La Otra Dimensión: CAPÍTULO 1.
‘’- Mátalo-
dijo una de las bestias, con el revólver en las manos, le apuntaba a un hombre,
arrodillado en el suelo. Fue lo primero que escuchó Sony apenas entró a su casa
después de un día agotador en el colegio. Tres bestias del sexo masculino
habían entrado a su hogar y amenazaban a su familia. Natalie (su madre) y su
abuelo Joseph yacían aturdidos, apartados en uno de los rincones del living.
Tenían sangre en sus rostros, lloraban y una amplia angustia e impotencia se
denotaba en sus miradas.
- Vete, ahora- le ordenó su padre apenas lo vio, el
sujeto que estaba arrodillado en el suelo, con la punta del arma en la sien.
Sony sintió un inmenso retorcijón en el estómago y no
obedeció la orden de su padre. Observó a los dos seres de la otra especie que
sometían a sus otros dos familiares y particularmente al que portaba el arma
contra Nicolas. Ninguno de ellos parecía pertenecer a la clase baja, más bien a
la media alta, llevaban tatuajes en sus brazos con forma de cruz religiosa,
pero Sony no le dio mucha importancia y más tarde lo olvidó. Estaban vestidos
formalmente, con traje y corbata, parecían ser seres de negocios.
- Son del partido político que se nos opone, no se
como llegaron a entrar a este país…- le dijo Nicolas a su hijo, y Sony, aunque
estaba paralizado, pudo notar que estaba mintiendo.
- ¡Cállate!- gritó la bestia con vehemencia y presionó
el arma- ¿Eres tú o no?
Nicolas suspiró profundamente y miró a Sony directamente
a los ojos, una mirada que no expresaba miedo ni angustia ni enojo, sino que
culpa y orgullo. Sony tragó saliva mientras el tirante suspenso se desarrollaba
y contempló como Nicolas le sonrió amablemente antes de decir.
- Si, soy yo.- no hubo pausa, la bestia disparó el
arma y Nicolas cayó al suelo sin vida.
Natalie gritó desgarradoramente y Joseph empujó a una
de las bestias, se apartó velozmente y tomó un revólver que yacía oculta entre
sus pertenencias.
Joseph tenía las manos temblorosas y ninguno de sus
disparos repentinos fueron certeros. Sony continuaba allí, paralizado y
examinando la cabeza desfigurada de su padre, no pudo llorar y nunca supo
porque; algo en su interior parecía despertar…
Tuvo la intensión de socorrer a su madre, pero otra sensación, más fuerte, se
apoderó de él y huyó…’’
El elemental se
despertó, aturdido y meditó durante horas sobre la cama.
Ya habían pasado
cuatro meses desde esa desagradable noticia en la televisión que marcó el
comienzo de una nueva era…
‘’La G.N.U.M ha caído y su soberano: el Rey
Patricio ha… muerto. ’’
Esto ocurrió el 1
de Enero del año 2227 donde un grupo no identificado se infiltró en la Isla
Tanque (la Isla del Rey) durante los festejos de año nuevo y asesinó al monarca
a quema ropa. Sin duda, había sido un nuevo golpe de estado. Diversos grupos
políticos y militares repudiaban la actitud del Rey desde mucho antes,
criticaban su flexibilidad ante la captura del temido Van Robin Hed y su
incompetencia para manejar América. Las fuerzas armadas lo habían presionado
mucho durante la crisis por el agua del año pasado y el Rey no tuvo mayor
remedio que otorgarles nuevos poderes y facultades. No hacía falta decir
quienes eran los responsables de tal crimen, pues a los pocos días, se proclamó
el nacimiento de una nueva organización: La G.C.J.M. (El Gobierno Continental
de los Jefes Militares). Esta entidad tomó las riendas de la administración, la
gestión y el control del continente (a excepción de Estados Unidos). Muchos
políticos, miembros del poder ejecutivo y judicial habían sido ejecutados y
reemplazados por Jefes, en cada país. Los gobiernos de facto aseguraban la paz
en el mundo y bajo este pretexto, realizaban operativos contra la civilización:
horarios de restricción, interrogatorios, desapariciones, asesinatos públicos.
