viernes, 22 de diciembre de 2017

Guerra entre Hermanos: CAPÍTULO 14.




Guerra entre Hermanos: CAPÍTULO 14.

‘‘- Te elegí, ¿Sabes? Creo que eres el indicado. ’’ (…)   
‘‘- Libera todo tu enojo, adelante. Es lo que necesito- lo incitó- Venga la muerte de los padres de tu novia’’ (…)[1]
‘‘- ¿Podrán enfrentarse a un ser con la locura de Dimitrion, los ideales de José y la inteligencia de Minos?- les dijo Fismut- No solo querrá destruirlos, sino muchos más y cuando lo descubran ya será demasiado tarde. ’’ (…)
‘‘- Se están por enfrentar a un individuo que se distingue por mucho de sus antiguos enemigos. Meddes va a querer jugar con sus mentes, intentará encontrar su mayor debilidad y sus peores miedos, los usará a su provecho, no tendrá compasión. Es un mago oscuro. No lo subestimen ni se dejen corromper…’’ (…)[2]

Aquellos recuerdos vinieron a la cabeza de Kay en un santiamén.
- Así que ese siempre fue tu objetivo- le dijo a Meddes y guardó la espada de Xón en un cinturón que Lepra le había hecho- Nunca te interesaron las bestias demoníacas o Vrogh y su propósito, todo lo que querías era que Sony y yo nos enfrentemos a muerte. ¿Verdad?
- No eres tan estúpido como creí- se burló el encapuchado- … Así es, mi sueño siempre fue ser el único mago en la historia que logre que la profecía se rompa y que los JEN se enfrenten el uno contra el otro. Yo te había elegido a ti, creí que era cuestión de tiempo para que cedieras al odio y perdieras la razón. Pero… me sorprendiste, fuiste tenaz y persistente, los observé todo este tiempo- Lepra se sobresaltó al escuchar lo último- Finalmente comprendí que había puesto mi atención en la persona equivocada; tu dolor era traicionero, pero aún así, ese sentimiento, que ustedes idolatran, te dejó una marca muy profunda, tuve que haberla matado antes de que hablara, porque sí, fue ella quien destruyó mis planes. 
- Agustina…- pensó Kay entre lágrimas y recordó lo que ella le dijo antes de fallecer frente a sus ojos.
- Después de tantas molestias, no todo estaba perdido, pues resultó que no eras el único con una gran carga que soportar- señaló a Sony.
Sony tenía unas grandes ojeras, cómo si no hubiera dormido por semanas, y una expresión de puro odio.
- ¿Sony? ¿Estás ahí?- preguntó Natal y se le acercó lentamente- Muchacho, nos tenías preocupados… 
Lepra se apresuró y efectuó una maniobra con el pequeño bastón para crear una barrera de roca entre Sony y Natal, pues el joven había intentado atravesarle el corazón a su mentor con la mano. 
Kay estaba petrificado y observó que en el pecho de Sony yacía un tatuaje que reconoció al instante, el mismo que Dimitrion tenía en su cara y Miljen Morgán en su brazo…
- La MARCA NEGRA- resaltó Lepra.   
Kay sonrió con soberbia y esto desconcertó a todos los presentes.
- Hasta parece que le enseñaste nuevos trucos, déjame decirte que… no fue el único que aprendió un par de cosas- dijo y un milisegundo después, apareció frente a Meddes para darle un puñetazo en el rostro oculto.
- Qué rápido…- exclamó Natal, atolondrado.
Sin embargo, justo antes de que Kay toque a Meddes, Sony lo detuvo a la distancia con una habilidad de manipulación, unas redes verdes salieron de sus dedos y dejaron inmóvil al elemental del fuego. Kay rodeó a su propio cuerpo de llamas y las ataduras se deshicieron; Meddes continuaba frente a él, bajo su capucha podía denotarse una macabra sonrisa.
- No quiero hacer esto, hermano- le dijo Kay a Sony.
Sony se quedó callado.
- Cómo una vez me dijo José Morgán, la marca negra es de por vida, la única forma de deshacerla es… con la muerte- dijo Natal.
Lepra yacía observando el suelo, muy aturdido.
- Así es- aclaró Meddes pronunciando las ‘’eses’’ con mayor énfasis- O matas a tu compañero para liberarlo de su tormento o dejas que él te asesine…
Sony se quitó la túnica negra y la tiró a un costado.
Kay volvió con sus compañeros, en guardia y en voz baja, les dijo a sus compañeros.
- No se alarmen, tengo una idea- no parecía ser el mismo de siempre- Meddes es la clave, si lo dañan, la marca puede llegar a irse… Natal, recuerda lo que pasó con Morgán, él se separó de la bestia de Amdor, hay que buscar la manera de hacer lo mismo.
Sony examinaba a sus tres compañeros con una mirada amenazante.
Lepra observó a Kay con admiración por primera vez; debido a que, frente a la imposible situación y la opción de matar a su amigo, se mantuvo relajado y pensó una alternativa.
- Muy bien, Kay- dijo Lepra. También era la primera vez que lo llamaba por su nombre- Es hora de enseñarles un poco más sobre el Böju.  
Sony vestía una camisa negra manga larga con los primeros cuatro botones abiertos, los cuales dejaban al descubierto su pecho y el tatuaje inscripto en él. También llevaba un jean mostaza y zapatos, estaba muy elegante. Su cabello desalineado, su rostro pálido, unas amplias ojeras cubrían la parte inferior de sus ojos verdes; las mejillas coloradas y con algunas cicatrices nuevas. A continuación, se quitó el calzado para luchar con los pies al descubierto, y Kay hizo exactamente lo mismo. Pues, cuando eran chicos, era lo que hacían para jugar a las peleas. Tal vez Sony no podía razonar con exactitud, pero sus memorias estaban intactas.
- No puedo leerte, ni un solo pensamiento- le dijo Kay, mirándolo fijamente.
- Esa conexión ya no existe- le respondió Sony- Hoy, uno de los dos JEN, morirá.
El elemental de la lava corrió hacia su contrincante y saltó hacia los aires, cuando cayó, sus pies destruyeron el suelo y una grieta siguió a Kay, el joven no la esquivó y lo que pisaba se deshizo, se vio atrapado de pies a cintura en un agujero.
- Súper fuerza…- suspiró Natal- Y creí que ya lo había visto todo.
Lepra le hizo una seña para que no se desconcentre, pues estaba esperando que Kay entretuviera a Sony lo suficiente para atacar a Meddes, quién yacía observando la pelea del otro lado del campo de batalla.
Kay logró salir del agujero, sin embargo, se descuidó y no notó que Sony se le había acercado para pegarle un puñetazo en el estómago. Kay se echó para atrás, expulsando saliva. Sony quiso pegarle otro manotazo en la cara, pero Kay se apartó a velocidad.
- Si te contienes, morirás rápidamente- le dijo Meddes a Kay.
Realmente Kay solo quería entretener a Sony, no podía lastimarlo. Pero el joven de ojos verdes estaba luchando con total seriedad.
- ¿Es Van Robin Hed un cobarde?- se burló Sony.
Kay suspiró, la situación se estaba poniendo muy difícil.
El joven con la camisa negra estiró ambos brazos y flexionó las rodillas, múltiples charcos de lava (del tamaño de alfombras) se posaron sobre el área, como un campo minado.
- ¿Y ahora qué piensa hacer?- pensó Kay, frunciendo el ceño.
Sony corrió hacia Kay una vez más, y en ese instante, dos charcos se elevaron por los aires y acecharon al elemental del fuego como si fueran proyectiles. Para suerte de Kay, su velocidad había crecido mucho cuando descubrió como usar los poderes de los JEN, razón por la cual aprovechó dicha habilidad para escapar; lamentablemente, cayó en la trampa de Sony. Kay se preocupó tanto por esquivar los ataques que no reconoció que se estaba dirigiendo al sector donde había más charcos de lava desparramados. Masas y masas se elevaron de los charcos de lava, rodearon al objetivo y atacaron sin titubear. A tiempo, Kay creó una esfera de fuego a su alrededor para repeler los ataques, logrando contener todas las explosiones. Sin embargo, Sony no le dio respiro y volvió a aparecer frente a él en un abrir y cerrar de ojos, lucharon con patadas y puñetazos, cómo auténticos peleadores de artes marciales. Kay evitaba golpear a su amigo, se limitaba a defenderse de la ofensiva del otro JEN. Sony no tenía piedad.

