Hipocresía- CAPÍTULO 3.
Sony yacía en una cafetería, sólo, tomando algo y
esperando. El día estaba húmedo y gris por la intensa lluvia del día anterior,
eran las 6 am. Sospechosamente se encontraba en la mesa más alejada del lugar,
fuera de las ventanas y las entradas. Estaba vestido con un saco gris, camisa
blanca, jeans y zapatos. Sólo habían pasado algunas horas desde que descubrió
lo que faltaba en la mansión de su mentor…
- Esas
medialunas se ven apetitosas- dijo una voz femenina en su
mente. Sony suspiró.
- Ahora no, estoy esperando a alguien. Y sabes por
qué- habló en voz baja, con ambas manos tapándole la boca para que la gente no
notara que hablaba solo.
- ¿Es
de confianza? – preguntó Ella.
- Lo es. Ahora vete, dañas mi privacidad.
Sony escuchó una dulce sonrisita desvaneciéndose poco
a poco hasta esfumarse.
En ese instante, la persona que Sony esperaba, llegó.
Aquel personaje era un muchacho de veinte años, cabello oscuro y postura
encorvada, tenía un cierto retraso mental muy leve. Ojos oscuros y tez blanca.
Su nombre era Damián Acosta.
El año pasado, Sony buscaba empleo en la ciudad de
San Martín y probó suerte en un estudio jurídico perteneciente a los Hermanos
Acosta, se volvieron socios y el hermano menor de estos (Damián) trabajó codo a
codo con Sony durante varios meses. Razón por la cual, este muchacho se había
convertido en su hombre de mayor confianza.
Damián se sentó en la misma mesa, algo perturbado.
- No puedo seguir con esto, Sony- le dijo- Si sigues
juntando pruebas, no importará que el gobierno se venga abajo porque estarás
muerto.
- Créeme, socio, que lo que menos me preocupa en
estos momentos es morir- respondió Sony con soberbia- Te traje un nuevo sobre.
- ¿Otro más? Apenas tengo suerte de descifrar los
otros que me trajiste, es un código militar muy complejo, me llevará meses
hacerlo. Sólo soy un aficionado, ¿Por qué no se lo pides a otro?
- La información correría peligro si se la mando a un
traductor profesional, nadie es de fiar en estos días, socio. Pero tú sí. Por
eso te lo encargo.
- ¿Cómo consigues estas cosas? – susurró Damián,
inclinándose hacia Sony- ¿¡No me digas que estás trabajando con ese
delincuente!? ¡Asesina bestias y hombres sin consideración!
Sony lo calló, examinó a las personas del lugar y
dijo.
- No voy a discutir eso contigo. Baja la voz, no
puedes confiar en nadie, mucho menos en los Ryanos… bestias de la sociedad.
- Hay veces que realmente no te entiendo, Sony-
suspiró Damián.
- Escúchame, socio- Sony lo tomó del hombro y lanzó
una mirada a su alrededor para cerciorarse que nadie observara el gesto- Algo
se aproxima y somos los únicos que podemos idear la defensa de nuestro mundo.
- Desde que te conozco eres así de paranoico- dijo el
otro, dubitativo.
- El plan es simple. Si logramos descifrar todas
estas pruebas, las podremos presentar y el gobierno militar caerá- retomó el
JEN- No debe faltar mucho para que aquel terrible mal lance su primer ataque,
tenemos que estar listos, y para eso, necesitamos un gobierno en el cual
confiar, no en uno que nos reprima.
- ¿Y cuando los descifremos, cual es el siguiente
paso? – preguntó Damián, no sabía bien por qué, pero le creía.
- El ejército africano. La creación de la G.N.U.M fue
un cambio considerable para el mundo, aquellos países olvidados se unieron y
conformaron unidades potentes, donde desarrollaron tecnología y armamento. A
pesar de la creciente actividad armamentística, hubo paz durante varios años.
Si logramos que se enteren de que la G.C.J.M quiere aumentar y desarrollar
nuevas armas, actuarán enseguida. Es política.
