sábado, 13 de enero de 2018

La Última Voluntad. Parte 1: CAPÍTULO 16.



La Última Voluntad. Parte 1: CAPÍTULO 16.

- Me cuesta creer que todo eso fue lo que viviste en tan pocos días- le dijo Kay, Sony le había contado TODO.
El muchacho con la cicatriz en el pecho, asintió. Ambos estaban sentados en una habitación encerrada, ambientada a mazmorra; con antorchas y un pasadizo oscuro; las paredes eran de ladrillo y había formas extrañas en cada rincón, como símbolos antiguos. La marca negra de Sony había pasado a la mano derecha de Kay; ahora estaba dibujada allí, sin embargo, desapareció a los minutos. Sony quiso darle una palmada, pero Kay se alejó, con cierta expresión de rechazo.
- Es mucho para digerir- dijo el elemental del fuego- No puedo creer todo lo que te has guardado.
- Yo…
- Tenías sentimientos por Jessica y nunca me lo dijiste, tampoco fui capaz de intuirlo- vociferó el muchacho con la herida- Realmente no se ni que pensar. Además, te guardaste que Agustina tenía un amante y te echaste la culpa de todo…- luego habló en voz baja como si se lo dijera a sí mismo- Con razón pidió disculpas en el lecho de su muerte, se lamentaba de no poder revelar su peor secreto. Temía que Meddes logre su cometido. Cosa que hizo con su muerte…- abrió los ojos como platos- Si Meddes me provocó a mí y te provocó a ti, pero no le interesaban las bestias en nuestro interior, significa que…
- Quería que las puertas del Templo de la Muerte se abrieran.
- Exacto- Kay le dirigió una corta y sombría mirada- El torquem o cómo se llame que mencionó Hariet, algo así está aquí adentro; debe ser lo que controla aquella fuerza sobrenatural de la que me habló Lepra: el prodigium- cambió rápidamente de tema y añadió- Y no olvidemos que también te marchaste sin avisarnos siquiera, dejaste a un niño inconsciente en medio de la nada y abandonaste a tus compañeros cuando más te necesitaban.

Sony estaba realmente apenado, volvía a sentir culpa. Quiso dar un paso hacia su compañero, pero este le hizo un gesto con la mano para que se detuviera…
- No. Hace minutos intentabas matarme con todas tus fuerzas. Ya sé que estabas bajo la influencia de la marca, igualmente, déjame asimilar todo esto… no te me acerques.
Sony lanzó un suspiro opulento, a lo que Kay agregó.
- No sé si podré volver a confiar en ti.

Aquellas palabras fueron incluso peor que la mutación a la bestia demoníaca, a Sony se le retorció el estómago y tuvo intensas ganas de llorar. Kay lo notó, sin embargo, yacía absorto y serio. Tampoco era fácil para él.
- Yo quería marcar la diferencia y no dejarme llevar por la venganza, ya no podré hacerlo. Cuando salgamos de aquí, tú y yo mataremos a Meddes, con nuestros nuevos poderes- se levantó, con el rostro lleno de ira.
Kay caminó hacia uno de los pasajes más grandes, Sony fue tras él, en silencio.

Mecánicamente, un conjunto de paredes se desplazaron simultáneamente frente a ellos. Finalmente se reveló un pasadizo secreto, una puerta que descendía mediante escaleras. Entraron sin titubear.
Descendieron por los escalones, muy alertas.

Aquella sala parecía estar vacía, había un gran muro de roca gris a lo lejos, de cincuenta metros de amplitud; antorchas que irradiaban un fuego multi-color, estatuas de seres extravagantes con armaduras y rostros uniformes; posadas en los alrededores y principalmente en las esquinas de la habitación.

Al bajar las escaleras, los JEN contemplaron una pizarra ubicada perpendicularmente a la pared gris; había escritos y dibujos inentendibles en ella; una columna la sostenía como si fuera una mesa a la altura del estómago; también se inclinaba en posición diagonal y llevaba diversas ranuras cuadradas. Estaba hecha de roca, es decir, del mismo material que el muro.
Pero allí no terminaba todo, en el centro de dicha sala, justo en el espacio entre la pizarra y la pared, había un agujero en el suelo, donde yacía un líquido azul, celeste y verde, cubierto de gas; seres de apariencia fantasmagórica y cuerpos blancos nadaban en su interior. No eran humanos.      