No tardaron en infundir el miedo entre las personas.
Quienes aún
seguían siéndoles fieles al difunto Rey, se revelaron ante el gobierno militar. Su
líder era conocido como Guillermo Fuentes,
alias ‘’Capitán Tanque’’, antiguo guardaespaldas de la Isla. Lamentablemente ,
cayó en batalla un 14 de febrero y la resistencia se dispersó. Ya no quedaba
nadie que se animara a desafiar al flamante poder militar, ni siquiera los
elementales, que se negaban a combatir contra su propia especie.
Fue así como
comenzó el año, pasaron los meses y aquella noche de mayo, Sony se levantó
decidido. Quería despejar la mente y convenció a sus compañeros (con los que
vivía) de visitar la ciudad. Kay y Natal no estaban del todo seguros pero
finalmente accedieron. Los tres se abrigaron, estaban en pleno otoño, no habían
crecido mucho, sus figuras continuaban siendo las mismas. Kay estaba vestido
con una campera de jean, remera blanca, pantalones oscuros y una gorra
de la banda Soda Stereo; se había cortado el pelo en un estilo mohicano. Sony,
por su parte, vestía un poco más clásico, jean y camisa oscura, y había optado
por otro corte de pelo: la francesa oscura.
Natal continuaba
siendo una mezcla entre un erudito y un hippie, cabello largo canoso y
ondulado, anteojos de marco grueso, pulóver turquesa (su color favorito),
jogging largo verde oscuro y una bufanda naranja.
El mes pasado, el
noticiero aseguró que los ataques habían terminado y que el horario restringido
se alargaba hasta las 12am. Los elementales almorzaron en un restaurante de
bajo presupuesto y al terminar de comer, fueron a caminar por las avenidas,
estuvieron tanto tiempo charlando que no se percataron que ya eran las 11:40pm.
Cruzaron una de las avenidas principales y el panorama se transformó: la ciudad
estaba casi desolada, cada una de las casas se veían cubiertas por chapas y
maderas, pues mucha gente se había mudado… capital federal era el sector más
peligroso de todos. Aún así, no se desanimaron y continuaron parloteando entre
ellos. Caminaron varios kilómetros, sin señales de vida; los postes de luz
parpadeaban hasta apagarse, las casas iban aumentando su nivel de deterioro y
las nubes cubrían el cielo oscuro.
- Este escenario
me recuerda a las dictaduras que padecí en el pasado- contaba Natal a sus
pupilos, no había nadie más sobre la vereda- Estuve muchos años en la Argentina
y cuando llegó el año 1976, fui conocedor de la crueldad y el horrible engaño,
me mudé a Estados Unidos inmediatamente… no tengo mucha memoria de a donde fui
a parar después, pero aquella época fue bastante desagradable, muy similar a la
actual…
Kay y Sony
tragaron saliva, no importaba la cantidad de poderes que tenían, ellos también
le tenían terror a la dictadura.
- Creo que Miljen
Morgán tuvo mucho que ver con todo esto… con la crisis del agua perjudicó las
relaciones entre el Rey y las fuerzas armadas, pero de ahí a que pasara todo
esto, no me lo creo.
- ¿Tuviste suerte
con el pergamino?- preguntó Kay.
- No, no entiendo
nada. Podría estar hablando de Hariet, pero no estoy seguro.
Sony posó la
mirada hacia otro lado, triste.
- ¿Qué te pasa?-
le habló su amigo.
- Nada… bueno,
anoche recordé el día que papá murió, dentro de algunos meses se cumplen cuatro
años de su muerte. Tendría que llamar a mamá, pero…- Sony apretó los dientes.
- ¿Están
distanciados?- preguntó Natal. Sony asintió.
Kay lo tomó del
hombro mientras caminaban.
- Si volví a este
país es porque me quería alejar de ella.
Natal y Kay
abrieron los ojos como platos.