- Ni siquiera te recibiste y ya actúas como todo un
abogado…- vociferó Damián.
- Socio… cuídate. Lo digo de verdad, no confíes en
nadie- Sony volvió a revisar su alrededor, ya era la tercera vez que lo hacía-
Hay algo más… voy a darte un paquete que necesito que guardes. No lo abras, no
me preguntes qué es y no se lo confíes a nadie.
- ¿Qué es? - preguntó Damián- ¿Más documentos?
- No- Sony lanzó una cuarta mirada y sacó de su bolso
un paquete
enrollado, algo pesado- Ni yo sé que contiene, es algo que le guardo a alguien. Por favor.
Damián asintió.
- Puedes confiar en mí.
- Eso es todo lo que quería oír- sonrió Sony y le
entregó el paquete, las manos de Damián oscilaron hacia abajo por el peso.
Minutos después, el joven estudiante de Derecho se
dirigía a su hogar, ensimismado en sus ideas y con la cabeza gacha. Ignoraba a
todos los posibles, para no levantar sospechas.
En el año 2229, múltiples oficiales y soldados, se
desparramaban por todas las ciudades, vigilando, investigando y estudiando a
los civiles. Sólo bastaba una corta mirada para que te encerraran y te tomaran
de sospechoso o criminal.
Sony se había acostumbrado a tomar pasillos o caminos
peligrosos, donde el flujo de militares descendía, pero el de bestias
aumentaba.
No tardó en ser perseguido por algunos miembros de la
otra especie, Sony paró la caminata y se quedó tieso, de espaldas a los
seguidores.
- ¿Qué quieren? - preguntó, ensanchando el tono
habitual de su voz.
- Eres UNO DE ELLOS, uno de los que nuestro DIOS
busca- habló uno de los Ryanos, con una gran joroba, la piel gris, cuernos,
ojos chicuelos y portando una pistola (la cual tenía un considerable cañón), le
apuntaba a Sony mientras temblaba del miedo.
Sony lanzó una carcajada sin gracia.
- Hacen bien en temer- dijo, frunciendo el ceño- Él
no es su ‘‘Dios’’. Sólo se hizo pasar por uno para que lo siguieran.
- El Único nos dijo que este mundo y su gente nos
corromperían con sus reglas y sociedades. Así fue… ¡míranos! Vivimos en la
miseria, desde ese nuevo gobierno humano, la pobreza que había desaparecido
volvió a emerger, especialmente en los de nuestra estirpe. Nos odian.
- Es culpa de la dictadura, pero descuida, yo estoy
trabajando para terminar con ella- respondió Sony, creyendo que se pondrían de
su lado. Pero no fue así.
El Ryano cargó el arma, se acercó, arrastrándose por
el suelo y vociferó.
- Sólo eres otro humano con sus mentiras. Él es real,
puede hacer cosas que ni siquiera imaginarías…
- Yo igual- aclaró Sony y levantó la mano, algunos
seres se impelieron por los suelos, atraídos hacia el joven. Se mantuvieron
desplomados a centímetros del elemental, todos estaban anonadados y muy
asustados. Sony se marchó.
Llegó a su casa, abatido y se balanceó sobre la cama.
- ‘‘El mundo ya no es el mismo, y después de todo
esto, no creo que se recupere’’- pensó, suspiró y se durmió, los sueños
eran la única imagen ficticia de la realidad que soportaba ver.
Sin embargo, aquella canción volvió a sonar y
despertó, sabiendo lo que iba a pasar. Él mismo abrió la boca y cantó (muy
desafinadamente):
- Vive y
vivirás, aleja la pena y ayúdate que un paso más debes dar- tragó saliva y
le habló a la nada, al silencio absoluto de su departamento- ¿Qué quieres?
- ¿Lo
guardaste? – preguntó Ella en su mente.
Sony presionó su rostro contra el almohadón y desde
allí se oyó un confuso ‘‘Si, señora’’.
- No
me digas señora- gruñó la voz femenina- Te ves cansado.