‘‘Natalie entró a la habitación del hospital, muy asustada. Allí ya estaban Nicholas y Kay junto a una cama de sábanas blancas, donde yacía el pequeño Sony con varios moretones en la cara. Entró con gran histeria y exclamó.
- ¿Quiénes fueron? ¿Estás bien, cariño?- y fue a abrazar a su hijo.
Nicholas, despreocupado, posó una mano sobre el hombro de su esposa y le dijo.
- Ya hablé con los padres de los responsables y las autoridades del colegio, está todo solucionado. Las heridas no son graves.
- ¿Por qué no me llamaste antes? Mi nene es mal herido y esperás a que esté en el hospital para avisarme- gruñó la mujer.  
- Se desmayó, fue urgente traerlo antes que cualquier otra cosa- replicó Nicholas- Perdón… pero míralo, es todo un gladiador, está diez puntos.
Sony tenía los ojos entre cerrados y el rostro algo manchado de pintura, sus brazos también estaban dañados, moretones que sus compañeros le habían causado tras una broma que salió mal, la cual estaba dirigida a Kay pero ocurrió un cambio en las circunstancias a último momento…
Natalie estuvo a punto de seguir reprochándole a Nicholas pero algo la detuvo: Kay, quién en aquel entonces tenía sólo 10 años, tomó a Sony de la mano y con una tímida sonrisa le dijo.
- Mi hermano.
Sony, con sus pocas fuerzas, le devolvió la sonrisa. Antes de aquel suceso, no se entendían; pero en ese momento, todo había cambiado y fue inevitable para Natalie no llorar. ’’

Durante la pelea cuerpo a cuerpo, una de las alas de la gárgola apareció en la espalda de Sony y golpeó a Kay como si fuera un tercer brazo. El elemental del fuego se echó para atrás.
- La luz de este mundo no le hace nada a la gárgola…- susurró Natal.
- No sólo mejoró sus habilidades como JEN, sino también como elemental y posee un perfecto control de su contraparte de Amdor, este muchacho es imparable- comentó Lepra, apretando los dientes.     
- Con este muchacho de mi lado no tengo nada que temer, cuando vuelva a aparecer… lo mataré- pensó Meddes, lleno de rencor.
- ¡Ahora!- le exclamó Lepra a Natal cuando lo vio distraído y a Sony también. El joven morgano empezó a hacer movimientos circulares nunca antes vistos, diferentes a todos los que había enseñado durante el viaje; Natal se quedó petrificado, observándolo- Convocaré todo el poder del Böju y Meddes será historia…- el círculo de los magos apareció bajo sus pies, pero esta vez, cinco nuevos diseños esféricos aparecieron dentro de él, a su alrededor; cada uno tenía un insólito símbolo místico.
- ¿Qué es eso…?- preguntó Natal.
- No es por presumir, pero sólo los inmortales eran capaces de invocar el círculo COMPLETO de los magos. Donde yacen los cinco segmentos: la fuerza física, el conocimiento, la comunicación, la fuerza mental y la energía vital. Cúbreme…- Lepra posó el pequeño bastón en el centro de la circunferencia. Natal miró hacia los lados y se mantuvo atento- En Reroriam me viste curarme usando el Böju, esa es la energía vital. Mi habilidad de conocer todo lo que pisa la tierra es parte del segmento ‘’conocimiento’’. Con la fuerza física logré sellar al demonio dentro de Kay por tres días. Con la fuerza mental, el conocimiento y el segmento ‘’comunicación’’ logré hablar con Wodo en su lengua la primera vez- lanzó una risa pedante y añadió- Es muy difícil combinarlos y requiere años de práctica, yo tenía preparado una sorpresa para el encapuchado cuando volviera a verlo; es la combinación de los cinco segmentos.
- Pero…- Natal recordó inmediatamente- Cuando te curaste estabas muy exhausto, igual en otras ocasiones… ¿Qué pasará si usas todo a la vez?
- Moriré- aclaró Lepra- Pero habré cumplido con mi objetivo y mi gente podrá ser vengada- el círculo azul brilló y expulsó una gran nube de vapor a su alrededor.
- Lepra, por más que lo logres, ¿Qué objeto tiene? ¿Serás mejor que él?- exclamó Natal- Si él muere y tú también, ni siquiera serás capaz de tener la satisfacción de saber que triunfaste porque estarás muerto. Viví muchos años y sé lo que le hace la venganza a los hombres… los corrompe.
- No podrías entenderlo, Natal- le dijo Lepra- Todos mis seres queridos murieron por su culpa.
- Sí que lo sé, no conoces nada de mí- aclaró Natal- Porque mi familia también fue asesinada por un malhechor y me mantuve inmortal para volver a verlo y acabar personalmente con él. Sin embargo, sigue allí, vivo, dios sabe donde… y me he dado cuenta que la venganza es sólo parte del dolor que siento; decidí no dejarme llevar por ella, aprendí la lección a las malas, tú puedes hacer lo mismo.
Un aura celeste rodeó a Lepra de pies a cabeza y las pupilas de sus ojos se agrandaron exorbitantemente. 
- Ya es demasiado tarde para mí- todo el vapor rodeó a Lepra y saltó por los aires hasta caer sobre Meddes, quien yacía desprevenido observando la pelea de Sony y Kay, algo lo preocupaba y eso lo distraía.

Meddes tardó en reaccionar y pareció ser demasiado tarde cuando Lepra estuvo apunto de golpearlo fatalmente. Pero algo ocurrió, Lepra se quedó inmóvil en los aires, totalmente tieso, y una fuerza magnética lo alejó del encapuchado y lo acercó a Sony; el elemental de la lava acababa de salvar nuevamente a Meddes. Lepra cayó a los pies de Sony, toda su magia desapareció en un suspiro; el aura y el vapor. Sony le pisó la espalda y Lepra gimió del dolor. Finalmente, Kay le dio un puñetazo certero a Sony en la cara, el segundo muchacho perdió el equilibrio (la única ala de la gárgola regresó al interior de su cuerpo) y Kay aprovechó para alejar a Lepra; lo dejó al cuidado de Natal. Lepra estaba muy herido y sucio, Natal apretó los dientes y cerró los ojos para contener el enojo. Entonces, Natal lo supo y abrió los ojos para observar a Meddes, quien ya no les prestaba atención y contemplaba a su nuevo pupilo.
- Todos los ataques hacia Meddes… fueron detenidos por Sony- pensó el profesor- ¿Por qué? ¿Por qué no se defiende sólo? Ya demostró tener un gran poder…- y se sobresaltó al notar que algunas gotas de sangre estaban cayendo desde la capucha negra hasta el suelo- Está herido… ¿Cómo es posible?- examinó la batalla entre sus dos viejos alumnos y volvió a mirar a Meddes- Parece estar muy interesado en que Sony gane aquella pelea y algo me dice que no es por su ‘‘sueño’’ como dijo antes… alguien dejó mal herido y muy debilucho a Meddes, aunque lo disimula bastante bien.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el elemental de la tierra, quien tosía sangre y necesitaba atención médica urgentemente, sólo un segundo de esa habilidad había dejado al pobre Lepra en un muy mal estado. Natal lo revisó con lo poco que sabía de medicina y lo cuidó, no dejaría que nada le pasara.

