El Fin del Mundo. Parte 1: CAPÍTULO 4.
Sony se levantó, espléndido. Eran las 2 PM del
domingo, un sol arrasador se vislumbró desde las ventanas e iluminó con fervor,
secando todos los rastros de la intensa lluvia del día anterior.
El muchacho se la pasaría todo el día en la
casa, debido a que mañana por la mañana tenía que estar en el estudio jurídico
de los hermanos Acosta.
Se cocinó y pensó en la mujer extraña que le
hablaba telepáticamente. ¿Sería linda? ¿De verdad iban a verse las caras? Eso
había dicho Ella.
Por un momento, todos los problemas parecieron
no importar y una insólita sensación recorrió su cuerpo, algo realmente bello.
Por primera vez, se creía capaz de vencer las amenazas, reestablecer la
democracia, encerrar a los criminales y salvar al mundo.
Desgraciadamente, aquel sentimiento de
desmesurada seguridad se disolvió como el azúcar en el agua cuando encendió la
televisión…
‘‘IMPACTANTE’’-
era el título de la noticia, en letras blancas y grandes ocupando casi toda la
pantalla- ‘‘La identidad de VAN ROBIN
HED acaba de ser REVELADA’’
A Sony se le cayeron al suelo los cubiertos que
sostenía.
‘‘El homicida Van Robin
Hed, fue identificado como Kay Montarnen, residente en Capital Federal,
provincia de Buenos Aires. Se incluyen dos cómplices más, pero las fuentes
oficiales aún no han querido revelar sus nombres.’’
- Tengo que salir de aquí- se dijo Sony a sí mismo y pensó
en Damián, ahora él corría peligro.
‘‘Las investigaciones
fueron realizadas por un grupo de búsqueda de la G.C.J.M, no nos dieron
detalles, pero tal parece ser que el famoso cazador será juzgado hoy mismo a
las 5 PM en plaza de mayo, para ser sentenciado y posteriormente ejecutado. El
encargado de dicha tarea, el oficial Méndez, nos asegura que esto está
planteado del siguiente modo para que los delincuentes sepan lo que sucede
cuando rompen la ley’’
Sony apretó los dientes, tomó algunas cosas, dejó la
televisión encendida y salió de su casa.
Hacía tiempo que la plaza de mayo no estaba tan
repleta de personas, ciudadanos humanos y ryanos, protestando contra el cazador
Van Robin Hed.
Había un sin fin de vallas metálicas que
separaban el camino por el cual un grupo de militares avanzaba con el
prisionero encadenado (amarrado con artefactos electrónicos en el cuello y los
brazos a la espalda).
Los gritos aturdían el ambiente: ¡ASESINO! ¡MI
ESPOSO ESTÁ MUERTO POR TU CULPA! ¡FANÁTICO RACISTA!
Kay caminó en silencio con los dientes
apretados. Los artefactos electrónicos no le permitían usar ninguno de sus
poderes y los soldados le habían quitado todas sus pertenencias. Al menor
movimiento sospechoso, una descarga eléctrica se plasmaba a través de los
aparatos.
Él sabía que no podía morir, eso no le
afectaba. Sin embargo, los aullidos de la gente, el odio hacia él, eso sí que
le dolía. Si supieran que sólo los mató por qué no le quedó otra… porque
Dimitrion o Miljen los manipulaban, si supieran que él es uno de los elegidos,
si supieran que la dictadura militar es sólo un juego de niños a comparación de
lo que está por venir…
Deseó de todo corazón dejar de lado las
mentiras y los secretos, y revelarle al mundo la verdad: Él es la reencarnación
de un titán, los seres que existieron antes que los humanos y sólo él, junto a
su compañero, tienen el poder para derrotar al desquiciado con la armadura.
Dimitrion, Morgán, Minos, Meddes y Hariet… sus
peores pesadillas lo habían atormentado durante varios años; y a pesar de todo
lo que había crecido, la impotencia continuaba atacándolo. Kay pensó que las
personas que gritaban morirían sin conocer la realidad.
Se desesperó y algunas lágrimas comenzaron a
mojarle las mejillas.