- Últimamente no me dejas dormir- dijo Sony,
aplacado.
- ¿Yo?
- se oyó una fina sonrisita- Eres tú quien me llama con esa canción.
Sony alzó la cabeza, cómo si Ella estuviera frente a
él.
- Antes creía que eras mi sub-consciente o qué me
estaba volviendo loco. Ahora… estoy seguro de que la segunda es más probable.
¿Tan desesperado estoy que me invento la voz de una mujer en la cabeza?
Sony escuchó cómo Ella reía y reía a carcajadas, sin
poder parar. A decir verdad, se le contagió un poco y sonrió torpemente.
- Si fueras real, te invitaría a salir…- dijo Sony.
Hubo silencio. Sony apretó los dientes.
- Yo
soy real- insistió la voz- Estoy visitando
tu mente, es una habilidad innata de
mi familia.
- ¿El alto mundo, verdad? ¿Dónde es eso? - preguntó
Sony.
- Sí
que eres inteligente- respondió Ella, en un tono de sorpresa.
- Un… amigo me contó de ese lugar. La canción que
siempre cantas, es muy famosa al parecer. Me dijo que provenía de allí, fue una
pregunta trampa y caíste.
- Cómo
dije, muy inteligente. Por eso llevo años observándote.
- ¿No es acoso revisar la mente de una persona sin su
consentimiento?
- Tú
solito cantas la canción y me llamas- se escuchó otra risita.
- ¿Cuándo vas a decirme tu nombre? No es justo que tú
sepas el mío y yo desconozca el tuyo.
- Cuando
nos veamos las caras, joven elemental.
- Pretendes que confíe en ti y GUARDE ESE PAQUETE QUE
ME MANDASTE, y no eres capaz de presentarte…
Sony oyó otra risita por última vez y se desvaneció.
Después de todas sus responsabilidades, de la muerte de Natal, de la pelea con
Kay, de los miles de problemas que lo saturaban; aquella extraña reunión
telepática le cambió el humor.
Entrevista en comisaría de Buenos Aires (6:30 am- Domingo):
- ¿Nombre
completo? – preguntó el oficial, sentado frente al joven en una
instalación privada, una habitación blanca, rodeada de espejos y cámaras de
seguridad.
-
Kay Montarnen- respondió. Ambos estaban
a los lados de una mesa metálica.
- ¿Edad?
-
22 años.
- ¿Estado civil?
-
Soltero.
- ¿Sabe por qué
está aquí?
-
Si.
- Usted es el
único superviviente de la tragedia. Mi más sentido pésame.
-
Gracias.
- ¿Con quién vivía
en Morena?
-
Con mi novia.
- Agustina Torres:
apuñalada. Pablo Torres y María Torres, muertos en circunstancias aún
desconocidas. Lo siento mucho.
-
Gracias.
- ¿Sabe qué fue lo
que pasó?
-
No.
- ¿Cómo explica su
supervivencia?
-
Me desmayé durante la cena con los padres de Agustina, cuando desperté, todos
estaban muertos.
- Entiendo. Mire,
le haré escuchar una llamada al 911 que realizó uno de sus vecinos- sacó
un grabador de voz de su bolsillo, lo reprodujo y se oyó a un hombre,
desesperado, pronunciar: UNO DE ELLOS PUEDE CONTROLAR EL FUEGO, ES DE LOCOS,
VENGAN RÁPIDO, HAY QUE… (Y se cortó abruptamente). Kay se mantuvo con la
expresión fría.
- Es duro. Lo entiendo. Pero queremos saber.
¿Usted sabe quién podría ser el sujeto que doma el fuego?
-
No, señor.
- ¿Sabe usted que
sólo hay un sujeto al que se le conoce dicha habilidad misteriosa?
-
No, señor.
- Hablo de Van
Robin Hed, el cazador que nunca fue descubierto y que hasta hace poco se
procuraba que había muerto. ¿Es usted Van Robin Hed?
-
No, señor.
- Bien, puede
retirarse.
