El Origen
de los JEN. Parte 1: CAPÍTULO 17.
Natal
se echó para atrás.
-
¿El hijo de Vrogh? ¿El primer señor oscuro? ¿Es una broma, no?- dijo,
frunciendo el ceño.
Lepra
sonrió, sentado en el suelo como un indio, y negó con la cabeza, Fismut repitió
el gesto.
Natal
tragó saliva, examinó al mago y luego al aprendiz; tenía ganas de saberlo todo,
pero no estaba tan seguro de cuanto podrían decirle; siempre fueron muy
cautelosos y reservados. Sin embargo, ambos habían cambiado su actitud
notablemente y fueron ellos quienes hablaron al notar que Natal no se animaba a
despejar sus dudas.
-
En estos momentos, Vrogh le debe estar contando a los JEN la misma historia que
estamos apunto de contarte- le dijo Fismut, sosteniendo la herida de su amigo
Jhor, quien yacía en las últimas, desplomado en la tierra y débil.
-
Déjeme a mí, maestro- le pidió Lepra- Cuide del señor Jhor.
El
mago aprobó dicha decisión.
-
Félix, el Ryano que vivía con el capitán Rojas y su familia en Reroriam,
mencionó dos dioses, Morgana también creía en la existencia de estos seres-
empezó Lepra, con pasividad- ¿Lo recuerdas, verdad?- Natal no necesitó asentir,
sólo hizo un gesto con los labios- ¿Y también te acuerdas de cuando salieron de
la cabaña para dejarme descifrar el mapa del universo? Cuando regresaste junto
a Kay, le preguntaron a Félix por el significado de la palabra JEN, y Félix
parecía asustado…
Natal
lanzó un suspiro muy pronunciado.
-
Eso es porque ya le había contado toda la verdad y no quería que la supieran
hasta el momento adecuado- continuó Lepra- Estaba tan aterrado que decidió
acompañarme a revelar los secretos del mapa para alejarse de los dos jóvenes.
-
¿Qué tiene que ver eso con las deidades que mencionaste antes?- preguntó Natal,
más serio que nunca e impaciente.
-
Todo- aclaró el joven morgano- Los Ryanos llamaban a la diosa Bíe y al dios Ázu;
nosotros los conocíamos como Guriva y Groba respectivamente. Fueron los
espíritus hermanos que crearon al universo mediante una batalla interna; dicha
guerra formó las estrellas, los planetas, casi todo. Sin embargo, ambos estaban
hartos y aún lejos de hacer las pases, decidieron dividir el cosmos en dos: la
dimensión Nox y la dimensión de la Tierra. No volverían a verse las caras y
ambos tendrían prohibido cruzar la línea divisoria, así también cómo sus
futuras creaciones. Por un lado, Guriva creó a los titanes, los seres de piel
verde con alturas indescriptibles y habilidades únicas. Los cuales tenían un
líder, lo que imagino que te resultará muy obvio… el REY Vrogh- la expresión de
seriedad de Natal parecía estar lejos de cambiar- Según el mito, entre los
titanes no había mujeres y sólo la diosa era la que les otorgaba descendencia
mediante métodos místicos. Vrogh, que estaba harto de no ser elegido, aprovechó
cuando la diosa bajó a su mundo, transformado en un ser terrenal (cosa que se
daba cada cierta cantidad de tiempo) y abusó sexualmente de ella. Fue el primer contacto físico de la historia y
dicho suceso, llevó al nacimiento de Tritán- finalmente el aspecto del profesor
de historia dio un giro, miraba a Lepra con total sorpresa.
Lepra
hizo una pausa para que Natal digiriera todo lo que acababa de escuchar. No era
fácil de creer, el elemental de la tierra lo sabía. Especialmente viniendo de
un mundo donde todas las mitologías antiguas o actuales eran consideradas
fábulas o cuentos que representaban los principios de alguna religión.
El
viejo elemental estuvo largos minutos examinando el suelo, levantó la vista y
le indicó a su compañero que prosiguiera.