- Maricón- dijo uno de los soldados, entre
risas- Cómo todos ellos, le temen a la muerte y suplican por su vida.
La suerte que tenía ese soldado de que Kay estuviera
atado e incapacitado…
‘‘-
Él lo tiene todo planeado, los Ryanos
en su sociedad sólo están esperando el momento adecuado. Está formando su
ejército - dijo Meddes, desesperado. No quería ser abandonado- LA GUERRA DE LAS
BESTIAS SE APROXIMA…’’[1]
Recordó Kay y observó a su alrededor con
cuidado.
- No todos los Ryanos son iguales, lo sé a la
perfección – pensó- Sin embargo, ¿Habrá alguno que se oponga a los deseos de
Hariet?
- Siempre me intrigó saber cómo haces para
manipular el fuego. ¿Qué usas? – le interrumpió los pensamientos el soldado que
ya le había hablado.
Kay le lanzó una mirada profunda, llena de
odio.
- Tecnología avanzada, cabo - le respondió uno
de sus superiores, quién yacía delante- No hable con el acusado.
- Si, señor - vociferó el primer soldado y se
apartó del joven Montarnen.
Kay lo analizaba todo. Especialmente la
información que se le reveló sobre el PRODIGIUM y R.E.C.O. No sólo eso, Kay
notó que a Fismut se le pusieron los
pelos de punta cuando mencionó a Gyan…
- El jefe Ryano interrogado en R.E.C.O dijo que
el ANTERIOR al Oscuro creó a los Narsogs. ¿Tritán? – pensó el joven- No tiene
sentido. Según lo que nos contó Vrogh el año pasado, Tritán intentó manipular a
los Ryanos y todos estos escaparon. Razón por la cual creó a los primeros
humanos. Y Fismut me dice que los Narsogs tienen fragmentos del caos porque el
corazón de Hariet también los posee… me explotará la cabeza. ¿Quién tiene
razón? Ya he probado que Fismut es un mentiroso, pero… ¿por qué mentiría con
algo así?
Realizó una pausa en su mente y miró el azulado
cielo, era un hermoso día.
- ¿Quién eres realmente Hariet? ¿Por qué vistes una armadura de guerra tan
vulgar? ¿Por qué ocultas tu rostro? - suspiró con la boca y volvió a tomar aire
por la nariz- El sacerdote Meddes creía en un único JEN por lo que le dijo el
sujeto al cual traicionó y robó sus poderes. Hariet igual. Y ese JEN era mi
padre…
Los militares llevaron a Kay ante la pirámide
de mayo y apuntaron sus armas contra él… la ejecución daría comienzo.
Cada soldado rodeó el círculo alrededor del
monumento, eran más de cincuenta hombres y mujeres armados con fusiles de
última generación. Méndez quería manchar a la pirámide con la sangre del
cazador, una señal que quedara impregnada en la memoria de todos los ciudadanos
que pasaran por allí.
- ¿Y si les dijera que no puedo morir? –
exclamó Kay y fue callado con insultos.
La multitud yacía a los alrededores,
observando. También podía verse a muchos vecinos espiar desde los edificios
cercanos.
El oficial Méndez dirigía al pelotón de la
muerte. Hizo una señal con los dedos para que acabaran con la vida de Kay. A
pesar de lo que hizo, ¿realmente merecía morir así un chico tan joven? Se
preguntaron muchos ciudadanos.
Méndez dio a conocer todos los crímenes del
imputado con un altavoz. Cuando terminó, dijo.
- Abran fuego.
Segundos después, un sin fin de balas alargadas
colisionaron contra el sujeto atrapado. Los sonidos de las armas descargando
fueron impetuosos y muchos se taparon los oídos (los más cercanos al acto).
Había tantos alaridos, gritos y tráfico desmesurado de vehículos que todo fue
muy confuso durante algunos segundos.
Méndez frunció el ceño cuando notó que el
jovencito con el cuello, los tobillos, la cintura y las muñecas amarradas con
artefactos electrónicos; además de las manos a la espalda, yacía sano y salvo,
sin ningún rasguño.