A pesar del plan de Kay, Natal estaba realmente apesadumbrado al ver como los dos muchachos que habían compartido aventuras con él, se enfrentaban en un duro combate hasta la muerte.
- ´´ ¡Cuídalos, amigo mío! Son la llave a un universo más grande del que podemos imaginar - le dijo José Morgán. ’’ (…)[3] - recordó Natal y se dijo en voz alta- Oh amigo mío, si supieras lo certeras que fueron tus palabras te volverías loco.
Sony y Kay yacían frente a frente.
- Eres más fuerte que esa marca, lo sabes- le dijo Kay.
- Quiero que uses todas tus fuerzas- lo incitó Sony- Descarga todo el odio que tienes hacia mí.
- ¿Odiarte? Yo nunca te odié, ni siquiera cuando me rechazabas por ser adoptado.
Sony sonrió desquiciadamente.
- No hablo de eso.
Kay frunció el ceño y no se atrevió a preguntarle.
- Ni debes imaginarte lo que yo sé y tú no, lo que te haría cambiar de actitud completamente en un instante- dijo el joven abogado.
Kay tenía un mal presentimiento. Natal curaba a Lepra pero se mantenía atento, escuchando.
- Si tu mente es controlada, no hay mentira que me crea. No soy idiota- aclaró Kay.
- Oh mi amigo, lo sé. Sólo eres… ignorante- Sony se puso en guardia. Kay copió el gesto.
Sony pisó el suelo y un peñasco surgió, del tamaño de una cancha de tenis; luego llenó el agujero con lava.
- ¿Piensas que no me doy cuenta que quieras tirarme a ese agujero?- dijo Kay y una fuerza invisible lo atrapó, la cual empezó a llevarlo hacia el agujero ardiente; otra vez la habilidad magnética de Sony. Kay se desesperó, no podía moverse por voluntad propia y estuvo apunto de caer al abismo hasta que gritó desesperado, y una fuerza repulsiva con forma de onda, se deshizo del magnetismo impuesto por el otro JEN. Kay volvió a estar inmóvil, pero esta vez, se debía a que acababa de entender otra de sus tantas habilidades como un elegido.
- Yo atraigo, tú apartas. Iguales y opuestos a la vez- dijo Sony, sorprendido.
Kay creó sus famosas bolas de fuego, las había estado evitando pero el combate lo ameritaba. Sony formó una ola de lava que surgió desde el interior del peñasco, ambos elementos se enfrentaron entre sí durante un duro choque. Hubo una explosión, Sony reía, Kay había planeado dicho choque para emboscarlo por detrás; le rodeó el cuello con su brazo, cómo si fuera un viejo amigo y todo estuviera bien. Sony bajó la guardia, parecía haberse rendido.
- Descubrí que para usar los poderes del linaje JEN, tengo que pensar en buenos momentos. Y no hay momento feliz en el que no estés- le dijo Kay y al no recibir una respuesta, agregó- ¿Qué es lo que sabes que yo no?- estaba realmente intrigado.     
- Una guerra entre hermanos, ¿no te parece?- dijo Sony, divertido. Kay presionó el cuello de su compañero- La curiosidad mató al gato, ¿sabías? Es una frase muy conocida y tan cierta.
- ¡Habla!- exclamó Kay.
Hubo un tirante silencio. Sony dejó los preámbulos a un lado y fue directo.
- Agustina… TE ENGAÑABA.
Kay soltó a Sony inmediatamente, había perdido la fuerza de todos sus músculos. Se agarró del estómago, la sensación de sus huesos desalineándose cuando la bestia demoníaca despertó no fue nada a comparación del nuevo ardor que padecía. Sintió que no podía tragar saliva, ni apartar la vista de Sony, ni mover ni un dedo. Su boca yacía abierta y sus ojos abiertos como platos, anonadados e inmóviles, sin un pestañeo. Todas las veces que su novia le había dicho que lo amaba se reprodujeron en su cabeza, una tras otra. Aquel noble sacrificio que realizó se repitió una y otra y otra vez, sin final alguno.
Sony le seguía dando la espalda, en silencio; acomodó su cuerpo y se puso derecho; estaba en un estado de real solemnidad.  
- ¿Me… engañaba?- repitió Kay en voz baja y se tendió al suelo de rodillas- Pero sí ella me amaba.
Natal había escuchado y ahora todo parecía tener sentido.


En el auto durante su regreso:

‘‘- Llevas horas sin decir ni una palabra- le dijo Natal.
Sony continuó petrificado mirando la ventana empañada y dibujando con su dedo algunas formas absurdas.
- Sony…
- No estoy de humor.
- ¿Y a qué se debe? Si no me equivoco, apoyaste a Kay en su decisión para que no nos acompañara…
- No es eso.
- ¿Entonces?- replicó su mentor.
- Nada, son cosas de las que no quiero hablar.
Natal suspiró, puso quinta y no volvió a molestarlo. ’’ (…)   

Y en la mansión:

‘‘- ¿Ahora vas a decirme qué es lo qué te sucede?
- No puedo. Hice una promesa- respondió Sony, con un poco de indiferencia y llevándose unos cereales con leche a la boca.    
- ¿Promesa? ¿A Agustina? ¿Qué ocultas, muchacho? Es la primera vez que me llenas de intriga.
- Vos tenés tus secretos, yo los míos. Respetemos eso- Sony se limpió con una servilleta y se levantó de un golpe. ’’ (…)[4]

- Esto está peor de lo que creí- pensó Natal- Si Kay no toma el control de sus emociones…
- Incluso lo sabías antes de Reroriam y no me dijiste nada…- dijo Kay, suspirando con fuerza y apretando los puños. Escuchaba los latidos de su corazón con total nitidez y golpeaba su pecho con tanta fuerza que parecía que en cualquier momento se saldría por sí solo- ¡¿Eh?!- le gritó- ¡¡¡SONY!!! 
Sony se mantuvo frío, aún de espaldas frente a su ex compañero.
Los dientes de Kay se convirtieron en colmillos y su piel se erizó como la de un puercoespín (igual que aquella vez en Reroriam). Ambos puños se rodearon de fuego y el elemental desenvainó la espada de Xón, la cual también se vio rodeada de llamas.
- Ese es el odio que me tienes- dijo Sony con la cabeza gacha y Kay apareció frente a él en un parpadeo, a continuación le dio un golpe directo a la cabeza pero Sony transformó su brazo en el de una gárgola y bloqueó el ataque.

Meddes estaba increíblemente a gusto con el espectáculo y Natal tenía intensas ganas de llorar, pero se contenía. Lepra yacía inconsciente.
Kay, cegado por la ira, intentó cortar a Sony en dos, pero su contrincante se defendía mediante los duros brazos de la gárgola, hasta hizo aparecer nuevamente las alas de su espalda y las utilizó para ganar ventaja en los cielos. Esta vez, la ofensiva estaba a cargo de Kay, quien realizó saltos impresionantes para embestir a su enemigo. Los dos JEN se batieron en un sangriento duelo. Kay consiguió causarle algunos cortes en las alas, los brazos y las piernas; Sony se defendía y contraatacaba con bolas de lava (algo inusual en él), inclusive consiguió darle en el estómago, pero la piel de Kay parecía haberse endurecido. Una marca yacía imbricada con el tatuaje en el pecho de Sony; circular y horrenda (similar al símbolo de los morganos); brillaba intensamente en un color celeste y expulsaba humo; Kay tenía la misma marca en el cuello, comportándose de igual manera. Natal notó esto y pensó.
- Esa es la marca del sello, eso quiere decir que la bestia de Sony también fue despertada y vuelta a dormir- luego revisó a Lepra e intentó despertarlo, sin éxito. Le dijo en voz alta- ¡Despierta! ¡Deben quedar pocos minutos para el fin y los monstruos de esos dos están tentando para salir de su encierro!

Pero Lepra aún no recobraba fuerzas y continuaba inconsciente.
El brazo derecho de Kay creció hasta rodearse del cabello erizado y azulado del lobo, el brazo de Sony también acrecentó su tamaño y se volvió musculoso y de color gris. Puño contra puño, hubo tal choque que el muro tuvo algunos daños; Kay usó la espada de Xón como contragolpe, pero Sony endureció el brazo izquierdo y mediante una gran fuerza, tomó la espada del filo y la lanzó lejos. Todo esto ocurrió en el aire, Sony aplicó una nueva técnica y rodeó a Kay con sus piernas, giró sobre su propio eje (sosteniendo al otro joven) y lo lanzó hacia el suelo. Kay cayó como una bala, estaba cada vez más enfadado. Sony pisó tierra a metros de él, sin descanso, sus brazos se tornaron nuevamente humanos, cargaron sus respectivos elementos (el fuego y la lava) y los usaron contra el otro; dos ráfagas inmensas colisionaron entre sí, hubo otro gran impacto y los JEN gritaron ferozmente mientras utilizaban todas sus fuerzas.  