Kay y Sony dieron un respingo del susto y antes de que pudieran conversar entre ellos (aunque no quisieran), una profunda y aterradora voz dijo.
- No les harán daño.
Los JEN miraron a sus alrededores, registrando todo el área sin encontrar la fuente de dicho sonido.
- Qué jóvenes son.
- ¿Eres Vrogh, verdad?- preguntó Kay, en tono desafiante- El titán genocida.
Hubo un devastador silencio que duró segundos hasta que algo surgió del muro de cincuenta metros, un rostro enorme…
- Genocida… puedo entenderlo. No les haré daño si eso es lo que piensan.
- No te tengo miedo- gruñó Kay, quiso desenvainar la espada de Xón y notó que no la tenía, durante la batalla con Sony la había dejado tirada afuera.
- No pretendo que lo tengas- vociferó la voz, cada palabra retumbaba en toda la habitación, produciendo una reverberancia- Vrogh…- repitió- Así me conocían los morganos si mal no recuerdo.  

Aquella cara que parecía salir del interior del muro, tenía facciones duras, ojos oscuros, nariz ancha y cuernos por todos lados. Kay estaba furioso y quería terminar todo el asunto rápidamente, asesinando al titán. Sin embargo, Sony lo estudiaba y se maravillaba por el rostro imbricado a la pared que les hablaba.
- ¿Qué es lo que buscas?- se animó a preguntar Sony, con la voz apagada.
El titán sonrió.
- A estas alturas, creí que ya lo tendrían sabido- movió los ojos de joven a joven y un sonido se produjo, similar al que genera una pelota sobre el césped- Conoceros.
- ¿Por qué?- preguntaron Kay y Sony al unísono y guardaron silencio inmediatamente, evitando el contacto visual entre ellos.
- No parecen estar en su mejor momento. Son fuertes por separado, pero juntos, son imparables.
Sony quiso volver a hablar, sin embargo, las palabras se quedaron atascadas en su garganta.
- Adelante, muchacho. Pregunta, estoy para eso.
- ... ¿Qué es un JEN? ¿Por qué fuimos seleccionados tanto él como yo?- señaló a Kay durante la pregunta.

Vrogh meditó, todo el ambiente siniestro y oscuro se había esfumado para los JEN, no parecía tener intenciones de lastimarlos.
- Esa es la pregunta correcta. No soy omnipotente, mucho menos, omnipresente. Sólo soy quien vivió antes de todos los que vivieron. No sé porque fueron elegidos, pero si sé la verdad. Yo conozco a la perfección, el ORIGEN DE LOS JEN.   
Kay tragó saliva. El misterio de cuatro años de aventuras, estaba apunto de revelarse…
- Te escuchamos- vociferó, calmándose.
- Vrogh, me gusta ese nombre- volvió a repetir el titán- Vrogh, el REY de los titanes…  
- No me sorprende- dijo Kay- Tus vasallos hablaron de ti como de un líder- la forma humanoide que salía de la pared, observó a Kay con gesto de duda- Hablo de Úiaj, Xón y Finegan- Sony miró a Kay sin comprender, él no había estado en ninguno de los tres planetas- Les dejaste estrictas instrucciones para que te enfrentemos, ¿me equivoco? Quieres nuestro poder, lo añoras y por eso tantas molestias. Todo este plan descabellado y maquiavélico fue para darnos nuevas fuerzas y alimentarte de ellas. Meddes y todos los miembros de la Luz Oscura tenían la misma misión de provocar nuestra vidas para que estemos obligados a acudirte- la voz de Kay se iba tornando cada vez más potente, cargada de ira- Al verte así, intuyo que estás atrapado y débil, pues han pasado muchos años. Nosotros somos tu salvación. Pero déjame decirte que…

Vrogh rió a carcajadas con su impetuosa voz, sin embargo, no fue maléfica, sino, con mucho humor. Kay apretó los dientes, encerrado en su idea.
- MAL- aclaró- Una teoría muy interesante, pero errónea.
- ¡No mientas!- le gritó Kay, y Sony lo tomó del pecho, el primer joven forcejeó con desgano para que lo soltara. Respiró profundo, el recuerdo de Agustina flotaba en su cabeza, así también como los de Don Pablo y Doña María que había muerto de una forma horrenda. Más relajado, preguntó- ¿Qué es lo que buscas titán?
  
El ingente aspecto del colosal ser, movió ambos ojos, durante una pausa, y pronunció.
- Se los diré cuando les haya contado mi historia.
Esta vez, Kay asintió y Sony repitió el gesto, dispuestos a escuchar y no interrumpir.