Desconcertado y con una expresión llena de ira,
ordenó.
- ¡FUEGO! – los fusiles del siglo XXIII
volvieron a accionar y todas las balas rebotaron con un escudo invisible
alrededor del JEN. Fueron como chispitas repentinas que envolvían una burbuja
de aire. Se trataba del campo magnético de Kay, una variante de su poder
repulsor. Su viaje al Templo de la Muerte le había enseñado muchas cosas
nuevas…- ¡ALTO EL FUEGO! – ordenó Méndez, sin embargo, muchos soldados se
frustraron al no poder darle y continuaron disparando hasta quedarse sin balas.
Méndez se acercó a Kay y lo revisó de pies a
cabeza, creyendo que tenía algún artefacto escondido.
- ¿Dónde lo tienes? – le susurró a Kay, era un
hombre de unos cincuenta años, ojos oscuros y tez morena. El elemental se rió.
- Dígame, oficial. ¿Usted cree en la magia?
Méndez se le quedó observando con recelo y
rechazo. A continuación, Kay le dio un cabezazo certero que le dañó la nariz al
oficial. Este se echó para atrás e inmediatamente después, una extensa capa de
lava rodeó el círculo donde yacían los soldados.
Hubo gritos de asombro, temor y desconcierto
por todos lados. Los canales de televisión del continente yacían grabando lo
sucedido con helicópteros y grúas especiales.
Sony (con un traje ocultando su identidad)
acababa de aparecer frente a Kay, los militares abrieron fuego contra él, pero
no hubo caso. Sony utilizó su habilidad magnética para atraer objetos y todos
los soldados quedaron desarmados.
- Sácame esto- le dijo Kay, serio. Sony lo
ayudó. Se miraron entre sí, en un momento muy incómodo- Tenemos que irnos del
país cuanto antes.
No obstante, Sony contempló la increíble
cantidad de humanos y ryanos observándolos, sin saber qué hacer. Tragó saliva y
se alejó de Kay, tomó el altavoz de Méndez y habló.
- Bueno… hola – empezó, nervioso. Hasta los
soldados que procuraban atacarlo mediante técnicas marciales, se detuvieron.
Eso incluía al oficial Méndez. Hubo un completo silencio- No somos asesinos.
- ¡¿Qué haces?! ¡Vámonos! – le gritó Kay. Sony
no le hizo caso.
- Mi nombre es Sony Dameron- se quitó el traje
para que lo vieran, todas las cámaras enfocaban su rostro- Crecí aquí y en
Estados Unidos, soy estudiante de la carrera de Derecho en la Universidad de
Harvard. Hasta ahí creen que lo saben todo sobre mí, pero no es así- creó una
esfera de lava en su mano y el público se sobresaltó- No es una ilusión ni
producto de ningún artefacto. Puedo crear lo que surge de los volcanes y
controlarlo a mi antojo. A los seres que pueden hacer estas cosas, se les
llaman Elementales- señaló a su compañero- Mi amigo Kay también es uno y es por
eso por lo que puede controlar el fuego. Noto en sus caras la confusión, la
ansiedad y el desconcierto. ¿Quieren saber por qué les digo todo esto? Porque
hemos estado años defendiendo este mundo de criminales especiales, de hombres
con habilidades semejantes a las nuestras que sólo buscaban el mal.
Sacrificamos muchas cosas para que USTEDES puedan vivir- señaló al público con
el dedo- No somos racistas y defendemos tanto a los humanos como a las bestias.
Ryanos, mejor dicho. Ese es el verdadero nombre de su especie- muchas bestias
yacían anonadadas y prestaban total atención al joven abogado- Los crímenes que
mi amigo y yo cometimos fueron mal versionados por las autoridades y los
medios. Durante años nos enfrentamos a quienes siguieran las ordenes de los
hombres con poderes que mencioné antes. Van Robin Hed nació como un símbolo,
como un sujeto capaz de actuar entre las sombras por el bienestar de la
comunidad, ganándose su odio al mismo tiempo.