Kay tomó sus cosas y procuró salir de allí. Sin
embargo, la puerta estaba bloqueada. El entrevistador seguía allí,
observándolo. El joven se desesperó y estuvo a punto de usar sus habilidades,
pero se retuvo.
- Años y años buscando,
sin ninguna pista, o indicio- dijo el entrevistador, era un
hombre canoso, de cincuenta años de edad, ojos oscuros y anteojos redondos- Y por medio de una casualidad, todo empezó a darse, poco a poco.
Kay frunció el ceño, temiendo lo peor. Uno de los
espejos se vio modificado y el elemental pudo notar a cinco hombres, con
uniformes militares y las manos en las espaldas, mirándolo.
El entrevistador golpeó la mesa con un archivo
repleto de hojas.
- Año 2227: Las cámaras
de seguridad registran a tres hombres infringiendo el toque de queda. Las
fuerzas los atacan y uno de ellos, destruye un tanque de lado a lado, con…
fuego. Luego desaparecen, sin dejar rastros o huellas dactilares. Las cámaras
sólo vislumbran al episodio desde lejos, en mala calidad y en blanco y negro,
cómo una vieja película con malos efectos especiales- empezó
el oficial sentado- Sin embargo, el rastrillaje encuentra una
gorra de la mítica banda Soda Stereo; y los cabellos encontrados determinan un
único nombre en la base de datos: Kay Montarnen.
<< Igualmente, ¿Qué relación
podría haber entre este muchacho y el cazador? No había pruebas contundentes.
Inicia una investigación y vaya…
Archivos
secretos de la G.N.U.M, el muchacho Montarnen relacionado con la destrucción de
una reliquia de gran valor simbólico para México: El calendario azteca… llevado
a la Isla Tanque para encierro y posteriormente liberado por el Rey Patricio.
Todo tapado por dicha autoridad. En los documentos de dicho incidente también
figuraban otros dos nombres: Sony Dameron y Dick Natal.
Hed
desaparece a finales del 2225 y reaparece en el año 2226 junto a un compañero
capaz de dominar la lava. Ocurre el derretimiento del arco de San Robo y tres
sujetos con las mismas características físicas que los implicados son vistos
por varios testigos.
Sony
Dameron es contratado por el Presidente Argentino en el año 2225, investigación
que se ve estancada por una declaración extraña en el congreso y su
desaparición hasta principios del año siguiente. La fecha que se vuelve a ver
públicamente coincide con el ataque de Van Robin Hed y su socio al bar HALCÓN
VOLADOR en la ciudad de San Robo.
Entre otros documentos
secretos de la G.N.U.M, encontramos pruebas de una idea descartada: El Proyecto
L o Light, propuesto por Frank
Montarnen y Nicholas Dameron, padres de los implicados. Uno muerto por incendio
y el otro por un asalto (de bestias) en su casa, en Estados Unidos.
El presidente argentino
no abrió la boca y fue asesinado por su inutilidad durante los interrogatorios
a cómplices del criminal.
No
olvidemos Morena. Kay Montarnen, único superviviente a una tragedia aislada de
las demás ciudades, de forma misteriosa. A pesar de la búsqueda que se realizó,
no se encontró nada en su antigua casa.
Y
si me permite ser subjetivo, se lo nota muy cansado. Me informaron que la noche
del día anterior, la guarida del sur fue asaltada por el cazador. ¿Comprende su
situación, señor Montarnen? >>
Kay se quedó petrificado, hubo una tirante pausa e
intentó atacarlo, pero sintió una punzada de electricidad recorrerle todo el
cuerpo y cayó al suelo, debilitado. (A la entrada lo habían obligado a portar
una pulsera de metal y esta acababa de causarle la descarga).
- Finalmente, Hed, eres
nuestro- fue lo último que Kay escuchó que dijo el entrevistador en
tono amenazador- Una trampa contundente, la llamada del
vecino era falsa. Hubo un campo magnético
aquella noche que impidió las comunicaciones, nadie pudo llamar al 911 para
alertar lo que pasaba. Otro misterio que te llevarás a la tumba.
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