Natal creyó estar presenciando la batalla más intensa e impresionante de todas. Una luz se propagó y cegó a todos por unos instantes; ambos continuaban en su lugar; un nuevo y gran agujero (más grande que el que Sony había hecho anteriormente) apareció en medio. Sony yacía de pie, inhalando y exhalando con dificultad; Kay… desplomado en el suelo, completamente herido; la ropa desgarrada (con los brazos al descubierto, los cuales tenían quemaduras de primer y segundo grado); sangre acumulada en sus alrededores y sobre la espalda.

Natal estaba apunto de explotar, tenía que hacer algo al respecto; sino… Sony terminaría por matar a Kay.
El joven abogado levantó la mano izquierda y la cerró lentamente, el cuerpo de Kay levitó por los aires y fue hacia Sony en cámara lenta. La mano izquierda la mantuvo a la altura de su cintura, con la palma apuntando hacia arriba, sus uñas crecieron hasta convertirse en garras y así pensaba eliminarlo definitivamente. La incertidumbre predominó, una vez el cuerpo de Kay se acercó lo suficiente, Sony tomó a su amigo del cuello y preparó sus garras para arrancarle el corazón. Kay parecía estar inconsciente.
- ¡Sony, no!- gritó Natal, aunque fuese demasiado tarde. El elemental de la lava atacó, pero 

Kay había estado fingiendo, abrió los ojos, lo tomó de la mano derecha y se transformó rápidamente en un hombre lobo; su cuerpo creció de tal manera que Sony tuvo que soltarle el cuello porque ya no podía sostenerlo; se echó para atrás, paralizado. El lobo le dio un hábil puñetazo en la cara y Sony se derrumbó en el suelo; a continuación, la criatura se sentó de rodillas sobre él y comenzó a molerlo a golpes. Sony no lloraba ni se quejaba, continuaba con la mirada fría e inexpresiva, luego pasó a burlarse de su rival, entre sonrisas desquiciadas y manchones de sangre bañándole el rostro. El lobo se detuvo, cansado de tantos golpes. Hubo una pausa y Sony habló, tendido en el suelo, con todo el cabello desalineado y el rostro desfigurado.
- Estoy impresionado, nunca creí que tú y el lobo llegarían a entenderse y a prestarse poder.
El lobo suspiró amargamente y reconoció que se había pasado de la raya. Se tranquilizó y volvió a la normalidad.
- Me dejé llevar, no consideré que estás bajo la influencia de una maldición- dijo Kay, con el largo cabello desalineado y mojado.
- Úsala, lo que hiciste con Morgán, invade mis memorias y dime si es mentira o no- lo incitó Sony.  
Kay apretó los dientes y aceptó, colocó sus dos dedos en la frente del joven.

MEMORIAS DE SONY:

‘‘Sony acababa de salir de la casa de los nuevos Montarnen, era de noche; le prometió a su amigo que traería a su novia sana y salva; pues ella se había ido a hacer las compras y llevaba horas sin aparecer. Cómo estaba en un pueblo que acababa de conocer, no conocía las calles y se perdió con facilidad. Muchas de las casas eran similares y no había edificios que guiaran al pobre joven. Finalmente encontró el supuesto supermercado a donde ella fue, pero el negocio estaba apunto de cerrar y no se encontraba allí, sólo los empleados, amargados, después de un largo día de trabajo. El muchacho estaba algo preocupado, temía que algo le hubiera pasado; se aseguró que nadie lo viera y se convirtió en una gárgola para volar por los cielos y tener una mayor visibilidad. A casi medio kilómetro de distancia, descubrió a dos jóvenes en un parque. Bajó rápidamente, regresó a ser un humano y fue hacia allí. Se escabulló entre los árboles y la oscuridad hasta llegar a la plaza, en la cual no yacía ninguna otra persona, sólo aquellos dos individuos, un hombre y una mujer, ambos estaban sentados en un banco, en el interior de dicha plaza. La jovencita estaba rodeada de bolsas de supermercado y Sony pudo notar que se trataba de Agustina. Sin pensar nada en absoluto, el muchacho se acercó para escoltarla hacia su casa y fue sorprendido cuando el hombre que la acompañaba (un joven de casi treinta años, cabello y ojos oscuros, los rasgos de un adulto, alto y vestido informalmente con unos jeans y una camisa rojiza) la besó en los labios apasionadamente, ella le devolvió el beso y se arrepintió rápidamente.
- Aquí no- le aclaró- Estamos a la vista de todos.
- A esta hora nadie sale de su casa, toda la gente de este pueblo tiene las mismas costumbres- respondió él.
- Te dije que estoy dolida, que volví a pelearme con él, no tengo ganas de esto, hoy no- replicó ella.
- Vamos, tienes que dejarlo de una vez, no te merece- respondió él- Déjalo y ven conmigo, si quieres esperar a que tus padres se vayan, está bien. Pero hazlo, o nos lastimarás a los dos.
- A más de dos…- dijo Sony, parado frente a la pareja, con una expresión sombría.
Agustina se quedó helada y sus ojos celestes se bañaron en lágrimas.
- ¿Cómo…?
- ¿Quién es él?- preguntó el hombre.
- Quién te golpeará si sigues hablando- lo amenazó Sony. El hombre se puso de pie inmediatamente para hacerle frente, pero Agustina se le adelantó y los separó.
- Aquí no. Román, vete. Te lo suplico. Yo me encargo- dijo ella, triste.
El hombre miró a Sony con una mirada muy seria y este hizo lo mismo, luego se marchó. 
- ¿Qué haces aquí?- le preguntó Agustina a Sony cuando el sujeto conocido como Román se marchó.
- Me mandaron a buscarte- dijo Sony, entre dientes- Vámonos- le dio la espalda y Agustina lo tomó del brazo.
- No lo entiendes, yo…
- Entiendo muy bien lo que sucede- dijo el joven estudiante de Derecho y forcejó para que lo soltara- Y cuando volvamos, le dirás todo o seré yo. Te lo juro.
- Lo que menos quiero es lastimarlo…
- No se nota. ¿Sabes por todo lo que ha tenido que pasar? ¿Sabes lo difícil que fue su vida? Y ahora tendrá que pagar las consecuencias por amarte.
- Yo no…
- ¡Eres una desconsiderada y una cruel mujer! Me das asco.
- ¡Sony!- Agustina estalló en llanto- Prométeme que no le dirás nada, ni siquiera a tu otro amigo. Yo soy la única que puede hablar con Kay. No entendés nuestra relación, él te cuenta lo mejor de nosotros pero la verdad es que nos llevamos mal, no nos entendemos y probablemente nunca lo hagamos. 
- ¿Y en vez solucionar los problemas con tu pareja decides refugiarte en otra persona?- dijo Sony, Agustina se quedó muda- Vamos y basta de excusas. Odio a la gente hipócrita.
Tomó las cuatro bolsas de cartón del supermercado y avanzó, Agustina se secó las lágrimas y lo siguió bajo la oscuridad de la noche. ’’              

Una capa negra comenzó a tapar los claros cielos, algunos kilómetros al sureste, señal de que sólo quedaban minutos. Natal y Meddes se quedaron observando el descomunal manto que se aproximaba como una sombra deambulante. 
Kay se levantó y se alejó de Sony, todos estaban a la expectativa. El elemental del fuego se arrodilló en el suelo, mirando al cielo con la boca abierta y exclamó.
- Me rindo.
Las palabras no iban dirigidas a Sony ni a Meddes. Y tan inexplicable y desagradable fue lo que ocurrió después que Natal cerró los ojos y se tapó los oídos. Una espuma azulada y verdosa salió de a montones de todos los orificios del muchacho: la boca, los ojos, la nariz, las orejas, hasta incluso el trasero. Lo rodeó por completo y disimuló cómo el cuerpo de Kay se abrió en dos de la manera más exagerada y repugnante. Esa sangre se fusionó con la espuma y conformó un ser gigantesco, de 300 metros de alto. El joven había muerto y la bestia maligna acababa de tomar todo el control. Produjo un sonido devastador que estremeció el alma de Natal de rincón a rincón.
- Mátalo de una vez- le ordenó Meddes a Sony. Este último se levanto, cerró los ojos, relajó los hombros y sufrió exactamente la misma espeluznante transformación hasta conformar otro monstruo del mismo tamaño- Parecen sus hijos