-
Bien- dijo Lepra, con las manos sobre las rodillas- Tritán resultó ser
diferente al resto de los titanes; procuraba ser igual a los otros de su
especie, no había ningún aspecto físico que lo distinguiera; la piel verde, la
gran altura y un cierto parecido a su padre. Sin embargo, su forma de pensar no
era normal. Él sabía lo que su progenitor había hecho para tenerlo y se
avergonzaba de la verdad, pero lo que más lo perjudicaba, era la ignorancia de
la diosa, quien lo trataba como otro más. Vrogh, en cambio, era muy apegado a
su hijo y por razones desconocidas, no fue castigado por La Madre (cómo la
llamaban los titanes a Guriva).
<< Tritán se hizo
adulto, se obsesionó con la idea de que su madre lo reconozca como un ser
único, cómo su VERDADERO hijo, y empezó a desobedecer los mandatos de Guriva.
Al mismo tiempo, tenía un poder que sí se alejaba de sus hermanos, al ser mitad
titán y mitad dios, era capaz de controlar fuerzas inimaginables y tenía
facilidad para doblegar la voluntad de los individuos. Cometió, en secreto,
toda clase de fechorías. Aborrecía aquel mundo perfecto, aquel reino de titanes
idóneo, utópico. El orden lo aburría y quería cambiarlo.
Sus deseos empezaron a ser
peligrosos para los titanes, pues amenazaban con acabar la vida metódica de
Paramor (el reino de estos seres). Razón por la cual, fue vigilado. Vrogh, que
quería incondicionalmente a su hijo, negó dichas acusaciones e ignoró los
sueños de Tritán, cómo si fueran inventos de sus hermanos por envidia.
Tritán descubrió que podía
viajar por el espacio-tiempo, podía cambiar el pasado, el presente o el futuro
y podía resucitar o crear vida. Habilidades que sólo la diosa Guriva poseía y
que al parecer, había heredado.
Fue así como escapó de
Paramor y se dirigió a la dimensión de ustedes (antes de que existiera la
Tierra).
El otro dios, Groba,
también había formado a su propia especie, seres de piel gris, no tan
especiales o gigantes como los titanes, pero individuos con gran capacidad para
aprender y crecer. Los Ryanos.
En secreto, Tritán lo
vigiló por años y descubrió que Groba era un monstruo insaciable. Formaba
especies en diferentes planetas, esperaba que se fortalecieran y multiplicaran
lo suficiente, para volverse un ser terrenal, una BESTIA DEMONÍACA, y
alimentarse de todos ellos. Los siguientes eran los Ryanos…
Tritán sintió atracción por
aquel poder, el del hermano de su madre, su tío. Se reveló ante Groba y este
supo de inmediato que provenía de la otra dimensión y que su hermana había
quebrantado el pacto. Se enfrentaron a duelo y durante la batalla, el titán se
las ingenió para crear artefactos que lo ayudaran a controlar mejor su poder; medallones y un collar.
El hijo de Vrogh usó la
energía y la materia que lo rodeaba para conformar algo inimitable, un aura de
destrucción, un nuevo espíritu llamado PRODIGIUM. Mediante el collar, el
TORQUEM, controló a la extraña esencia y venció al dios monstruo. Groba murió y
Tritán absorbió su fuerza, adoptando una nueva identidad. Ahora tenía a la
bestia sanguinaria en su interior, el poder del CAOS (cómo también lo llaman al
PRODIGIUM) y los medallones.
Una armadura rodeó su
cuerpo y se llamó a sí mismo: EL SEÑOR OSCURO. Los Ryanos estuvieron
agradecidos con él, pero Tritán no estaba interesado en ser bondadoso e intentó
doblegarlos a su voluntad; razón por la cual, escaparon a otro planeta donde él
no pudiera hallarlos.
Tritán, que ahora se creía
un ser omnipotente, formó un planeta que sirviera de puente entre ambas
dimensiones, creó a la Tierra… y en ella trató de formar a su propia especie,
similar a los Ryanos, pero falló y creó a unas entidades inferiores… a los
primeros humanos.
