martes, 7 de marzo de 2017

La Otra Dimensión: CAPÍTULO 1.



La Otra Dimensión: CAPÍTULO 1.

 ‘’- Mátalo- dijo una de las bestias, con el revólver en las manos, le apuntaba a un hombre, arrodillado en el suelo. Fue lo primero que escuchó Sony apenas entró a su casa después de un día agotador en el colegio. Tres bestias del sexo masculino habían entrado a su hogar y amenazaban a su familia. Natalie (su madre) y su abuelo Joseph yacían aturdidos, apartados en uno de los rincones del living. Tenían sangre en sus rostros, lloraban y una amplia angustia e impotencia se denotaba en sus miradas.
- Vete, ahora- le ordenó su padre apenas lo vio, el sujeto que estaba arrodillado en el suelo, con la punta del arma en la sien.
Sony sintió un inmenso retorcijón en el estómago y no obedeció la orden de su padre. Observó a los dos seres de la otra especie que sometían a sus otros dos familiares y particularmente al que portaba el arma contra Nicolas. Ninguno de ellos parecía pertenecer a la clase baja, más bien a la media alta, llevaban tatuajes en sus brazos con forma de cruz religiosa, pero Sony no le dio mucha importancia y más tarde lo olvidó. Estaban vestidos formalmente, con traje y corbata, parecían ser seres de negocios.
- Son del partido político que se nos opone, no se como llegaron a entrar a este país…- le dijo Nicolas a su hijo, y Sony, aunque estaba paralizado, pudo notar que estaba mintiendo.
- ¡Cállate!- gritó la bestia con vehemencia y presionó el arma- ¿Eres tú o no
Nicolas suspiró profundamente y miró a Sony directamente a los ojos, una mirada que no expresaba miedo ni angustia ni enojo, sino que culpa y orgullo. Sony tragó saliva mientras el tirante suspenso se desarrollaba y contempló como Nicolas le sonrió amablemente antes de decir.
- Si, soy yo.- no hubo pausa, la bestia disparó el arma y Nicolas cayó al suelo sin vida.
Natalie gritó desgarradoramente y Joseph empujó a una de las bestias, se apartó velozmente y tomó un revólver que yacía oculta entre sus pertenencias.
Joseph tenía las manos temblorosas y ninguno de sus disparos repentinos fueron certeros. Sony continuaba allí, paralizado y examinando la cabeza desfigurada de su padre, no pudo llorar y nunca supo porque; algo en su interior parecía despertar… Tuvo la intensión de socorrer a su madre, pero otra sensación, más fuerte, se apoderó de él y huyó…’’

El elemental se despertó, aturdido y meditó durante horas sobre la cama.
Ya habían pasado cuatro meses desde esa desagradable noticia en la televisión que marcó el comienzo de una nueva era…
’La G.N.U.M ha caído y su soberano: el Rey Patricio ha… muerto. ’’
Esto ocurrió el 1 de Enero del año 2227 donde un grupo no identificado se infiltró en la Isla Tanque (la Isla del Rey) durante los festejos de año nuevo y asesinó al monarca a quema ropa. Sin duda, había sido un nuevo golpe de estado. Diversos grupos políticos y militares repudiaban la actitud del Rey desde mucho antes, criticaban su flexibilidad ante la captura del temido Van Robin Hed y su incompetencia para manejar América. Las fuerzas armadas lo habían presionado mucho durante la crisis por el agua del año pasado y el Rey no tuvo mayor remedio que otorgarles nuevos poderes y facultades. No hacía falta decir quienes eran los responsables de tal crimen, pues a los pocos días, se proclamó el nacimiento de una nueva organización: La G.C.J.M. (El Gobierno Continental de los Jefes Militares). Esta entidad tomó las riendas de la administración, la gestión y el control del continente (a excepción de Estados Unidos). Muchos políticos, miembros del poder ejecutivo y judicial habían sido ejecutados y reemplazados por Jefes, en cada país. Los gobiernos de facto aseguraban la paz en el mundo y bajo este pretexto, realizaban operativos contra la civilización: horarios de restricción, interrogatorios, desapariciones, asesinatos públicos. No tardaron en infundir el miedo entre las personas.