Ambas entidades tenían la piel gelatinosa y oscura; la postura encorvada, garras largas que se alejaban de sus dedos y cuerpos fornidos, rodeados de una sustancia roja pegajosa. Una perturbación en el aire (cómo si se tratara de gas) los rodeaba.
El repugnante ser en el que Kay se había convertido tenía un armazón en la espalda como si fuera un puercoespín y dos cuernos que apuntaban hacia los costados (similar a lo de los búfalos). La execrable criatura en la que Sony había mutado tenía cuatro alas (dos de cada lado) de murciélago y una larga cola con un aguijón en la punta.   
- Qué belleza- musitó Meddes- Sus verdaderas formas son sorprendentes. El dios Groba personificado en dos seres, a los que llamaré…- señaló a Sony con el dedo- Grok- luego señaló a Kay- Y a ti te llamaré Bag. Los demonios GEMELOS. Destrúyanlo todo, cuando la sombra los aceche y ya no puedan volver a la normalidad, entraré al templo y tomaré lo que me ordenaron…- inmediatamente pensó- El sello para encerrar a la bestia de Dameron resultó ser más débil que el del aprendiz del mago, sólo duró un día, el cual terminará cuando la sombra marque el final de las veinticuatro horas. Es una coincidencia extraña que terminen al mismo tiempo. ¿A qué estás jugando, maldito?- Grok y Bag se lanzaron rugidos abruptos y luego se enfrentaron entre sí, todo el muro tembló kilómetros y kilómetros- El sello continúa ahí, sí la voluntad de los JEN resulta ser más fuerte, los demonios se irán, pero sólo tienen diez minutos para eso y luego entrar al templo. Se acabó.
Natal creó una esfera de aire y la reforzó con el círculo de los magos para proteger a Lepra y a él mismo. Durante los temblores por las pisadas de los monstruos, Lepra despertó, aturdido.
- ¿Qué… qué pasó?- preguntó, desorientado y frotándose la cabeza.
Natal tenía lágrimas en los ojos y no le respondió, sólo lo miró con gran tristeza. Lepra giró la cabeza y observó el espectacular acto: dos abismales criaturas combatiendo.
- Despertaron…- susurró Lepra y apretó los puños, para él también fue imposible no llorar- Fracasé.    

La cola de Grok rodeó a Bag cómo una serpiente y lo exprimió; el aguijón estaba a la altura de su cabeza y amenazaba con perforarle el rostro. Bag gimió y una onda expansiva hizo que Grok lo soltara y retrocediera. A continuación, Bag se inclinó y las púas de su armazón se desprendieron de la espalda y acecharon a la otra bestia demoníaca. Grok abrió su inmensa boca, compuesta por un sin fin de dientes afilados y colmillos; las púas de Bag alentaron su acción hasta quedarse inmóviles en el aire, luego cayeron al suelo. Natal tomó a Lepra de sus brazos y saltó lejos de la pelea; las púas que caían del cielo eran del tamaño de camiones; bombardearon la muralla y esta se vio seriamente afectada; hubo explosiones de humo y peñascos devastados. Meddes se había quedado en el mismo lugar, las púas cayeron a los costados y no lo aplastaron; miraba hacia arriba cómo si nada pasara. Grok y Bag se batieron cuerpo a cuerpo cómo si fueran dos luchadores de sumo, usaron sus respectivos pesos y fuerzas para empujarse.
Lepra sacó el súper temporizador especial y casi le agarra un infarto.
- Cinco minutos…- dijo- ¿Qué podemos hacer en cinco minutos para detener a estas… deidades?
- ¿Y si te transformas en minotauro?- preguntó Natal.
- Me patearán como a una pelota, somos insectos a comparación de los dos gemelos- suspiró y dijo- Natal, fracasamos. Le fallamos a los mundos, al gran mago. Lo único que agradezco… es haberlos conocido. Lo que decían las historias de ustedes tres eran ciertas, lamento que todo tenga que terminar así.
Unas de las púas de Bag que había quedado atascada en el suelo, se salió de su lugar por otro impacto entre las bestias y fue directo hacia Lepra y Natal. Lepra aún se estaba recuperando para defenderlos con algún truco y Natal yacía allí, con las manos extendidas, esperando que se acercara lo suficiente para desviarlo con sus habilidades en el viento; aún así, no se tenía la suficiente confianza para realizar tal hazaña, después de todo, estaban en presencia del fin de los tiempos.
Y entonces, una luz plateada los distrajo cuando la púa estaba apunto de alcanzarlos, escucharon un sonido áspero y recuperaron la visión.
- ¿Cómo…?- exclamó Lepra, petrificado. Un sujeto acababa de salvarlos, vestía una túnica blanca, portaba una barba larga y tenía un insólito bastón.       

Bag acechó a Grok como un toro enloquecido. Bag tomó a Grok de las alas e intentó arrancárselas a la fuerza. En defensa a dicho ataque, Grok voló por los aires y utilizó el aguijón de su cola para deshacerse del otro monstruo. Bag rugió e hizo aparecer púas por todo su pecho y la cabeza; las que dañaron a Grok; ambos parecían sangrar gotas negras. Peor aún, inexplicablemente formaron inmensas bolas de energía desde sus bocas y al estar yuxtapuestos el uno con el otro, el choque duró medio segundo y ocurrió una explosión. Los gemelos cayeron y partieron en dos al muro de 10.000 metros de altitud…

El peñasco de 10.000 metros que unía a las dos mitades, cayó hasta desplomarse sobre la olvidada arena. Sin embargo, eso no les importó a los demonios, continuaron luchando físicamente. Grok expulsó bolas de energía de menor tamaño desde el aguijón de la cola y bombardeó a Bag. El monstruo en el que se había convertido Kay, desviaba dichos ataques con las púas de su pecho. Muchas de las esferas de energía abrieron vórtices en el cielo y causaron truenos, relámpagos y rayos a plena luz del día. De continuar la pelea, el mundo donde yace el templo de la muerte, se vería aniquilado…

Natal y Lepra contemplaron a un individuo subiendo por la espalda de Bag.
- Nosotros nos encargaremos, no se preocupen- les dijo Fismut, quien acababa de salvarlos.
- ¿Cómo llegaron aquí tan rápido?- preguntó Lepra, confundido.
- Con mi compañero espiamos a Meddes durante su viaje, mediante el medallón de bronce abrió un portal hasta este mundo, lo seguimos y entramos al vórtice; por alguna razón llegamos después que él a esta dimensión- le respondió Fismut, solemne.
- ¿Su compañero?- preguntó Natal.
- Sólo observen- pronunció con orgullo.

Bag se salió de control cuando notó que alguien subía por su armazón hasta llegar a la parte superior de su cabeza, se movió para todos lados pero el malestar seguía allí, cómo una hormiga fastidiosa pero indetectable. El sujeto plantó su bastón sobre el cuerno derecho de la bestia demoníaca.
- Vaya vista- dijo. Se trataba de un oso parlante- ¿Se acuerdan de mí, jóvenes JEN?- las bestias se quedaron tiesas, sus inmensos ojos denotaban ira y hambre- Me llamo Jhor y soy un vidente. ¿Aunque eso ya lo sabían verdad?
Bag volvió a sacudir su cabeza para deshacerse del oso parlante, pero este se mantenía allí, pegado a él.
- Una vez te dije algo, joven Kay. Estuviste apunto de quitarte la vida porque no soportabas el peso de tus acciones. Este monstruo no eres tú- Bag gruñó y lanzó un rugido- Cuando te conocí vi a un hombre fuerte con un gran corazón, nunca creí que te rendirías tan fácilmente al control de la bestia. ¡Lucha! ¡Ambos, luchen!- Grok creó una nueva bola de energía a través de su boca y múltiples púas rodearon la cabeza de Bag cómo un mecanismo de auto-defensa. Jhor sonrió soberbiamente, saltó pos los aires y se paró en la nariz del monstruo. Hubo una pausa y dijo- … NO DEJES CAER LA FE DE LOS DEMÁS, EXTINGUIENDO LA FE QUE HAY EN TI. 
Meddes, Natal y Lepra tuvieron la misma reacción al observar como el horripilante Bag se quedaba petrificado, examinando a Jhor cómo si fuera un animal domestico. Jhor saltó por los aires hasta el suelo, dejó a su bastón en el antebrazo y se tomó de las manos por detrás de la cintura.
Bag sufrió una transformación, toda la masa gelatinosa y la sustancia roja que lo conformaba, se deshicieron como los papeles frente al fuego. Su tamaño se redujo considerablemente hasta alcanzar la altura de un adolescente de veinte años. Grok detuvo su ataque y la energía de la bola regresó a su estómago, también sufrió una mutación similar. Los restos de Bag se acumularon en una adherente masa y de su interior, salió Kay, completamente desnudo, cómo si se tratara de un capullo. A su lado, otra masa viscosa apareció y de allí salió Sony, igual de desnudo.
- Está hecho- sonrió Jhor y chasqueó los dedos para proveerlos de pantalones.
Kay y Sony tenían el torso mojado y las caras manchadas de esa extraña sustancia.
Natal y Lepra no lo podían creer, estaban impresionados y una pizca de esperanza volvió a surgir en sus abandonados corazones.