Este gobierno nos reprime y necesitamos estar
unidos. Porque alguien se acerca, no es de por aquí y no busca lo que cualquier
político desearía. Y créanme que cuando este individuo llegue… será nuestro
fin.
Al principio, hubo un completo silencio donde
sólo los rotores de los helicópteros y los motores acelerando se oyeron. Risas,
insultos e indignación fueron contra el joven Sony. Nadie le creía.
Méndez les indicó a sus soldados que armaran
filas y desenvainaran unos artefactos especiales: catanas eléctricas. Atacarían
mediante una estrategia de combate, intentando inhabilitar a los objetivos.
Kay no podía creer lo que Sony había dicho,
acababa de delatarlos por completo y de dejarlos totalmente desprotegidos.
Estaba furioso con su compañero.
Algunos francotiradores que yacían en edificios
lejanos y sobre los helicópteros, dispararon contra los JEN. Sin embargo, Kay
tenía toda el área protegida con su habilidad magnética. Todas las balas se
repelieron gracias a ese escudo invisible.
Hubo una ovación y gritos de terror entre los
ciudadanos, nadie se lo esperaba. Sony estaba petrificado, recibir tantos
insultos y acabar por destruir su imagen pública acababa de despertarle su
mayor temor: la humillación. No podía mover ni un músculo y los sonidos
envolvieron sus oídos hasta conformar ruidos inentendibles, masas acústicas sin
sentido alguno. Dejó caer el altavoz al suelo y apretó los dientes, entre
lágrimas.
Por su estupidez, ahora las pruebas no podrían
ser presentadas y el gobierno militar mantendría el poder.
En una situación cada vez más compleja y
confusa, un sujeto del público tomó el portavoz. Era un hombre de unos setenta
años, muy abrigado para el día vigente. Sony cerró los ojos y Kay quiso
aprovechar el momento para escapar, tomando a su compañero del hombro.
El suceso parecía desarrollarse en cámara
lenta, dónde los soldados aguardaban un nuevo ataque en conjunto para derrotar
a las amenazas, a los enemigos del Estado; dónde los JEN procuraban escapar,
dónde la gente estaba eufórica y no se animaba a contraponerse al gobierno por
miedo. Frente a todo eso, el sujeto habló y se presentó ante las masas.
- Mi nombre es Víctor Díaz- Kay y Sony se
quedaron tiesos, observándolo. Lo recordaban muy bien- De joven cometí muchos
errores y pertenecí a grupos clandestinos que traficaban drogas y medicamentos
de mala calidad. Fui arrestado y dejado en libertad tiempo después, dónde las
autoridades me obligaron a vivir en una ciudad-cárcel, un lugar que el pueblo
conocía como San Robo- nadie hablaba y Méndez ordenó que lo ejecutaran
inmediatamente. Kay notó esto y lo protegió con su habilidad, las balas le
rebotaron y el publicó gritó- Gracias- le dijo al joven, luego continuó
hablando como si nada hubiera pasado- Nadie se preocupaba por nosotros, ni
siquiera nos proveían de alimentos, con la esperanza de que muramos de hambre.
La seguridad sólo estaba allí para que no escapemos. Fue la decisión de generaciones
anteriores a las de ustedes, de la clase líder en este país. Pero todo cambió
cuando estos jovencitos aparecieron. Entraron a mi casa sin permiso y me
quitaron algo que había pasado de generación en generación en mi familia: un
reloj de oro. No tengo pruebas, lo admito. Pero puedo asegurar que ellos son
los responsables… de que la pobreza de San Robo… terminara. ¿Y cómo lo sé?
Porque en mi familia se rumoraba que el reloj de oro tenía insignias secretas
que conducían a algo indefinido. Y a meses de la fecha que los conocí, un
tesoro antiguo y azteca apareció mágicamente en nuestras tierras. Todos
sabíamos que era imposible que yaciera allí durante tantos años, pero nadie
dijo nada. Era cierto que alguien nos había dado ese regalo y mírenme ahora, vivo
sólo, pero en paz y puedo comer todos los días. Con la dictadura esto se
complicó y sé que el miedo nos reprime, pero este pueblo no se caracteriza por
ser callado y dejar que los abusivos hagan lo que se les plazca… Yo confío en
que vinieron a defendernos.
