martes, 14 de marzo de 2017

La Extraña Luz: CAPÍTULO 2.





La Extraña Luz: CAPÍTULO 2.

Natal fue el primero en despertar, se sentó y acarició el pasto húmedo que lo había salvado, tan suave como un montón de plumas. Observó con suma atención el lugar donde se encontraba, había una gran variedad de vegetación: miles de plantas, plantas que nunca había visto en toda su vida. Yacían en un pequeño círculo rodeado de árboles (los cuales superaban enormemente a los de nuestro mundo); más adentrándose al bosque había una extraña estatua (a unos veinte metros) en forma de Águila. La figura del ave parecía estar tallada en piedra, su tamaño era de cinco metros y se encontraba sobre un pedestal de dos metros; el águila extendía las alas y llevaba la cabeza mirando hacia el frente y un laurel gigantesco en la espalda.

Sony fue el segundo en recuperar la conciencia, contempló estupefacto lo mismo que Natal.
- ¿Dónde estamos?- le preguntó a su compañero, frotándose la cabeza por la caída.
El profesor no respondió de inmediato, yacía absorto y examinaba las siluetas de los arbustos, el cielo oscuro y el silencio preponderante. Abrió la boca pero tardó unos segundos en pronunciar palabra.
- Creo que esta debe ser… la otra dimensión- luego guardó el pergamino en su bolsillo- En la espada divina y la otra dimensión está la clave…
- ¿Cómo es posible?- susurró Sony realizando una vista panorámica del sector y fijando su atención en la exótica estatua- Es extraño, pero muy hermoso. Me hace recordar a Sarmander. Nunca hubiera imaginado encontrarme con algo tan bello.  
- Sin duda este NO es nuestro mundo, observa la vegetación…- agregó Natal, cautivado y relajado después de todo el problema con los militares. Kay se levantó de repente, en cámara lenta- Mira como se desenvuelve el viento, todo es más ligero, los colores de las hojas de los árboles, la inmensa luna… 
Ya era demasiado tarde, Kay comenzó su transformación antes de que pudieran evitarlo. Sony y Natal reaccionaron tardíamente con sumo terror, la espada divina ya no estaba bajo su control por lo que significaba que no podría controlarlo.
El joven triplicó su tamaño corporal y su ropa se destrozó en ese mismo instante; se llenó de un cabello azul oscuro, erizado y abundante. Le surgieron garras en todos sus dedos y el rostro de Kay fue reemplazado por el de un feroz animal, un hombre lobo.

La bestia rugió con fuerza bajo la luz de la luna y fue a la cacería de sus dos compañeros sin ninguna posibilidad de discurrir. Sony y Natal retrocedieron lentamente.
- Vamos Kay, tú sabes quienes somos. No nos hagas daño- le decía Sony inútilmente como hace dos años.
Pero el hombre lobo estaba muy lejos de poder razonar y de no responder a su instinto asesino, más bien, a su apetito.
- ¡¿Qué esperas, Sony?! TRANSFÓRMATE- le ordenó Natal mientras separaba los brazos como si estuviera andando en una patineta. 
Sony dejó de retroceder e intentó mutar, pero fue sorprendido por el hombre lobo que lo empujó contra el tronco de un árbol, se deslizó por la corteza hasta caer al suelo herido. Natal se tropezó por un mal movimiento y también cayó, se arrastró lo más que pudo para alejarse del lobo, pero la bestia ya iba en camino. Ahora fue Sony quien sorprendió al lobo, le lanzó una cortina de lava para que no dañara a su mentor, pero el hombre lobo poseía habilidades extraordinarias, saltó casi veinte metros sobre el suelo, yendo de árbol en árbol, y volvió con Sony finalmente. Lo atacó con sus garras, Sony escapó del ataque justo a tiempo, pero su espalda fue dañada. La lava se solidificó y cayó sobre el césped sin dañarlo. Natal intentó detenerlo, manipulando el aire de aquella área a su gusto, esto le impidió avanzar al lobo y a Sony. Era lo mínimo que podía hacer, ya que utilizar todo su poder significaría matar a Kay, algo que no quería. La bestia se resistió y caminó a pasos forzados para comerse a Sony; Natal hizo lo más que pudo para impedirlo, pero ya era tarde.
El lobo estaba a solo unos pocos metros de Sony, quien estaba herido sobre el suelo, sin poder moverse por la habilidad de Natal. Natal abandonó lo que estaba haciendo, dándole la oportunidad a Sony de escapar.


Por desgracia, el hombre lobo se abalanzó sobre su amigo para darle el golpe final, y en ese momento, algo ocurrió… un increíble destello de luz surgió de la estatua en forma de águila (más tarde los elementales jurarían haberla visto cobrar vida), un individuo parecía surgir de ella, rodeado por la silueta de un ave. La luz brilló con tanta intensidad, que Kay volvió a la normalidad (con las ropas destruidas) y se desmayó en el suelo, además, las nubes cubrieron el cielo y la luna. Sony y Natal perdieron la consciencia nuevamente, el destello desapareció y la estatua… también.    

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