… Sin embargo, un oscuro bastón atravesó el pecho de Jhor en un santiamén.
- ¡NO!- gritó Kay cuando vio que Meddes acababa de asesinarlo.
- Usé todo mi poder para sellar a los monstruos a mi manera, no pude preveer esto…- dijo el oso, una línea de sangre se deslizó por su boca y luego, el vidente se desplomó en el suelo.
- El día está por terminar- dijo Meddes, quitando su bastón del cuerpo de Jhor- Acábalo.
La marca negra seguía estando en el pecho de Sony, aún estaba bajo su control. Se encontraba muy exhausto pero no titubeó, creó un cuchillo de cristal mediante la lava solidificada y se acercó a Kay, que estaba frente a él, inmóvil.
- No, no, no. ¡Kay, muévete!- le gritó Natal y junto a Lepra corrieron hacia ellos.
Sony estaba más tranquilo que antes pero no se echó para atrás.
- La marca negra es de por vida, sólo se quita con la muerte- le dijo Kay en voz baja- En el pasado, José pudo deshacerse de ella, pasándosela a su contraparte, a su otro yo…- no hubo ritual ni discurso ni pausa; Sony le atravesó el corazón a Kay con su cuchillo, el elemental del fuego gimió del dolor, soportó la hemorragia y posó su palma izquierda sobre el tatuaje de Sony; con la mano derecha lo tomó de la mejilla y pronunció con sus pocas fuerzas- Mi… hermano- al instante, Kay cayó al suelo sin vida con el cuchillo atascado en su pecho, sus dedos sucios se deslizaron por el cachete izquierdo del que alguna vez había sido su mejor amigo. 
- ¡¡¡KAY!!!- gritó Lepra. Fismut apareció rápidamente y mediante su bastón, los ayudó a atravesar el precipicio con magia avanzada. Natal no sabía que pensar, ya había vivido una situación similar que no resultó tan desafortunada; otra vez tenía que lidiar con la muerte de uno de sus pupilos; pero ahora, todo había cambiado, porque el asesino de su pupilo había sido su otro alumno y este acababa de optar por un camino de oscuridad. 
 - Bien- le dijo Meddes a Sony- Espera aquí, por nada en el mundo entres al Templo, es una orden. Encárgate de los otros, los quiero a todos muertos para cuando regrese- Sony examinaba el cadáver de Kay, dándole la espalda a Meddes- ¡¿Me escuchaste?!
Y a continuación, Meddes se vio atraído por una fuerza magnética que lo hizo desplomarse y deslizarse por el suelo hasta algunos metros de Sony.
- ¡¿Qué haces…?!- gritó Meddes, furioso. Tenía la capucha desalineada pero pudo entrever el torso de Sony al descubierto, la marca negra… ya no estaba- No puede ser- y notó que la misma marca yacía en el cuerpo unánime de Kay, justamente en su palma- Descubrió como transferirla, se sacrificó para liberar a su amigo de mi control, muy astuto. 
- ¡ASESINO!- le gritó Sony e hizo que Meddes volara por los aires y chocara contra el piso una y otra vez, cómo si estuviera rebotando. Realizó la danza mística que sólo los miembros de la Luz Oscura conocían, la misma que Meddes le había enseñado, para crear el círculo verde bajo sus pies y aplicar un nuevo ataque: múltiples cuchillos de cristal. Alrededor de cuarenta cuchillos acecharon y perforaron a Meddes por completo; este se derrumbó en el suelo, boca arriba. Aparentemente derrotado. Sony hizo desaparecer el círculo verde y notó que la sombra estaba apunto de cubrir el cielo en su totalidad.
Lepra, Natal y Fismut llegaron hacia donde estaba Sony y lo miraron detenidamente. Lepra y Natal yacían absortos, llenos de rencor y dispuestos a matarlo si era necesario. Fismut fue con Jhor, que aún herido, seguía con vida, pero se encontraba en las últimas. Lepra dio un paso al frente para combatir a Sony, pero este le dio una señal con la mano de que se detuviera. Todos estaban en silencio. Sony tomó a Kay entre sus hombros y saltó lejos hacia el templo de la muerte.
- ¡Vuelve aquí, cobarde!- le gritó Lepra y fue hacia él pero Fismut lo tomó del antebrazo y le indicó que se quedara.
- Me pregunto cómo, pero el JEN del fuego descubrió cómo funciona el gran precepto, lo usó a su provecho y liberó al otro JEN de la opresión de la marca negra- dijo Fismut, tapando la herida de Jhor.
- ¿Gran precepto?- preguntaron Lepra y Natal al unísono.

A tan solo treinta segundos del final, la sombra rodeó el otro lado del muro y continuó avanzando hacia el templo de la muerte, otra sombra venía a la lejanía y cerraba el paso de la luz.
Natal giró la mirada y vio como Sony (con Kay en sus brazos) portaba las alas de la gárgola y subía rápidamente las escaleras hasta llegar a una gran puerta, estas se abrieron de par en par y justo antes de que entrara, el muerto se levantó y ambos traspasaron la entrada, las puertas se cerraron inmediatamente tras ellos. Natal se quedó boquiabierto.
- ‘‘Si la muerte los acecha y sólo uno la tropieza, vivirán…’’- dijo Fismut- Eso dice el gran precepto de los JEN.
El oso parlante sonrió al escuchar eso. Natal miró a Lepra y ambos rieron a carcajadas, se dieron un fuerte abrazo. La sombra rodeó el templo de la muerte y una magnífica noche se posó sobre sus cabezas, con algunas estrellas y los vórtices que los monstruos habían ocasionado parecían maravillas del espacio exterior.
Lepra observó al cuerpo exánime de Meddes y se sentó en el suelo, sonriente y muy alegre.
- Lo logramos… lo logramos- al principio lo repitió como si no se lo creyera- Lo logramos.
- Ni Kay ni Sony pueden morir si el otro vive…- dijo Natal, dubitativo- ¿Por qué?
- Porque así lo quisieron los titanes- le respondió Fismut, Natal lo miró sin comprender.
- ¿Así lo quisieron? Explícate. ¿Qué hay dentro del templo de la muerte?
Lepra miró a Fismut y este asintió. El elemental de la tierra fue quien respondió.
- Un líder y un demonio- dijo, se lo notaba más desinhibido- Verás… antes de que el arqueólogo encontrara los nueve corazones, antes de que Hariet se volviera el señor oscuro, hubo otro
- ¿…Otro?- Natal se quedó perplejo.
- ¿Recuerdas las estatuas del lago en el planeta de Úiaj y Fä?- le preguntó.
- Si, Vrogh y el que exterminó a todos los titanes…  
- Tritán, el PRIMER SEÑOR OSCURO- aclaró el joven morgano- El hijo de Vrogh.





[1] La guerra de las bestias: el templo de la muerte. CAPÍTULO 2. ‘‘El despertar de la bestia- parte 1’’.
[2] La guerra de las bestias: el templo de la muerte. CAPÍTULO 7. ‘‘Fismut, el mago’’.
[3] La guerra de las bestias: la espada divina y el tesoro de los aztecas. CAPÍTULO 11. ‘‘La destrucción de Sarmander’’.
[4] La guerra de las bestias: el templo de la muerte. CAPÍTULO 3. ‘‘El despertar de la bestia- parte 2’’.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

El Templo de la Muerte: CAPÍTULO 13.



El Templo de la Muerte: CAPÍTULO 13.