- Pasaron dos años
desde que murió papá, empecé la facultad y tenía muy buenas notas, además de
múltiples ofertas de trabajo (gracias a los contactos de mi padre) cuando
terminara. Me iba bastante bien, me la pasaba estudiando, pero eso no se debía
a que fuera aplicado, sino a que hacía lo posible por evitar a mi familia…-
Sony suspiró, era la primera vez que lo contaba y le costaba- Ellos no
volvieron a ser los mismos, yo tampoco, pero… había algo raro entre nosotros. Mi mamá estaba seca, ni siquiera era capaz de
mirarme a los ojos, no me sentía querido- Kay y Natal padecieron una profunda
empatía- Solo podía hablar con mi abuelo, y también se comportaba de una manera
muy extraña. Fue cuando empecé a vivir un infierno en esa casa… por suerte, las
materias me mantenían ocupado y… por casualidad terminé ayudando a la policía
con casos tontos. Eso me cambió, me hizo sentirme seguro y necesitado. El amigo
de mi padre me llamó y me ofreció el trabajo de atrapar a Van Robin Hed- Kay
sonrió - Acepté sin dudarlo, no soportaba más la indiferencia de esos dos. Aún
así, con esos ojos ausentes e inexpresivos, con un terror injustificado,
noté la pena de mi madre cuando me fui. Yo creo que en cierto modo me culpan
por haber sido un cobarde… pues yo huí y me desmayé durante el asalto. – Sony
lanzó algunas lagrimas- Tenía mucho miedo y solo me preocupé por mi, creo que
me lo merezco…
- Eras un niño,
aunque haya sido hace solo cuatro años, no podías hacer nada contra ellos- le
dijo Natal- Ni siquiera eras consciente de tus poderes…
- Si tan solo los
hubiera usado antes…
- Es mejor no
comerse la cabeza con el ‘’si hubiera’’, hiciste lo que pudiste, no te culpes
por lo que tres psicópatas hicieron…- habló Kay y apartó su mano del hombro de
Sony- Piensa en todo lo que hiciste para proteger a personas que ni siquiera
conoces, eres un hér…
- Kay tiene razón-
lo interrumpió Natal- ¿Quién era el amigo de tu padre?
- Justo en ese
momento se había vuelto presidente de la nación argentina- continuó Sony y se
secó las lágrimas- Me hizo prometer que acudiría al congreso sin revelar que
nos conocíamos ni que me había llamado personalmente. Escuché que fue
arrestado…
- Los militares se
deshicieron de casi todos los políticos, dudo que haya sobrevivido, lo siento
mucho- comentó el profesor.
- Fue de gran ayuda
para mi familia, contuvo mucho a mi madre y nos ayudó económicamente… era un
gran hombre, espero que siga vivo.
- Natalie…- dijo
Kay- Antes la llamaba una vez por mes, luego cada dos o tres y más tarde dejé
de llamarla. No porque no me importara sino porque estaba muy ocupado
intentando resolver el caso de mis padres…
- A ella le dolió
mucho cuando dejaste de llamarla y por alguna razón que desconozco, no intentó
ser ella quien se comunique contigo.
- Podríamos ir a
Estados Unidos de visita y hablar con ella.
- Por como está la
situación aquí, dudo que nos dejen salir del país. Además ninguno de los tres
está en una buena situación laboral…
- Muchachos, aquí
no hay nada. Volvamos. – le dijo Natal a sus compañeros.
Los tres se dieron
media vuelta para regresar y de repente notaron unas luces que provenían desde lejos.
- ¿Qué es eso?-
preguntó Kay.
- La patrulla
nocturna, ¡mierda!- exclamó Sony- ¡Son casi las 12am y estamos en las calles!
- ¡Corramos antes
que nos vean!- se apresuró en decir su amigo.
- No, para nada.
Hablemos con ellos, seguro se podrá razonar- dijo Natal con seriedad y a los
demás no les quedó otra que obedecer. Natal infringía respeto- Por nada en el
mundo usen sus habilidades, ¿se entendió?
Kay y Sony
asintieron y se miraron entre sí.