Quienes aún seguían siéndoles fieles al difunto Rey, se revelaron ante el gobierno militar. Su líder era conocido como Guillermo Fuentes, alias ‘’Capitán Tanque’’, antiguo guardaespaldas de la Isla. Lamentablemente, cayó en batalla un 14 de febrero y la resistencia se dispersó. Ya no quedaba nadie que se animara a desafiar al flamante poder militar, ni siquiera los elementales, que se negaban a combatir contra su propia especie.

Fue así como comenzó el año, pasaron los meses y aquella noche de mayo, Sony se levantó decidido. Quería despejar la mente y convenció a sus compañeros (con los que vivía) de visitar la ciudad. Kay y Natal no estaban del todo seguros pero finalmente accedieron. Los tres se abrigaron, estaban en pleno otoño, no habían crecido mucho, sus figuras continuaban siendo las mismas. Kay estaba vestido con una campera de jean, remera blanca, pantalones oscuros y una gorra de la banda Soda Stereo; se había cortado el pelo en un estilo mohicano. Sony, por su parte, vestía un poco más clásico, jean y camisa oscura, y había optado por otro corte de pelo: la francesa oscura. 
Natal continuaba siendo una mezcla entre un erudito y un hippie, cabello largo canoso y ondulado, anteojos de marco grueso, pulóver turquesa (su color favorito), jogging largo verde oscuro y una bufanda naranja. 
El mes pasado, el noticiero aseguró que los ataques habían terminado y que el horario restringido se alargaba hasta las 12am. Los elementales almorzaron en un restaurante de bajo presupuesto y al terminar de comer, fueron a caminar por las avenidas, estuvieron tanto tiempo charlando que no se percataron que ya eran las 11:40pm. Cruzaron una de las avenidas principales y el panorama se transformó: la ciudad estaba casi desolada, cada una de las casas se veían cubiertas por chapas y maderas, pues mucha gente se había mudado… capital federal era el sector más peligroso de todos. Aún así, no se desanimaron y continuaron parloteando entre ellos. Caminaron varios kilómetros, sin señales de vida; los postes de luz parpadeaban hasta apagarse, las casas iban aumentando su nivel de deterioro y las nubes cubrían el cielo oscuro.  
- Este escenario me recuerda a las dictaduras que padecí en el pasado- contaba Natal a sus pupilos, no había nadie más sobre la vereda- Estuve muchos años en la Argentina y cuando llegó el año 1976, fui conocedor de la crueldad y el horrible engaño, me mudé a Estados Unidos inmediatamente… no tengo mucha memoria de a donde fui a parar después, pero aquella época fue bastante desagradable, muy similar a la actual…
Kay y Sony tragaron saliva, no importaba la cantidad de poderes que tenían, ellos también le tenían terror a la dictadura.
- Creo que Miljen Morgán tuvo mucho que ver con todo esto… con la crisis del agua perjudicó las relaciones entre el Rey y las fuerzas armadas, pero de ahí a que pasara todo esto, no me lo creo.
- ¿Tuviste suerte con el pergamino?- preguntó Kay.
- No, no entiendo nada. Podría estar hablando de Hariet, pero no estoy seguro.
Sony posó la mirada hacia otro lado, triste.
- ¿Qué te pasa?- le habló su amigo.
- Nada… bueno, anoche recordé el día que papá murió, dentro de algunos meses se cumplen cuatro años de su muerte. Tendría que llamar a mamá, pero…- Sony apretó los dientes.
- ¿Están distanciados?- preguntó Natal. Sony asintió.
Kay lo tomó del hombro mientras caminaban.
- Si volví a este país es porque me quería alejar de ella.
Natal y Kay abrieron los ojos como platos.