Culpó a Guriva por aquella
falta de habilidad para formar seres obedientes y fuertes, así que regresó a
Paramor para hacerse con sus poderes.
Durante su desaparición,
Vrogh, junto a otros tres titanes, fueron a buscarlo y no se encontraban en el
reino.
Tritán, cegado por la
ambición, enfrentó a los titanes, para llegar a la diosa. Todos ellos lucharon
para impedir que se le acerque, y así, murieron en masa. No quedó ni uno con
vida. >>
Jhor
tosió unas cuantas gotas de sangre e interrumpió el relato. Natal y Lepra lo
examinaron, Fismut tapaba la herida con un pañuelo, su mano estaba repleta de
sangre y con la otra le acariciaba la cabeza delicadamente.
-
Estás bloqueando mis poderes para que no te cure, vidente- le dijo Fismut, con
comprensión.
-
No lo quiero, viejo amigo. Yo quiero esto, ya hice lo que tenía que hacer.
Quiero reencontrarme con mi esposa y mis hijos, es lo que siempre deseé.
Fismut
cerró los ojos, apenado.
-
Te necesito, esta sólo es una etapa.
-
Tienes todo bajo control, lo sé- insistió el oso parlante y miró a los otros
dos personajes- No tienen por qué hacer un duelo cuando me vaya, pueden seguir con la historia de Tritán, la verdad merece ser sabida.
Lepra
se levantó y miró hacia otro lado, donde yacía el cuerpo de Meddes, tirado en
el suelo, aparentemente inconciente.
-
No se rendirá tan fácilmente, es el hijo de Arcas Sannon, después de todo-
replicó Jhor- Elementales… perdónenme. Yo le dí el mapa a Rosa a propósito
porque sabía que ustedes vendrían y no tendrían mayor remedio que pasar por su
planeta, tenía la intensión de que terminaran con la maldición de su pueblo.
Pero fui un insolente y por mi culpa, uno de ustedes se pasó al lado oscuro y
casi causa un desastre. Es por eso que era mi tarea detener a esos monstruos,
les ruego que me perdonen.
Lepra
suspiró amargamente al enterarse.
-
Hiciste lo que creíste correcto, vidente. No tienes por qué disculparte.
Jhor
asintió, triste. A continuación, miró a Fismut, a quien se le caían algunas
lágrimas.
-
Eres lo más parecido a un hermano, mago- le dijo- Antes de irme, quiero
sugerirte algo…
-
Te escucho- a pasar de estar llorando, la voz de Fismut continuaba siendo
firme.
-
Ese método no funcionará, él lo tiene todo armado y nosotros sólo somos
eslabones en su elaborado plan- aquellas palabras no fueron comprendidas por
Natal ni por Lepra, estaban especialmente dirigidas a Fismut- Sé que no me
escucharás, pero hazlo por una vez en tu vida, no servirá.
-
No puedo, es la única forma. No queda otra- susurró Fismut, secretamente.
- Ese viaje será en vano, prométemelo.
Prométeme que no les dirás que vayan a buscar al medallón de plata…
Fismut
se quedó mudo y apretó los dientes. Jhor sonrió y sus ojos brillaron, cómo si
algo acabara de manifestarse ante él.
-
¿Para qué hablo? Sé que no lo harás…
Jhor
cerró los ojos y murió con una expresión de felicidad en el rostro. Lepra y
Natal rezaron. Algo maravilloso ocurrió después, el cuerpo de Jhor brilló como
una lámpara, una luz plateada lo envolvió y el vidente se desvaneció. En su
lugar, múltiples chispitas amarillentas flotaron por los aires, dieron
volteretas y ascendieron hacia los cielos. Natal y Lepra se quedaron
estupefactos, contemplando su trayecto.
-
Fismut, ¿Qué es el medallón de pla…?- preguntó Natal, bajando la cabeza, sin
embargo, se interrumpió a sí mismo cuando notó que el mago había desaparecido-
¿A dónde se fue?
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