Los patrulleros se
detuvieron justo frente a ellos, dos mujeres se bajaron del vehículo, no
superaban los cuarenta años, estaban vestidas con el uniforme policial y unos
cascos con la insignia de la G.C.J.M.
- ¿Qué hacen
aquí?- preguntó una de ellas- Está prohibido transitar por las calles a estas
horas...
- Ya nos íbamos,
disculpe- excusó Natal, un poco embobado por sus figuras.
- Permítanme sus
documentos de identidad- dijo la otra oficial, quien tenía el cabello rubio.
Los elementales obedecieron y se mantuvieron a la expectativa. - ¿Viven todos
juntos?- preguntó mientras observaba los carnets.
- Así es, oficial.
- Muy bien,
váyanse cuanto antes. Intentamos prevenir a los que se les haya olvidado
cumplir con el horario. Este no es un lugar seguro, las fuerzas…
De repente, se
escuchó un disparo, la oficial de cabello rubio cayó al suelo sin vida en un
instante; un grupo de hombres, todos ellos vestidos con el uniforme militar,
aparecieron entre los edificios. La otra oficial sacó su arma para defenderse,
pero también recibió un disparo en el estómago y murió. Horrorizados, los
elementales se quedaron petrificados. Kay y Sony estuvieron apunto de utilizar
sus poderes…
- ¡NO!- les gritó
Natal- Si los agarran podrían pasar cosas peores, ¡huyamos, ahora!
Eran dos equipos:
uno comando (fuerzas especiales) y el otro policial, quienes realizaban la
patrulla nocturna con artillería pesada; tenían todo el permiso de abrir fuego
en caso de que algún civil decidiera romper el toque de queda.
También había
camiones, helicópteros y un tanque.
Los elementales se
escabulleron entre los edificios.
Natal les indicó
entre señas que debían ser cautelosos y escapar entre los pasillos.
Los JEN fueron por
un lado y Natal por otro.
En el caso de Kay
y Sony, se toparon con más camiones y el único tanque. Otro pelotón los seguía,
la persecución se tornó cada vez más intensa.
- No entiendo como
hacen tanto alboroto por dos personas- le dijo Kay a su amigo mientras corrían.
Sony asintió seriamente, estaba intentando armar un plan.
A tiempo, Kay pudo
notar que dos niños yacían en la calle, jugando a la pelota. Uno de ellos salió
corriendo, pero el otro se quedó paralizado. Corrió a toda velocidad y lo tomó
entre sus brazos, en ese momento, se le cayó la gorra que llevaba
puesta y continuó huyendo. Kay notó que el niño que acababa de salvar no era
humano, tenía el rostro cubierto de cuernos sutiles que se confundían con el
color de la piel, y dos ojos enormes. Apretó los dientes y lo dejó entre unos
edificios, a salvo. Luego se detuvo y Sony lo notó…
- ¿Qué haces, Kay?
Pero Kay no
respondió y abrió bien las palmas de sus manos.
El tanque le
apuntó. Entre gritos, los soldados se hicieron a un lado, estaban totalmente de
acuerdo con castigar severamente a quienes no cumplieran con las órdenes y
leyes de la G.C.J.M. Sin embargo, se quedaron impactados al vivenciar como una
inmensa bola de fuego penetraba en la coraza del vehiculo de guerra y lo
destruía por completo.
- ¡Kay!- le llamó
la atención su compañero- ¡Natal nos dijo que…!
- ¡Ya sé lo que
nos dijo! ¡Pero no me importa, son unos asesinos!
A Sony le vino una
idea que le causó una sonrisa: posiblemente, Kay estaría empezando a abandonar
los prejuicios con respecto a la otra especie…
Por ese motivo, también
se detuvo y convocó una enorme maza de lava que desmoronó la calle, causando un
agujero de veinte metros de profundidad, lo que les impidió avanzar a las
fuerzas terrestres.
Kay sonrió y
agradeció la ayuda de su compañero. Tuvieron la suerte de que la distancia fuera
tan larga como para que ninguno de los presentes recordara su rostro.