- Ya que conocen los nombres impuestos por la mitología de los Morganos, utilizaré sus nombres y no los de antaño. Creo que les resultará fascinante escuchar esta historia, yo estoy contento de poder ser quien se las relate. ¿Provienen del mundo prodigio, verdad? Sé que muchos de sus científicos han revelado secretos del orden de las cosas que a otras especies les ha tardado milenios. Si quieren entenderlo todo con claridad, tengo que empezar desde el principio, de aquellos años donde ni siquiera yo había nacido… 


<< No hay origen específico, pero así me lo contó ella cuando era joven: El universo tuvo SEIS FORMAS distintas antes de esta, todas ellas fueron destruidas y vueltas a construirse desde cero. Estos cambios se debían a la eterna lucha entre dos espíritus HERMANOS: Guriva y Groba- Kay movió la cabeza, recordando- ¿De donde venían? Ni la misma diosa, quien fue la persona que me contó la historia, lo sabía. De la nada, el vacío, de allí nacieron.

Llegó un día donde la guerra tenía que terminar, había que buscar una solución. Por lo tanto, los hermanos estuvieron de acuerdo en dividir al cosmos en dos partes (la dimensión Nox y la dimensión de la Tierra), así no habría represalias, no tendrían que verse las caras y podrían hacer lo que se les plazca. La idea funcionó. Guriva se quedó en la dimensión Nox, Groba en la otra. Estuvieron de acuerdo en conformar una ÚNICA REGLA: Ninguno de los hermanos o de sus creaciones, podría cruzar la línea. Así lo decidieron.

Sin embargo, Guriva no tardó en sentirse sola en el imperecedero espacio exterior, razón por la cual, nos creó a nosotros: a los titanes.
Seres de piel verde de un único sexo, inmensos, con habilidades únicas, un amplio sentido de justicia y fidelidad a nuestra diosa creadora. Fue el nacimiento del primer gran reino de la historia de la vida: PARAMOR. >>

De repente, hubo un destello de luz, los JEN se cubrieron los ojos y los abrieron con lentitud.
Ya no pisaban el suelo… sino que flotaban en el aire. Por debajo estaba el líquido del acantilado, burbujeando y expulsando un gas sin olor. Parecían encontrarse en medio del océano (un océano con aquel líquido). Los cuerpos inhumanos que flotaban se convirtieron en estrellas y planetas, a continuación, el líquido empezó a moldear el paisaje. Todo era oscuro y vacío, inclusive el rostro de Vrogh, imbricado en la pared, había desaparecido, pero su voz proseguía escuchándose fuerte y alta.
Kay y Sony creyeron que no podrían respirar, acababan de notar que estaban en el espacio exterior, pero se equivocaron, eran ilusiones. Toda palabra nueva que el titán agregaba, conformaba nuevos objetos, personajes o paisajes.
Los JEN se vieron tan atraídos por la historia que se olvidaron, incluso, del conflicto entre ellos.

<< Nosotros la llamábamos ‘‘La Madre’’. Y durante generaciones fui escogido como el Rey de todos ellos- Vrogh empezó a alentar las oraciones, cómo si le costara seguir- No había personas del sexo femenino entre nosotros y no existían las relaciones sexuales físicas; La Madre nos proveía de un sucesor cuando Ella lo creía conveniente. Sin embargo, había estado tantos años a su servicio, dirigiendo a los titanes, que no soportaba la idea de no recibir un heredero que continuara con mi labor. Nuestros hijos nacían mediante métodos espirituales, y sólo cada treinta años, la Diosa bajaba a nuestro planeta y se volvía un ser terrenal, una entidad que pudiéramos tocar y sentir. Yo estaba desesperado, celoso y defraudado, no sabía que hacer. Y el pensamiento más oscuro se apareció ante mí. En el instante que Guriva tomó forma corporal, la tomé… >>

- ¿Tú… la violaste?- preguntó Sony, con el corazón en la boca.
- No es algo de lo que esté orgulloso- respondió el titán- Yo soy diferente a vosotros, los humanos. Yo no la sometí por un deseo, yo simplemente quería un heredero…

El episodio se reprodujo mágicamente y los JEN tuvieron que apartar la vista para no presenciar aquel cruel acto.


- Así fue como nació mi hijo, a quien los morganos conocieron más tarde como… Tritán. 

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