- Pasaron dos años desde que murió papá, empecé la facultad y tenía muy buenas notas, además de múltiples ofertas de trabajo (gracias a los contactos de mi padre) cuando terminara. Me iba bastante bien, me la pasaba estudiando, pero eso no se debía a que fuera aplicado, sino a que hacía lo posible por evitar a mi familia…- Sony suspiró, era la primera vez que lo contaba y le costaba- Ellos no volvieron a ser los mismos, yo tampoco, pero… había algo raro entre nosotros. Mi mamá estaba seca, ni siquiera era capaz de mirarme a los ojos, no me sentía querido- Kay y Natal padecieron una profunda empatía- Solo podía hablar con mi abuelo, y también se comportaba de una manera muy extraña. Fue cuando empecé a vivir un infierno en esa casa… por suerte, las materias me mantenían ocupado y… por casualidad terminé ayudando a la policía con casos tontos. Eso me cambió, me hizo sentirme seguro y necesitado. El amigo de mi padre me llamó y me ofreció el trabajo de atrapar a Van Robin Hed- Kay sonrió - Acepté sin dudarlo, no soportaba más la indiferencia de esos dos. Aún así, con esos ojos ausentes e inexpresivos, con un terror injustificado, noté la pena de mi madre cuando me fui. Yo creo que en cierto modo me culpan por haber sido un cobarde… pues yo huí y me desmayé durante el asalto. – Sony lanzó algunas lagrimas- Tenía mucho miedo y solo me preocupé por mi, creo que me lo merezco…
- Eras un niño, aunque haya sido hace solo cuatro años, no podías hacer nada contra ellos- le dijo Natal- Ni siquiera eras consciente de tus poderes…
- Si tan solo los hubiera usado antes…
- Es mejor no comerse la cabeza con el ‘’si hubiera’’, hiciste lo que pudiste, no te culpes por lo que tres psicópatas hicieron…- habló Kay y apartó su mano del hombro de Sony- Piensa en todo lo que hiciste para proteger a personas que ni siquiera conoces, eres un hér…
- Kay tiene razón- lo interrumpió Natal- ¿Quién era el amigo de tu padre?
- Justo en ese momento se había vuelto presidente de la nación argentina- continuó Sony y se secó las lágrimas- Me hizo prometer que acudiría al congreso sin revelar que nos conocíamos ni que me había llamado personalmente. Escuché que fue arrestado…
- Los militares se deshicieron de casi todos los políticos, dudo que haya sobrevivido, lo siento mucho- comentó el profesor.
- Fue de gran ayuda para mi familia, contuvo mucho a mi madre y nos ayudó económicamente… era un gran hombre, espero que siga vivo.  
- Natalie…- dijo Kay- Antes la llamaba una vez por mes, luego cada dos o tres y más tarde dejé de llamarla. No porque no me importara sino porque estaba muy ocupado intentando resolver el caso de mis padres…
- A ella le dolió mucho cuando dejaste de llamarla y por alguna razón que desconozco, no intentó ser ella quien se comunique contigo.  
- Podríamos ir a Estados Unidos de visita y hablar con ella.
- Por como está la situación aquí, dudo que nos dejen salir del país. Además ninguno de los tres está en una buena situación laboral…
- Muchachos, aquí no hay nada. Volvamos. – le dijo Natal a sus compañeros.
Los tres se dieron media vuelta para regresar y de repente notaron unas luces  que provenían desde lejos.       
- ¿Qué es eso?- preguntó Kay.
- La patrulla nocturna, ¡mierda!- exclamó Sony- ¡Son casi las 12am y estamos en las calles!
- ¡Corramos antes que nos vean!- se apresuró en decir su amigo. 
- No, para nada. Hablemos con ellos, seguro se podrá razonar- dijo Natal con seriedad y a los demás no les quedó otra que obedecer. Natal infringía respeto- Por nada en el mundo usen sus habilidades, ¿se entendió?  