Los militares,
furiosos, dispararon con sus armas. Kay efectuó un escudo de fuego para
proteger a ambos, luego se dispusieron a correr. Ahora tenían que buscar a Natal.
- ¡¿Qué fue lo que
pasó?!- gritó un soldado.
- ¡Llamen al apoyo
aéreo!- ordenó su líder.
Los helicópteros
no tardaron en llegar. Kay y Sony ya estaban artos de huir y muy exhaustos.
Intentaron alejarse de las avenidas e ir a los rincones más angostos y ocultos.
Llegaron a una nueva calle, autos y autos desparramados por todos lados, en
pésimo estado y la mayoría, mal estacionados; en ambas veredas había larga cola
de edificios anchos, de pequeñas terrazas y veredas empinadas; también
observaron árboles caídos y la acumulación de hojas por el otoño. Más adelante
yacía una pequeña casa abandonada, la puerta estaba abierta, las ventanas
cubiertas con barrotes y maderas. No lo pensaron dos veces. Las voces y los vehículos
parecían acercarse. La casa estaba muy oscura, Kay encendió su dedo para
iluminar. Ambos se sobresaltaron cuando dos brazos los sujetaron desde atrás,
se trataba de Dick Natal.
- ¡Por dios,
Natal! ¡Casi haces que me agarre un ataque!- dijo Sony entre nervios.
- Pensaron lo
mismo que yo…- respondió Natal.
- ¿Dónde
estaremos?- preguntó Kay sin prestarles atención.
- No lo sé, pero
este lugar parece haber sido abandonado hace mucho tiempo…- comentó Natal.
- Estas son épocas
de guerra, ya no hay lugar para nosotros- se apenó Sony- Después de todo lo que
hicimos…
- Ánimo mi amigo,
pronto todo mejorará…
- Toda mi vida
creí en algo erróneo, la política nos llevó a esto… es como si la raza humana
se estuviera destruyendo a sí misma. Tanto nos esforzamos para protegerla y al
final… sus enemigos más letales resultaron ser ellos mismos. Cuesta creer que
un día entenderán.
- El mundo sigue
sin aprender de los errores del pasado…- dijo Natal sabiamente.
- ¡Maldigo a la
G.C.J.M!- exclamó Sony entre suspiros, ensimismado en su idea. Mientras tanto,
Natal notó algo inusual sobre un viejo escritorio… había un extraño artefacto
redondo y metálico. El profesor lo tomó y lo contempló por un momento. Kay y
Sony seguían hablando, se habían sentado en el suelo. Dick se dispuso en
abrirlo y lo logró, le quitó la tapa y adentro yacía el pedazo de un pergamino.
Los ojos de dicho personaje se abrieron como platos ante la inmensa curiosidad
e incertidumbre.
- ¿Qué
encontraste?- preguntaron sus compañeros.
Pero Natal no
respondió y con la boca entre abierta agarró el pergamino y lo leyó.
- Santo dios…
Natal se apresuró
en abrir un bolsillo de su saco, dentro de él estaba el pergamino que habían
encontrado en Sarmander. Kay y Sony lo miraron confundidos.
- Ayer lo anduve
ojeando y lo guardé conmigo- dijo Natal- No puedo creerlo…
- ¿Qué es lo que
pasa?- preguntó Kay y se le acercó.
Los ruidos del
rotor del helicóptero incrementaron, los militares parecían acercarse a su
ubicación, no tardarían en descubrirlos.
- Por más
descabellado que parezca… dentro de esta caja metálica encontré el resto del pergamino.
- ¿Cómo dices?
Natal guardó el
medallón en el bolsillo de su pantalón y tomo los pedazos del pergamino, uno
con cada mano. Luego leyó en voz alta:
- A través de
los tiempos se manifestó, aguardando ser liberado de sus cadenas. Y a pesar de
la larga espera, su odio creció. Sueña con las bestias viviendo bajo su merced,
solo con la muerte se paga la vida…- Natal pasó de una
hoja a la otra- ’’… de este ser. Dos hermanos se enfrentaron y uno de
ellos fue expulsado. Entre los mundos se encuentra la llave, en la espada
divina y la otra dimensión está la clave. ’’
- Dos hermanos… -
dijo Kay.
