mencionó a la espada de los dioses…
- ¡¿La espada de los dioses?!- repitió Natal, parecía que iba a estallar de los nervios- ¿Están seguros de todo esto?
- Seguros- retomó Sony, preocupado por los gestos de su mentor- ¿Puedes decirnos quien es M.M?
- No tengo idea de quien se trata. Pero la espada… puede que nos dé una pista. Si lo que dicen es cierto, las cosas están graves, MUY graves.
Natal levantó las rodillas rápidamente y antes de marcharse les dijo:
- Volveré pronto, lo prometo.

Kay miró a su amigo inmediatamente, con una gran seriedad, acababan de despertar y ya se encontraban con nuevos problemas. Se acostaron en el césped, examinaron las infinitas estrellas y se relajaron con los sonidos que únicamente Sarmander podía brindarles.  

domingo, 21 de agosto de 2016

LOGO: ARDA (cuentos y novelas)


Finalmente llegó el nuevo logo de ARDA, gracias al artista, profesor y amigo: Ikaro Ghandiny
Pueden visitar su páginahttp://www.ikaroghandiny.blogspot.com.ar  
Y facebook: https://www.facebook.com/ikaroghandiny/ 

martes, 16 de agosto de 2016

La Cruz: CAPÍTULO 1.




La Cruz: CAPÍTULO 1.

Ella sabía que lo que había hecho no era propio de su persona, aplastada por un momento de debilidad. Se levantó de la cama, totalmente desnuda y buscó por encima de los muebles de la habitación. Su compañero de trabajo, el profesor de historia, yacía entre las sábanas, roncando. Volvió a vestirse y tomó su celular; Ella notó que no tenía batería y encendió la televisión para saber la hora. 

Eran las 09:00 am del 24 de Marzo del 2226. Luego, observó a su compañero tendido sobre la almohada, con el torso al descubierto y repleto de cabellos canosos. Todo había empezado unos meses después de que el hombre comenzara a trabajar en la facultad de derecho; se conocieron en la cafetería e intercambiaron unas pocas palabras. 

Ella pudo percibir tristeza en sus ojos, inmediatamente se vio atraída por aquel sujeto de ojos grises. Poco después, se aseguró de coincidir las pausas entre las cuatro horas de cursada, con la intención de acercársele. No era una mujer tímida y fue ella quien comenzó la conversación. 

Él se presentó, pero por su apellido, debido a que odiaba su nombre. Fue un arduo trabajo de su parte hasta que finalmente… sucedió. Pero aún así, después de haber esperado tanto para tal acontecimiento, no se sentía a gusto, no se sentía cómoda. A pesar de que acababa de vivir una noche inolvidable, no podía quitar de su cabeza las repercusiones que traería la situación. Decidida, dejó la televisión encendida, tomó sus cosas y se marchó de ese espléndido cuarto.     

''La crisis continúa acrecentándose, el agua se ha visto seriamente deteriorada en las últimas décadas, nuestras acciones sobre el medio-ambiente influenciaron agresivamente sobre el funcionamiento de la Tierra. La naturaleza nos está cobrando la factura. Las provincias del sur ya han sido las primeras víctimas, en Bariloche hubo veinte muertos por intoxicación debido al consumo del agua de las cañerías. Algunos gobernadores ya hablan de una inminente ‘’guerra por el agua’’, debido a las constantes muertes en Venezuela, Perú, Chile y Ecuador por la misma problemática. El Rey Patricio, representante de la G.N.U.M, decretó una orden de salvación por parte de las fuerzas armadas, asegurando por todo el mundo, la purificación del agua en todos los hogares''    

Un muchacho muy joven estaba dando la noticia en uno de los canales más polémicos de la televisión argentina.

Natal finalmente se despertó, con los ojos entrecerrados y sin fuerzas para levantar la cabeza. Miró a su derecha, como lo imaginaba: la bonita profesora de geografía, divorciada y cariñosa, se había esfumado. Reconoció que hacía ya unos cuantos años que no se divertía tanto, pero él sabía su lugar, su misión. No le insistiría para que se volvieran a ver y si Ella, a partir de esa noche, decidía tomar distancia, resultaría mucho más fácil. La quería, pero su deber era mucho mayor que un amor pasajero.   