Kay y Sony asintieron y se miraron entre sí.
Los patrulleros se detuvieron justo frente a ellos, dos mujeres se bajaron del vehículo, no superaban los cuarenta años, estaban vestidas con el uniforme policial y unos cascos con la insignia de la G.C.J.M.
- ¿Qué hacen aquí?- preguntó una de ellas- Está prohibido transitar por las calles a estas horas... 
- Ya nos íbamos, disculpe- excusó Natal, un poco embobado por sus figuras.
- Permítanme sus documentos de identidad- dijo la otra oficial, quien tenía el cabello rubio. Los elementales obedecieron y se mantuvieron a la expectativa. - ¿Viven todos juntos?- preguntó mientras observaba los carnets.
- Así es, oficial.
- Muy bien, váyanse cuanto antes. Intentamos prevenir a los que se les haya olvidado cumplir con el horario. Este no es un lugar seguro, las fuerzas…
De repente, se escuchó un disparo, la oficial de cabello rubio cayó al suelo sin vida en un instante; un grupo de hombres, todos ellos vestidos con el uniforme militar, aparecieron entre los edificios. La otra oficial sacó su arma para defenderse, pero también recibió un disparo en el estómago y murió. Horrorizados, los elementales se quedaron petrificados. Kay y Sony estuvieron apunto de utilizar sus poderes…
- ¡NO!- les gritó Natal- Si los agarran podrían pasar cosas peores, ¡huyamos, ahora!
Eran dos equipos: uno comando (fuerzas especiales) y el otro policial, quienes realizaban la patrulla nocturna con artillería pesada; tenían todo el permiso de abrir fuego en caso de que algún civil decidiera romper el toque de queda.
También había camiones, helicópteros y un tanque.
Los elementales se escabulleron entre los edificios.
Natal les indicó entre señas que debían ser cautelosos y escapar entre los pasillos.
Los JEN fueron por un lado y Natal por otro.

En el caso de Kay y Sony, se toparon con más camiones y el único tanque. Otro pelotón los seguía, la persecución se tornó cada vez más intensa. 
- No entiendo como hacen tanto alboroto por dos personas- le dijo Kay a su amigo mientras corrían. Sony asintió seriamente, estaba intentando armar un plan.
A tiempo, Kay pudo notar que dos niños yacían en la calle, jugando a la pelota. Uno de ellos salió corriendo, pero el otro se quedó paralizado. Corrió a toda velocidad y lo tomó entre sus brazos, en ese momento, se le cayó la gorra que llevaba puesta y continuó huyendo. Kay notó que el niño que acababa de salvar no era humano, tenía el rostro cubierto de cuernos sutiles que se confundían con el color de la piel, y dos ojos enormes. Apretó los dientes y lo dejó entre unos edificios, a salvo. Luego se detuvo y Sony lo notó…
- ¿Qué haces, Kay?
Pero Kay no respondió y abrió bien las palmas de sus manos.
El tanque le apuntó. Entre gritos, los soldados se hicieron a un lado, estaban totalmente de acuerdo con castigar severamente a quienes no cumplieran con las órdenes y leyes de la G.C.J.M. Sin embargo, se quedaron impactados al vivenciar como una inmensa bola de fuego penetraba en la coraza del vehiculo de guerra y lo destruía por completo.
- ¡Kay!- le llamó la atención su compañero- ¡Natal nos dijo que…!
- ¡Ya sé lo que nos dijo! ¡Pero no me importa, son unos asesinos!
A Sony le vino una idea que le causó una sonrisa: posiblemente, Kay estaría empezando a abandonar los prejuicios con respecto a la otra especie…
Por ese motivo, también se detuvo y convocó una enorme maza de lava que desmoronó la calle, causando un agujero de veinte metros de profundidad, lo que les impidió avanzar a las fuerzas terrestres.
Kay sonrió y agradeció la ayuda de su compañero. Tuvieron la suerte de que la distancia fuera tan larga como para que ninguno de los presentes recordara su rostro.