- La otra
dimensión…- dijo Sony.
- Y abajo dice la
fecha: Septiembre de 1549. Ese fue
el año en el que nos enfrentamos a Hariet… y cuando ocurrió la disputa.
- ¿Disputa?
- Entre José
Morgán y Juan Jimonte por la
tenencia de la espada.
- Juan… Jimonte- repitió
Kay y recordó un sueño del año pasado.
- Fue otro
elemental de antaño- le dijo Natal.
- Déjame adivinar:
También es inmortal y ahora está más loco que una cabra.
- Todo lo
contrario, Jimonte desapareció, creímos que el mago lo había expulsado. Si mi
memoria no me falla: se esfumó el mismo año que figura en el pergamino… 1549.
Lo dimos por muerto, nunca supimos nada de él.
- A mi me llama
profundamente la atención cuando dice ‘’LA OTRA DIMENSIÓN’’ ¿A qué se refiere?-
comentó Sony.
Las luces de los
helicópteros irrumpieron en la casa. Un hombre con un altavoz dijo:
- ¡Sabemos que
están allí, podemos detectarlos! ¡SALGAN!
- Los militares…
nos descubrieron- se paró Sony de un golpe.
Soldados armados
bajaron por medio de finos hilos negros y cubrieron el perímetro. Ninguno
avanzó, esperaron a los tanques y camiones (que traían más soldados).
- ¡RÍNDANSEN!-
volvió a hablar el hombre a través del alta voz.
Natal ni se
mosqueó, contemplaba el pergamino con suma atención, pudo distinguir unos
dibujos sobre él. Siempre que algo le llamaba la atención, perdía la
concentración y se centraba en eso, no era la primera vez que lo hacía.
- Aquí hay unas
palabras escritas en imprenta… muy diminutas- dijo.
- ¡Vamos Natal!
¡No hay tiempo para eso! ¡Hay que huir!- le exclamó Kay.
El profesor ni se
movió, parecía no haber oído e intentó leer las microscópicas palabras.
Los militares rodearon
la casa abandonada con artillería pesada, sabían de lo que eran capaces sus
enemigos, y… les temían, aunque les costaba creerlo.
- ¡NATAL!-
gritaron los dos JEN furiosos con su compañero. Lo tomaron del brazo a la
fuerza, pero algo ocurrió: Natal leyó la palabra en voz alta.
- Dice… APEN ZEN… .
Al rato ocurrió un intenso temblor.
- ¿Qué esta
sucediendo?- preguntó Kay anonadado- ¡¡¡Natal!!!
Y de repente el
suelo se desmoronó lentamente (baldosa por baldosa), el polvo se sacudió, los
cuadros y barrotes de las ventanas cayeron a un precipicio, el cual acababa de
surgir en el centro de la casa. El ruido provocado resultó ser similar al de un
torbellino, un fuerte viento soplaba agresivamente sobre sus cabezas, la
temperatura aumentaba, un calor atroz….
Un inmenso agujero
apareció y todos los objetos del lugar cayeron en él. Los helicópteros
perdieron el control y colisionaron contra los edificios, los militares no
tuvieron mayor remedio que retroceder y resguardarse.
Kay, Sony y Natal
hicieron lo posible por mantenerse donde estaban, se sujetaron de lo que
encontraron, pero la fuerza del agujero los absorbió finalmente. Dejaron atrás
a esa casa abandonada, a los militares persiguiéndolos, los tanques y
helicópteros, su barrio, su ciudad, su provincia, su país, su continente, su
mundo y… su dimensión.
Al cabo de unos
minutos, aparecieron mágicamente en una especie de selva, acababan de caer
bruscamente desde el cielo. Para su suerte, el pasto húmedo les había amortiguado
la caída, aunque perdieron la consciencia durante horas. En aquel lugar también
era de noche, había árboles y plantas por todas partes.
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