‘’ Entre otras noticias, diversos ataques y secuestros se han efectuado la última semana: Tres muertos en un bar al norte de la capital, otros cuatro en la iglesia de San Miguel y cinco heridos en un teatro de Caseros. Algunas fuentes consideran que se trata de un grupo de guerrilleros, desatando revueltas para derrocar al gobierno. Los pocos sobrevivientes aseguran que el misterioso grupo no está compuesto por humanos, lo que ha conducido a una intensa lucha de derechos y reclamos por discriminación que no se habían llevado a cabo desde el año 2220. ’

Natal apretó los dientes y suspiró profundamente, no quiso oír más nada y apagó el televisor. Con mucho esfuerzo se levantó, como si fuera cualquier otro día, a las dos de la tarde tenía su primer turno de trabajo. Se acarició la barriga y escuchó un leve sonido en su interior, moría de hambre. 

Tomó su bata favorita de color turquesa y fue hacia la cocina. En el transcurso, una corazonada vino a su mente, primero se sirvió una taza de café y después, por motivo de un magnífico día soleado, salió afuera. Ni siquiera tuvo tiempo de tomar el primer sorbo, debido a que la taza se le cayó de las manos y se derramó en el suelo, mientras se hacía añicos. Natal estaba petrificado, verdaderamente impactado. Tomó aire para hablar en voz alta, pero las palabras no salían de su boca, como si le estuvieran impidiendo realizarlas.
- No… no puede…

A una gran velocidad, Natal fue a vestirse, sabía lo que estaba pasando. La ansiedad y la emoción recorrían su espíritu con fervor. Se sintió un poco apenado de que tuviera que esperar a que finalice su primer turno, aunque pensó que podría irse antes, sus estudiantes lo entenderían. Después de todo, eso hacemos…

Con un traje gris y corbata, más una oscura maleta, fue a trabajar. Sus alumnos apreciaron que el profesor Natal estaba explicando los temas de la clase un poco más veloz de lo habitual y que, repetidas veces, observaba el reloj del aula por varios segundos. Fueron numerosas las ocasiones que tuvo que volver a explicar un acontecimiento histórico por pedido de algún estudiante. 

No habían pasado ni dos horas y Natal terminó la clase con anterioridad, disculpándose con los oyentes. Quienes ni se quejaron. Feliz, Natal salió disparando por la puerta, casi se le caen los anteojos, lo que fue motivo de burla por parte de sus alumnos (aunque con el mayor de los respetos, ya que era un docente muy querido). Su estado de ánimo era evidente.

Minutos después, Natal se dirigió a una pequeña zona descampada a las afueras de la ciudad mediante su viejo auto Peugeot. Agarró la maleta y la abrió, adentro había un artefacto de gran valor: una patineta voladora última generación (las cuales salían una fortuna). Tuvo un poco de miedo, pero no lo dudó, se subió y voló por los aires.         

Lo que Natal había visto en su casa fueron unas rocas desmoronarse y desaparecer. ¿Y eso que significaba? Las rocas habían surgido de un ataque que el elemental de la lava utilizó contra los secuaces de Dimitrion, aquella vez que intentaron emboscarlos en la mansión del profesor. ¿Entonces? Las consecuencias de las habilidades de un elemental se desvanecían con el tiempo (generalmente un año o pocos meses) y si aquellas rocas se habían ido, entonces…

Natal arribó la Isla de Sarmander, mucha de la vegetación se recuperaba de la explosión. Sobre los restos del ritual yacía una nueva fogata, totalmente nueva, también había ropa desgastada y sucia en el césped. Pero… por mucho que esperó y buscó, no encontró a nadie.

En algún lugar de la capital de Buenos Aires, dos individuos encapuchados se encaminaban rumbo a uno de los sectores más hostiles de la ciudad, un espacio marginado que había estado allí durante incontables generaciones. Era el barrio mas pobre del país, hacía ya muchos años, un anterior presidente al actual se percató de separar a todos los delincuentes, linyeras e indigentes y los obligó a permanecer allí, fuera de la ciudad. 

Un inmenso muro dividía las clases sociales. En la noche no era difícil escabullirse sin que los guardias notaran tu presencia. Sin titubear, los encapuchados se adentraron en el bar más viejo de la zona: el famoso HALCÓN VOLADOR.