Los militares, furiosos, dispararon con sus armas. Kay efectuó un escudo de fuego para proteger a ambos, luego se dispusieron a correr. Ahora tenían que buscar a Natal.
- ¡¿Qué fue lo que pasó?!- gritó un soldado.
- ¡Llamen al apoyo aéreo!- ordenó su líder.
Los helicópteros no tardaron en llegar. Kay y Sony ya estaban artos de huir y muy exhaustos. Intentaron alejarse de las avenidas e ir a los rincones más angostos y ocultos. Llegaron a una nueva calle, autos y autos desparramados por todos lados, en pésimo estado y la mayoría, mal estacionados; en ambas veredas había larga cola de edificios anchos, de pequeñas terrazas y veredas empinadas; también observaron árboles caídos y la acumulación de hojas por el otoño. Más adelante yacía una pequeña casa abandonada, la puerta estaba abierta, las ventanas cubiertas con barrotes y maderas. No lo pensaron dos veces. Las voces y los vehículos parecían acercarse. La casa estaba muy oscura, Kay encendió su dedo para iluminar. Ambos se sobresaltaron cuando dos brazos los sujetaron desde atrás, se trataba de Dick Natal.
- ¡Por dios, Natal! ¡Casi haces que me agarre un ataque!- dijo Sony entre nervios.
- Pensaron lo mismo que yo…- respondió Natal.
- ¿Dónde estaremos?- preguntó Kay sin prestarles atención.
- No lo sé, pero este lugar parece haber sido abandonado hace mucho tiempo…- comentó Natal.
- Estas son épocas de guerra, ya no hay lugar para nosotros- se apenó Sony- Después de todo lo que hicimos…
- Ánimo mi amigo, pronto todo mejorará…
- Toda mi vida creí en algo erróneo, la política nos llevó a esto… es como si la raza humana se estuviera destruyendo a sí misma. Tanto nos esforzamos para protegerla y al final… sus enemigos más letales resultaron ser ellos mismos. Cuesta creer que un día entenderán.
- El mundo sigue sin aprender de los errores del pasado…- dijo Natal sabiamente.
- ¡Maldigo a la G.C.J.M!- exclamó Sony entre suspiros, ensimismado en su idea. Mientras tanto, Natal notó algo inusual sobre un viejo escritorio… había un extraño artefacto redondo y metálico. El profesor lo tomó y lo contempló por un momento. Kay y Sony seguían hablando, se habían sentado en el suelo. Dick se dispuso en abrirlo y lo logró, le quitó la tapa y adentro yacía el pedazo de un pergamino. Los ojos de dicho personaje se abrieron como platos ante la inmensa curiosidad e incertidumbre.
- ¿Qué encontraste?- preguntaron sus compañeros.
Pero Natal no respondió y con la boca entre abierta agarró el pergamino y lo leyó.
- Santo dios…
Natal se apresuró en abrir un bolsillo de su saco, dentro de él estaba el pergamino que habían encontrado en Sarmander. Kay y Sony lo miraron confundidos.
- Ayer lo anduve ojeando y lo guardé conmigo- dijo Natal- No puedo creerlo…
- ¿Qué es lo que pasa?- preguntó Kay y se le acercó.
Los ruidos del rotor del helicóptero incrementaron, los militares parecían acercarse a su ubicación, no tardarían en descubrirlos. 
- Por más descabellado que parezca… dentro de esta caja metálica encontré el resto del pergamino.
- ¿Cómo dices?
Natal guardó el medallón en el bolsillo de su pantalón y tomo los pedazos del pergamino, uno con cada mano. Luego leyó en voz alta:
- A través de los tiempos se manifestó, aguardando ser liberado de sus cadenas. Y a pesar de la larga espera, su odio creció. Sueña con las bestias viviendo bajo su merced, solo con la muerte se paga la vida…- Natal pasó de una hoja a la otra- ’’… de este ser. Dos hermanos se enfrentaron y uno de ellos fue expulsado. Entre los mundos se encuentra la llave, en la espada divina y la otra dimensión está la clave. ’’
- Dos hermanos… - dijo Kay.
