miércoles, 31 de enero de 2018

Los Tres Medallones: CAPÍTULO 20.



Los Tres Medallones: CAPÍTULO 20.

- Aún puedo salir de aquí, con vida…- pensó Meddes, tendido en el suelo, arrastrándose por la tierra que se agrietaba hasta desmoronarse, aquel abismal muro conocido como ‘‘El Limbo’’ se desplomaba y todas sus partes se desprendían 10.000 metros de altitud…

Arcas Sannon, ahora el sacerdote Meddes, contemplaba dicho final y lo comparaba con el escenario de destrucción de Morgana. A fin de cuentas, ambos mundos perecían.

Los rayos abrían los cielos y exterminaban los últimos rastros del Templo de la Muerte, que cómo Meddes sabía, había sido nombrado así debido a que guardaba el TORQUEM, el único artefacto capaz de controlar al PRODIGIUM, el dios de la muerte o el caos…

La columna vertebral por fuera de la piel de Meddes, que funcionaba como un armazón, se desprendió de su cuerpo y le quitó peso; dejándolo completamente desnudo, a gatas sobre el suelo.

Chasqueó los dedos con sus pocas fuerzas y una tapa metálica apareció en su palma, la mitad del medallón…

Meddes estaba herido, débil y cubierto de varias lesiones graves; sin embargo, no procuraba rendirse… podía encontrar otro sueño y aferrarse a él. No tenía por qué morir allí.

Y entonces… la tapa de bronce que sostenía en la mano brilló tan intensamente que lo cegó de su único ojo sano.

Un individuo apareció a sus espaldas, el sujeto con la armadura aterradora y aquel casco con formas puntiagudas: Hariet.   

- ¿Con vida, aún?- fue lo primero que le dijo. Meddes suspiró y siendo incapaz de levantarse, movió la cabeza hacia su hombro para examinarlo- Hiciste bien, sacerdote. Muy bien. Todo lo que me dijiste era cierto… - a continuación, un rayo penetró una porción del muro, lo que causó una explosión, varias rocas los acecharon. Hariet ni siquiera le dirigió la mirada a los peñascos que procuraban aplastarlos, cerró el puño y dichos escombros se congelaron hasta derretirse mediante un fuego azulado.

- Los poderes de Amdor… ¿Cómo?- vociferó Meddes, petrificado.

- Otra de mis metas es poseer todos los corazones del cofre- respondió Hariet- Seré incluso más fuerte que Amdor y Tritán juntos.

- Esos elementales murieron…

- Exacto. Lo que hizo más fácil la extracción. Eso no es todo… - Hariet realizó una pistola imaginaria con los dedos y un hilo eléctrico destruyó una roca a lo lejos- Los poderes de tres elementales… mediante la técnica que me enseñaste.

- Vi las memorias de uno de los JEN, su cuerpo se esfumó durante la explosión en la Isla Flotante.

- Se transportó al MUNDO HELADO, muerta. La encontré y le quité el corazón. Los otros dos fueron más difíciles de hallar…

- ¿Sabías lo del gran precepto, verdad? ¿Sabías que ninguno de los dos podía morir si el otro vivía?

- Si… - se escuchó una risita repugnante bajo la máscara- Mis poderes son todo un misterio, sacerdote. Apenas llevo un año con mi verdadero cuerpo y me cuesta acostumbrarme. De alguna manera, LO SABÍA. Y no te lo dije porque tenía la esperanza de que te mataran. ¿Qué podría esperar de esas almas bondadosas? Son incapaces de ensuciarse las manos…

- Quiero saber otra cosa- insistió Meddes, mientras preparaba la mitad del medallón a escondidas, le tardaba más de lo planeado por lo débil que se encontraba- Sellaste al demonio del elemental de la lava por un día y algunas horas, así terminaría al mismo tiempo que el sello del elemental del fuego. Ambos monstruos tomarían el control al mismo tiempo y yo podría entrar al templo sin dificultades para robar el TORQUEM…

Hariet hizo aparecer dicho collar en su mano, dando a entender que lo había recibido correctamente.

- Ese era tu plan A, pero lo que realmente querías era que se efectuara el Plan B. El cual consistía en que los JEN se libraran del control de los demonios, me mataran y entraran al templo para salir con el collar.