- Sé que Vrogh yace allí, pero… ¿Qué más hay en el templo de la muerte? ¿Por qué es tan importante? ¿Por qué los titanes de cada planeta asignaron a uno de sus súbditos para sacrificarse con tal de darnos la ruta directa?- preguntó Kay- Ahora más que nunca, puedo decir con total certeza que ese lugar guarda algo, algo MALO.
Lepra asintió.
- Así es. Los morganos eran fanáticos del latín de la Tierra y lo conocían cómo: PRODIGIUM. En su lengua: el monstruo. O como algunos prefieren llamarlo: el caos. Una fuerza ancestral, anterior a todos nosotros, con la única capacidad de destruir, aniquilar al concepto de la vida. Dentro del templo de la muerte, yace el único instrumento para dominar tal poder.
- ¿Por qué nos dices todo esto justo ahora?- preguntó Natal.
- Porque estamos por llegar.
Finalmente, flotaban por los aires en dirección al vórtice y faltaba muy poco para que lo cruzaran definitivamente y abandonaran el planeta Tempus.
- ¿Qué nos espera del otro lado?- pensó Natal- Lo que realmente me inquieta es creer que Vrogh lo tenía todo planeado desde el principio. ¿Tres cayendo y tres subiendo cuando solo hay dos JEN? ¿Realmente él sabía que yo los acompañaría, Lepra también y que Sony se iría? ¿Qué hubiera pasado si Sony siguiera con nosotros, uno tendría que quedarse atrás?- suspiró, bajó la cabeza y miró la inmensa altura que yacía bajo sus pies, como si estuviera mirando desde la ventana de un avión; los árboles eran puntitos infinitos, los lagos eran manchas y las construcciones parecían rallas. Se sobresaltó un poco, aún le temía a las alturas- Es inútil pensar en eso ahora, solo espero que el muchacho esté bien. Tengo el presentimiento que en el templo de la muerte encontraremos TODAS las respuestas a las preguntas que nos hemos hecho estos cuatro años de aventuras.   
Una luz verde y centelleante los envolvió, pues estaban entrando al portal; estuvieron largos minutos sin visión, los tres cerraron los ojos; ansiosos, tristes y aterrados. Luego, sus estómagos se vieron cubiertos por una sensación de vértigo y sus cerebros temblaron dentro de sus cabezas, cómo cuando el avión empieza ascender y el pasajero viaja por primera vez. Sin momento de detención, pisaban tierra firme, aquella luz verde se apagó y pudieron abrir los ojos; los elementales estaban frente a un inmenso desierto. 
- ¿Este es?- preguntó Kay, desorientado.
No había viento ni señales de alguna estrella iluminando los cielos, pero el cielo se mantenía azul y claro, como si fuera el mediodía en la Tierra. Lepra realizó una vista panorámica a su alrededor y dijo.
- ¡Allí!- algo emocionado, se apresuró en quitar el súper temporizador espacial de su bolsillo para ver cuanto tiempo les quedaba- Nos quedan dos horas.
Kay y Natal contemplaron lo que Lepra señalaba; y fue algo… impresionante. A kilómetros de distancia, había un muro de 10.000 metros de altitud, sin principio ni final.
- Tenemos que ser veloces, usemos las contrapartes de Amdor para llegar más rápido- le dijo Lepra a Kay, este asintió. 
Nuevamente, ambos mutaron al mismo tiempo; Lepra se transformó en aquella criatura con cabeza de toro y cuerpo de hombre: un minotauro. Y Kay mutó a una bestia peluda con el cabello azulado y la cabeza de un lobo: un hombre lobo. A continuación, Kay tomó a Natal entre sus brazos y la gruesa voz del minotauro le dijo al lobo.
- Vamos.
El lobo asintió, ya no necesitaba de la luna llena para su transformación. Ambas criaturas dieron enormes saltos sobre la arena, en dirección al gran muro. 
- No me lo había detenido a pensar- pensó el lobo mientras corría con Natal en sus brazos- Pero tengo miedo, después de lo que hizo Meddes en nombre de Vrogh, después de lo que logró despertar en mí. ¿Cómo no tenerle miedo? Al principio sólo me concentraba en la venganza, pero ahora, me doy cuenta que nunca tuve las agallas para reconocer que siempre estuve aterrado. Ni Dimitrion, ni Miljen ni Minos lograron que me sienta así, tan… paralizado e impotente. Cómo si no importara si soy un JEN o un elemental o el hombre más fuerte del mundo, siento que todo me supera. Tres desconocidos sacrificaron sus vidas para que yo esté en este lugar, tres titanes me pusieron a prueba porque sí, logré algo que nunca creí que podría y mi mejor amigo desapareció repentinamente. Realmente, sigo sin entender la razón de porque estoy aquí. Y lo que genera un nudo en mi estómago es considerar que tal vez nunca regrese a mi hogar y que nunca haya existido un plan de retorno.