- La otra dimensión…- dijo Sony.
- Y abajo dice la fecha: Septiembre de 1549. Ese fue el año en el que nos enfrentamos a Hariet… y cuando ocurrió la disputa.
- ¿Disputa?
- Entre José Morgán y Juan Jimonte por la tenencia de la espada. 
- Juan… Jimonte- repitió Kay y recordó un sueño del año pasado.
- Fue otro elemental de antaño- le dijo Natal.
- Déjame adivinar: También es inmortal y ahora está más loco que una cabra.
- Todo lo contrario, Jimonte desapareció, creímos que el mago lo había expulsado. Si mi memoria no me falla: se esfumó el mismo año que figura en el pergamino… 1549. Lo dimos por muerto, nunca supimos nada de él.
- A mi me llama profundamente la atención cuando dice ‘’LA OTRA DIMENSIÓN’’ ¿A qué se refiere?- comentó Sony. 
Las luces de los helicópteros irrumpieron en la casa. Un hombre con un altavoz dijo:
- ¡Sabemos que están allí, podemos detectarlos! ¡SALGAN!
- Los militares… nos descubrieron- se paró Sony de un golpe.
Soldados armados bajaron por medio de finos hilos negros y cubrieron el perímetro. Ninguno avanzó, esperaron a los tanques y camiones (que traían más soldados).
- ¡RÍNDANSEN!- volvió a hablar el hombre a través del alta voz.
Natal ni se mosqueó, contemplaba el pergamino con suma atención, pudo distinguir unos dibujos sobre él. Siempre que algo le llamaba la atención, perdía la concentración y se centraba en eso, no era la primera vez que lo hacía.
- Aquí hay unas palabras escritas en imprenta… muy diminutas- dijo.
- ¡Vamos Natal! ¡No hay tiempo para eso! ¡Hay que huir!- le exclamó Kay.
El profesor ni se movió, parecía no haber oído e intentó leer las microscópicas palabras.
Los militares rodearon la casa abandonada con artillería pesada, sabían de lo que eran capaces sus enemigos, y… les temían, aunque les costaba creerlo.
- ¡NATAL!- gritaron los dos JEN furiosos con su compañero. Lo tomaron del brazo a la fuerza, pero algo ocurrió: Natal leyó la palabra en voz alta.
- Dice… APEN ZEN…   .
 Al rato ocurrió un intenso temblor.
- ¿Qué esta sucediendo?- preguntó Kay anonadado- ¡¡¡Natal!!! 

Y de repente el suelo se desmoronó lentamente (baldosa por baldosa), el polvo se sacudió, los cuadros y barrotes de las ventanas cayeron a un precipicio, el cual acababa de surgir en el centro de la casa. El ruido provocado resultó ser similar al de un torbellino, un fuerte viento soplaba agresivamente sobre sus cabezas, la temperatura aumentaba, un calor atroz….
Un inmenso agujero apareció y todos los objetos del lugar cayeron en él. Los helicópteros perdieron el control y colisionaron contra los edificios, los militares no tuvieron mayor remedio que retroceder y resguardarse.
Kay, Sony y Natal hicieron lo posible por mantenerse donde estaban, se sujetaron de lo que encontraron, pero la fuerza del agujero los absorbió finalmente. Dejaron atrás a esa casa abandonada, a los militares persiguiéndolos, los tanques y helicópteros, su barrio, su ciudad, su provincia, su país, su continente, su mundo y… su dimensión.


Al cabo de unos minutos, aparecieron mágicamente en una especie de selva, acababan de caer bruscamente desde el cielo. Para su suerte, el pasto húmedo les había amortiguado la caída, aunque perdieron la consciencia durante horas. En aquel lugar también era de noche, había árboles y plantas por todas partes. 

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