Kay miró a Sony, anonadado. Se acordaban de
aquel hombre decaído que intentó dispararles con su escopeta cuando le pidieron
el reloj de oro, no sólo ellos habían cambiado con el pasar de los años…
Y si fuera poco, un segundo hombre se acercó a
Víctor y le pidió amablemente el altavoz.
- Mi nombre es Francisco y fui diputado de esta
nación hasta el año 2227- Sony no podía creerlo, era el hombre que le discutió
durante el congreso contra Van Robin Hed en el año 2225- Tengo pruebas que
confirman la existencia de los Elementales, aquellos seres capaces de controlar
los elementos de la naturaleza. Me las confió el anterior presidente de la
nación, quién se encuentra desaparecido desde el comienzo de esta dictadura. Me
adelanté a los hechos y ya subí toda la información a la página del estado
mediante un hackeo. Pueden revisar cuando gusten.
Un tercer hombre, el sacerdote que habló
durante el funeral de Natal, acompañó a los dos hombres.
- Yo pertenecí a las Fuerzas Especiales de
Argentina antes de predicar la fe en Dios. Y admito ser el responsable de dejar
el tesoro azteca en San Robo por pedido de los dos jóvenes: Kay Montarnen y
Sony Dameron- los JEN recordaron cuando Natal habló del amigo que lo ayudó a
que San Robo encontrara el tesoro azteca en sus tierras. Ahora Sony entendía
por qué conocía tanto sobre ellos.
No necesitó decir más nada por el altavoz,
simplemente demostró con su presencia que estaba del lado de estos hombres y de
los JEN.
Méndez estuvo a punto de estallar de la cólera,
ordenó que se ejecutara inmediatamente a todo aquel que se les acercase a los
tres hombres.
No obstante, las circunstancias habían dado un
giro considerable y el pueblo empezó a optar por creer en Van Robin Hed. No
todos estaban de acuerdo y hubo gritos de protesta, pero la mayoría había
cambiado de parecer. Y después de tantos años, las masas se rebelaron contra
los soldados.
Méndez decretó un ataque a los civiles, sin
embargo, Kay y Sony entraron en acción y usaron los poderes magnéticos para
empujar los helicópteros, desarmar a los soldados y defender a las personas.
Finalmente, el pueblo se unía contra la
opresión, Sony y Kay no podían estar más a gusto con el espectáculo. El primer
paso hacia la defensa de nuestro mundo…
Realmente hubiera sido maravilloso que el
pueblo derrotara al gobierno de facto y que Kay y Sony fueran absueltos de sus
delitos, y considerados héroes de la nación.
Sin embargo… algunos ryanos no sabían qué
hacer, le temían y odiaban al cazador, así también como al gobierno militar
humano, el cual sólo había probado que son la especie odiada por todo el
planeta. ¿Qué debían hacer? ¿Luchar contra los humanos que reprimen o luchar
contra TODOS los humanos?
Después de todo, las tres leyes habían sido
creadas en vano, no había respeto ni tolerancia. ¿La Cruz tenía razón? ¿Sólo
habían sido enviados a ese mundo para
purificar la raza y liberarlo de la
corrupción del homo sapiens?
Y frente a todo ese dilema, la casa de gobierno
se pulverizó por sí sola en un santiamén. Hubo fuego azulado recorriendo las
calles y acabando con la vida de inocentes, de civiles y de soldados. El
monumento de la Plaza de Mayo se congeló, e inmensas descargas eléctricas
perforaron los cielos.
Los edificios se colapsaron por arte de magia y
durante el desastre, la batalla tuvo que terminar, todos se dispusieron a
correr.
Fue como un ataque de escalofrío, el que
recorre todo tu cuerpo de improviso y sin aviso; ese fue el sentimiento que se
manifestó sobre los JEN…
- Está aquí- dijo Kay, frunciendo el ceño y
apretando los puños.
[1] La guerra de las
bestias: El templo de la muerte. CAPÍTULO 19. ‘‘El origen de los JEN- Parte 2’’
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