Tras veinte minutos de repetitivos y excepcionales saltos sobre la arena; el minotauro y el hombre lobo se situaron a veinte metros del enorme muro. Pudieron discurrir formas y dibujos en él, pinturas sobresalientes que parecían salirse del paredón cómo un efecto tridimensional (tenían otro relieve); eran personas o eso parecían, bailaban, creaban y jugaban. El diseño era muy similar al frontón del templo griego: Partenón; el cual estaba dedicado a la diosa Atenea. Los dibujos se repetían por bloques rectos y ocupaban todo el muro.  
- Para los griegos, los templos representaban el equilibrio entre dos fuerzas opuestas: el bien contra el mal, la civilización contra la barbarie, la razón contra lo irracional. Es lógico pensar que los escultores de este muro opinan de la misma manera- dijo Natal, bajándose de los brazos del lobo.
- Eres profesor de historia, ¿verdad?- preguntó el minotauro. Natal asintió mientras observaba aquel fascinante monumento- Yo nunca vine, pero mi mentor sí, él me dijo que a esto lo llaman ‘’El limbo’’.
Natal sonrió.
- Tiene mucho sentido- respondió- El cristianismo creía que aquellos niños muertos sin pecados personales irían a la región fronteriza del infierno, a una especie de nivel superior, donde no los alcanzaría el fuego. Y por la sorprendente altura de este muro, creo que ya todo está dicho.
- Yo supongo que representa la historia de los titanes- opinó Kay, transformado en el lobo.
- Por lo que me dijo Fismut, lo representa todo… el comienzo y el final del universo; y cómo ambos conceptos son desconocidos, el muro no empieza ni acaba- dijo el minotauro mientras era rodeado por la arena y Lepra volvía a aparecer en su forma humana.  
- ¿Y ahora?- preguntó Natal- ¿Dentro del muro está el templo o hay que atravesarlo?
- Ninguna de las dos- indicó Lepra, tratando de no mirar hacia arriba ya que seguir el trayecto del muro, mareaba- El Templo está SOBRE el muro.
- ¿QUÉ?- exclamaron Natal y Kay al mismo tiempo.  
- Es imposible sobrevivir a esa altura- vociferó el elemental del fuego.
- Este mundo no responde a las leyes naturales del suyo, contradice todo lo que saben, no nos pasará nada- contestó el joven morgano- Sólo hay que encontrar la manera de subir…
Kay y Natal se le quedaron mirando atentamente. Lepra inhaló, infló su pecho y exhaló durante varios segundos, al mismo tiempo, hizo un juego de manos y el bastón que Fä le había regalado antes de morir, apareció en su mano derecha. En manos de Lepra, el bastón parecía una espada, ya que era más alto que Fä. El cristal violeta se tornó azul francés e iluminó todo el bastoncito, a continuación, Lepra golpeó el suelo con él y automáticamente, el círculo de los magos fue dibujado bajo sus pies (y los de Natal y Kay); la arena empezó a temblar, todos sus granos se fusionaron y conformaron rocas; un estruendo sonido golpeteaba mientras todo esto ocurría; los tres elementales yacían sobre una gran plataforma con forma rocosa; y esta inició un viaje hacia arriba.    
Natal se aferró a la roca, desesperado y el lobo se colocó en cuatro patas, encima de él, para que se sintiera seguro. Lepra estaba de rodillas sobre el estrado, sosteniendo el pequeño bastón, el cual yacía clavado en el medio mientras toda su luz se vislumbraba a pesar del claro día. La roca ascendía en línea recta; Lepra conformó cuatro paredes uniformes y un techo; luego aumentó la velocidad. Ninguno estuvo muy seguro de cuanto tardaron en llegar hacia la cima; pero fue todo un alivio cuando pudieron pisar la superficie del muro y abandonar esa mágica plataforma. Lepra la deshizo y los restos cayeron 10.000 metros hasta desplomarse en la arena. Natal estaba en cuatro patas, agitado y muy nervioso; odiaba las alturas.
- Respira y tranquilízate- le aconsejó Lepra. Natal apretó los dientes mientras el lobo le daba algunas palmadas en la espalda. Cerró los ojos durante algunos minutos y pudo volver a recomponerse. Se puso de pie y dijo.
- No hay tiempo que perder.
El lobo volvió a la normalidad y el joven Kay emergió nuevamente cuando una llamarada lo rodeó por completo. La superficie del muro era plana, nada en especial, tenía el tamaño de una de las avenidas más grandes de Buenos Aires. No había dibujos ni estatuas alrededor, sólo una figura a lo lejos, algo irreconocible.
- Finalmente, el templo de la muerte está ante nuestros ojos- exclamó Lepra- Tenemos una hora, sabremos que el tiempo se acabó cuando una gran sombra aparezca y empiece a envolver todo este mundo, en el momento que te toque a ti Kay, estaremos perdidos.  
Lepra no necesitó decir más, él y sus compañeros empezaron a correr en dirección a la mancha. Natal agilizó aún más el viaje y utilizó sus habilidades en el viento para impulsarse a sí mismo y a sus compañeros, fueron como balas hacia su destino. En menos de veinte minutos ya estaban a sólo cincuenta metros del Templo, el cual ya se divisaba con precisión. No se diferenciaba mucho de los templos de nuestro mundo, era rectangular y tenía las mismas formas que un palacio de la edad antigua; estaba repleto de columnas gigantescas ubicadas regularmente a su alrededor y llevaba una inmensa escalera anterior a la entrada sellada. Antes de la escalera había un sendero oblicuo conformado por pequeñas piedras de diferentes colores. El templo era blanco crema y tenía ciertos sectores cubiertos de lingotes de oro (cómo si fueran tejas). Algunos sectores estaban rodeados de musgo inexplicablemente, lo que le daba la sensación de existir hace muchos años. Tras el templo, el muro parecía continuar sin final alguno. No debía superar los 300 metros de largo, los elementales no estaban seguros. A medida que la distancia se acortaba, también pudieron reconocer a dos sombras sobre la escalera.
Finalmente, a sólo veinte metros de las columnas y la escalera, se detuvieron; tomaron algo para recuperar fuerzas y una voz que pronunciaba muchos las ‘’eses’’ cortó con el silencio.
- Se tardaron.
El corazón de Kay dio un brinco y giró la mirada para entrever a su peor pesadilla. El encapuchado yacía allí, sentado en la escalera, esperándolos. Lo peor de todo, es que no estaba solo, otro sujeto encapuchado lo acompañaba.
Kay se quedó inmóvil, una sensación recorrió todo su espíritu y el color de su piel se tornó roja. Natal tardó en verlos, pues estaba muy cansado por el viaje; Lepra yacía con la mirada fría sobre sus enemigos.
- Quítate- ladró Lepra.
Meddes se levantó, bajó las escaleras, su compañero no lo siguió. Kay quitó la espada de Xón y Lepra alzó el bastón de Fä, en guardia.
- El último morgano frente a mí- río el encapuchado- La última vez que te vi, me espiabas. Tuve piedad porque necesitaba atender otros asuntos urgentemente, como asesinar a su novia- señaló a Kay, este casi pierde el control pero se contuvo de alguna manera- Esta vez, no la tendré y acabaré con la existencia del pueblo que me rechazó.
- Vrogh nos quiere allí antes de que la sombra aparezca, después vendremos por ti- le dijo Lepra, con el ceño fruncido.
- ¿Vrogh?- volvió a lanzar una sonrisa bajo esa capucha- Él y yo tenemos metas diferentes, así que… se quedarán aquí hasta que esas abominaciones vuelvan a despertar.     
- Así que tú eres Meddes…- habló Natal con la boca abierta.
- Perdón, ¿Y tú eres…?- Meddes se le quedó mirando y quedó algo desorientado cuando lo vio, podría decirse que hasta algo aterrado- Kimhote Pedro.  
- ¿Me conoces?- preguntó Natal, sorprendido.
Meddes lo ignoró.
- Seguiste todo lo que Vrogh te dijo hasta el pie de la letra y ¿Recién ahora decides traicionarlo?- exclamó Kay, haciendo lo posible para controlar sus impulsos; tenía ganas de insultarlo, de llorar y de destruirlo con sus propias manos, pero por otro lado, sintió que al final, no había aprendido nada en su viaje y la venganza seguía estando allí, intacta.
El otro encapuchado continuaba en la escalera, sentado, sin decir ni una palabra.
- ¿Ahora tienes un amigo?- preguntó Lepra, irónicamente.
Meddes parecía estar realmente contento y le señaló a su compañero que se acercara, este obedeció. Al mismo tiempo, hizo aparecer ese famoso bastón oscuro que había quitado la vida de Agustina y la de todos los morganos. Sólo verlo les generó una sensación de disgusto muy potente a Kay y Lepra.
- ¿Cómo llegaste hasta aquí?- le preguntó Lepra y en voz baja le dijo a sus compañeros- Yo me encargo de esos dos, ustedes entren al templo inmediatamente, crearé una distracción. 
Meddes quitó de su bolsillo un artefacto que Natal recordó, parecía la tapa de una lata de atún, bañada en bronce. Natal lanzó un suspiro opulento.
- Es imposible…- dijo.
- ¿Qué ocurre?- le preguntó Kay.
- Ese… ese es el artefacto que nos llevó al ZEN el año pasado, el que le regalé a Dayas…
- Es una parte del medallón de bronce- explicó Meddes- Un artefacto que te permite viajar a cualquier lugar del universo, yacía en el museo de Morgana hasta que lo robé. 
- No tiene sentido- exclamó Natal.
-¿El Zen, eh?- dijo Meddes- La última vez que estuve allí dejé muy mal herido a un príncipe…
- ¡Fuiste tú!- gritó Kay- ¡Casi matas a Dayas!
- No era mi intención, yo sólo los estaba buscando…
- ¡Ahora!- exclamó Lepra y usó el bastón para lanzar algunos rayos celestinos contra sus enemigos. Meddes se quedó quieto, el otro encapuchado lo defendió mediante una barrera mágica, un círculo místico similar al círculo de los magos pero de color verde. Esto repelió el ataque de Lepra, ni Kay ni Natal tuvieron tiempo de reaccionar. El nuevo encapuchado hizo desaparecer el escudo y bajó las manos (las cuales había extendido para crear la defensiva). Bajo la capucha de Meddes, pudieron reconocer una inquietante carcajada.
- El destino es algo… desorientador- dijo el sacerdote. Lepra se quedó inmóvil, Kay y Natal estaban aún muy exhaustos por el viaje y sus reflejos se habían alentado. Esta vez, el nuevo encapuchado fue quien habló, una voz masculina de tenor.
- Lepra, Natal, Kay… creí que nunca llegarían- y se quitó la capucha.
Un silencio desgarrador ocurrió; los tres elementales estaban petrificados y bajaron la guardia sin darse cuenta.
- ¿Qué fue lo que hiciste?- dijo Kay en voz baja, entre lágrimas.
- No es real, no es real- repitió Natal, conmocionado.
Lepra estaba mudo.
- Yo te había elegido, Montarnen. Pero me decepcionaste- le dijo Meddes a Kay- Sin embargo, yo nunca renuncio a mis sueños…
Kay sentía que le estaban apretando todos los huesos del cuerpo y que en cualquier momento se quebrarían al mismo tiempo; Natal padeció angustia y dolor, cómo si le estuviera agarrando un ataque de pánico. Lepra fue el único que dio un paso al frente y pronunció.

- En Agda, yo le advertí a Fismut que uno de los dos podría llegar a ser corrompido, siempre sospeché de Kay, nunca creí que serías tú… Sony.