- Muy inteligente, sacerdote. No eres ningún tonto. Así fue, si ocurría la segunda opción, sólo se los robaría cuando tuviera oportunidad, los tengo vigilados…

- De cualquiera de las dos formas, el collar sería tuyo…

- Soy muy cuidadoso, después de todo, tú sabes que esto es parte de un plan mayor…

La mitad del medallón estaba cargada y Meddes estuvo apunto de escapar, pero Hariet fue rápido y le pisó la mano que llevaba el artefacto. Meddes suspiró y dijo.
- ¿Vas a matarme, no es así?

- Oh…- susurró Hariet y segundos después, le enterró su enorme espada (con el mango en forma de calavera) en la espalda, Meddes falleció al instante- Ya no me sirves, y tu ambición… es peligrosa para mí.   

Tomó la mitad del medallón de la mano muerta del sacerdote, hizo aparecer la otra parte que portaba y combinó ambos fragmentos, cómo si fuera un betún para calzado.

Las dos piezas conformaron un medallón de bronce, reluciente. Hariet quitó la espada ensangrentada de la espalda de Meddes y le habló al cadáver cómo si pudiera oírlo.

<< Cómo Tritán temía no poder controlar todo su poder, creó artefactos para facilitar las cosas. Sus habilidades más asombrosas pasaron a TRES MEDALLONES. El medallón de oro, el medallón de plata… y el que tengo entre manos, el medallón de bronce… el único que te permite viajar a cualquier lugar del universo en instantes, no importa cuan lejos sea. >>

Hariet envainó la espada en su cinturón plateado y sepultó el medallón de bronce dentro de su cuerpo por arte de magia, gimió del dolor y la excitación. La armadura se vio rodeada de brillitos hasta que desaparecieron sin dejar rastro.

Hariet exhaló e inhaló con aquel casco cubriéndole el rostro, así como también flexionó las rodillas durante la absorción.

<< Soy capaz de absorber cualquier cosa. Soy único, como dijeron los Ryanos. Soy Hariet… >>

El siniestro personaje miró hacia el horizonte, donde yacían las ruinas del Templo de la Muerte.

<< Te dije que un día pagarías por todo lo que me hiciste, titán Vrogh. Se acabó tu vida al fin. Te manipulé a mi gusto y ahora los JEN están indefensos… desprotegidos. El poder de Tritán, lo que me negaste, también será mío. Falta poco. La balanza continúa estando a mi favor >>

El Oscuro se quitó el casco y este cayó al suelo con pesadez. Luego, alzó el collar (el TORQUEM) y un vórtice se abrió en el cielo, del otro lado… yacía la figura irreconocible del ser más horrendo del universo. Gimió abruptamente y detuvo lo que estaba haciendo, el vórtice se cerró rápidamente.

- Aún no tengo todo lo que necesito para hacer esto- se dijo a sí mismo- Sólo hace falta un reencuentro


Hariet contempló el paisaje a su alrededor (aquel mundo muriendo y pudriéndose) desde lo alto de una roca, con sus dos malévolos ojos grises. 


Fin



Capítulo 1: Mal Augurio
Capítulo 2: El Despertar de la Bestia. Parte 1
Capítulo 3: El Despertar de la Bestia. Parte 2
Capítulo 4: La Tierra y el Fuego
Capítulo 5: La Cueva
Capítulo 6: El Planeta Agda
Capítulo 7: Fismut, El Mago
Capítulo 8: Jhor, El Vidente
Capítulo 9: La Maldición de Reroriam
Capítulo 10: Ghryaú, La Roca de Fuego
Capítulo 11: La Sombra
Capítulo 12: El Día sin Final, la Noche sin Estrellas, el Mundo del Vacío
Capítulo 13: El Templo de la Muerte
Capítulo 14: Guerra entre Hermanos
Capítulo 15: Sony
Capítulo 16: La Última Voluntad. Parte 1
Capítulo 17: El Origen de los JEN. Parte 1
Capítulo 18: La Última Voluntad. Parte 2
Capítulo 19: El Origen de los JEN. Parte 2

Capítulo 20: Los Tres Medallones


Nota del autor: 
¡Si llegaste hasta aquí, gracias por leerlo! Nos acercamos a la recta final y la novela que finalizará dicha historia será: 

La Guerra de las Bestias 5: El Medallón de Plata
(llegará a finales de Abril del 2018)

Si sos nuevo/a te invito a leer las novelas anteriores, LINKS abajo. (La opción ''ENTRADA MÁS RECIENTE'' te permite avanzar de capítulo)




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