Pidieron dos vasos de cerveza, se sentaron en la barra y con cautela, observaron a todo el clímax a su alrededor. Apostadores, prostitutas, delincuentes sin miedo de demostrarlo se divertían a lo grande; como si se tratara del viejo oeste muchos siglos después en el futuro.

En una mesa redonda yacían cuatro seres de la otra especie (bestias) conversando, tomando y riendo desagradablemente.

Uno de ellos se levantó y fue a pedirle otra ronda al cantinero, quien se la negó por falta de pago, pero la bestia lo amenazó con su pistola y el cantinero no tuvo mayor remedio que acceder. Justo cuando iba a tomar la bandeja con los nuevos vasos y la bebida (un whisky barato), un único encapuchado lo tomó de la muñeca.
- ¿Eres defensor de los débiles?- preguntó la bestia con desagrado- Si no me sueltas… te desfiguro la cara.

El encapuchado lo liberó, pero inmediatamente lo piso con el pie y la bestia cayó al suelo. La bandeja se desplomó, los vasos y la botella se destruyeron, el alcohol rebosaba entre las tabletas de madera, ubicadas irregularmente sobre el suelo. 

El encapuchado lo tomó del pescuezo, todos los presentes en el bar se sobresaltaron y quisieron atacar, pero el otro sujeto no identificado se les colocó en frente para que no interrumpieran. Alcoholizados y temerosos no se animaron a enfrentarlo.

La bestia pudo reconocer dos ojos humanos, mientras que el resto de la cara estaba cubierta por un pañuelo.
- ¿Qqué… qqué qquieres?- preguntó nuevamente la bestia con las pocas posibilidades de hablar.
- Increíble el lugar que eligieron para esconderse. Son ratas. Por su culpa mataron a una mujer que quería- le habló el encapuchado, pausó y continuó en tono amenazante- ¿Quién es M.M?
La bestia se echó a reír a duras penas.
- ¿Elementales, eh?
- Peor que eso, bestia inmunda.
- ¿Ah sí?
Hubo un largo silencio, hasta que el encapuchado volvió a hablarle.
- Muchos me conocen… como Van Robin Hed.
- A MI NO ME INTIMIDAS CON ESE NOMBRE- respondió la bestia con los dientes apretados- La Cruz no teme a asesinos falsos, La Cruz no responde ante ningún humano, La Cruz solo tiene un líder, un fundador…
- Dimitrion cayó, solo quedan ustedes, lacras…
La bestia volvió a reír, en un tono intimidante.
- Dimitrion fue solo un peón. ¿Crees que servíamos a ese? Un débil…
 - ¡Los vimos intentando realizar el ritual!
- Una fachada… una distracción. Solo así nuestro señor Mil….- un sonido irrumpió inmediatamente, la bestia acababa de ser atravesada por un pedazo de hielo, con más filo que mil cuchillos. Cayó a los brazos de Kay, susurrando unas últimas palabras antes de morir- La espada de los dioses…

Los ojos de todos los individuos se abrieron como platos, la bestia se desplomó en el suelo sin vida. Atónitos y con una gran furia, gritaron:
- ¡¡ES VAN ROBIN HED!!-  y se dispusieron a atacar.

El otro encapuchado, compañero de Van Robin Hed, efectuó una asombrosa ola de lava que les impidió a sus enemigos acercárseles. Tomó a Robin Hed a la fuerza, quien estaba petrificado ante lo ocurrido. Ambos personajes huyeron a toda velocidad.

El cantinero quiso sacar un arma desintegradora para acabar con los visitantes, pero cuando la tomó, habían desaparecido. El bar había sufrido unos cuantos daños. Las bestias consiguieron salir del bar, apenas la lava se solidificó, pero no se encontraron con ningún rastro de los agresores. 

A aquel inhóspito lugar, los comediantes lo llamaban: San Robo.


   

jueves, 11 de agosto de 2016

La Guerra de las Bestias 2: La Espada Divina y el Tesoro de los Aztecas.


El día llegó. Les presento la continuación de ''La Guerra de las Bestias: Los Nueve Corazones'', esta novela es un poco más larga, consta de 20 capítulos, los cuales serán subidos todos los martes. Si les gustó la historia anterior o no les convenció del todo, ¡los/as invito a leer esta segunda parte! ¡No se olviden de comentar!