La Extraña Luz: CAPÍTULO 2.
Natal fue el
primero en despertar, se sentó y acarició el pasto húmedo que lo había
salvado, tan suave como un montón de plumas. Observó con suma atención el lugar
donde se encontraba, había una gran variedad de vegetación: miles de plantas,
plantas que nunca había visto en toda su vida. Yacían en un pequeño círculo
rodeado de árboles (los cuales superaban enormemente a los de nuestro mundo);
más adentrándose al bosque había una extraña estatua (a unos veinte metros) en forma de Águila. La figura del ave parecía estar
tallada en piedra, su tamaño era de cinco metros y se encontraba sobre un
pedestal de dos metros; el águila extendía las alas y llevaba la cabeza mirando
hacia el frente y un laurel gigantesco en la espalda.
Sony fue el
segundo en recuperar la conciencia, contempló estupefacto lo mismo que Natal.
- ¿Dónde estamos?-
le preguntó a su compañero, frotándose la cabeza por la caída.
El profesor no
respondió de inmediato, yacía absorto y examinaba las siluetas de los arbustos,
el cielo oscuro y el silencio preponderante. Abrió la boca pero tardó unos
segundos en pronunciar palabra.
- Creo que esta
debe ser… la otra dimensión- luego guardó el pergamino en su bolsillo- En la
espada divina y la otra dimensión está la clave…
- ¿Cómo es
posible?- susurró Sony realizando una vista panorámica del sector y fijando su
atención en la exótica estatua- Es extraño, pero muy hermoso. Me hace recordar
a Sarmander. Nunca hubiera imaginado encontrarme con algo tan bello.
- Sin duda este NO
es nuestro mundo, observa la vegetación…- agregó Natal, cautivado y relajado
después de todo el problema con los militares. Kay se levantó de repente, en
cámara lenta- Mira como se desenvuelve el viento, todo es más ligero, los
colores de las hojas de los árboles, la inmensa luna…
Ya era demasiado
tarde, Kay comenzó su transformación antes de que pudieran evitarlo. Sony y
Natal reaccionaron tardíamente con sumo terror, la espada divina ya no estaba
bajo su control por lo que significaba que no podría controlarlo.
El joven triplicó su tamaño corporal y su ropa
se destrozó en ese mismo instante; se llenó de un cabello azul oscuro, erizado
y abundante. Le surgieron garras en todos sus dedos y el rostro de Kay fue
reemplazado por el de un feroz animal, un hombre lobo.
La bestia rugió
con fuerza bajo la luz de la luna y fue a la cacería de sus dos compañeros sin
ninguna posibilidad de discurrir. Sony y Natal retrocedieron lentamente.
- Vamos Kay, tú
sabes quienes somos. No nos hagas daño- le decía Sony inútilmente como hace dos
años.
Pero el hombre
lobo estaba muy lejos de poder razonar y de no responder a su instinto asesino,
más bien, a su apetito.
- ¡¿Qué esperas,
Sony?! TRANSFÓRMATE- le ordenó Natal mientras separaba los brazos como si
estuviera andando en una patineta.
Sony dejó de
retroceder e intentó mutar, pero fue sorprendido por el hombre lobo que lo
empujó contra el tronco de un árbol, se deslizó por la corteza hasta caer al
suelo herido. Natal se tropezó por un mal movimiento y también cayó, se
arrastró lo más que pudo para alejarse del lobo, pero la bestia ya iba en
camino. Ahora fue Sony quien sorprendió al lobo, le lanzó una cortina de lava para
que no dañara a su mentor, pero el hombre lobo poseía habilidades extraordinarias,
saltó casi veinte metros sobre el suelo, yendo de árbol en árbol, y volvió con
Sony finalmente. Lo atacó con sus garras, Sony escapó del ataque justo a
tiempo, pero su espalda fue dañada. La lava se solidificó y cayó sobre el
césped sin dañarlo. Natal intentó detenerlo, manipulando el aire de aquella
área a su gusto, esto le impidió avanzar al lobo y a Sony. Era lo mínimo que
podía hacer, ya que utilizar todo su poder significaría matar a Kay, algo que
no quería. La bestia se resistió y caminó a pasos forzados para comerse a Sony;
Natal hizo lo más que pudo para impedirlo, pero ya era tarde.
El lobo estaba a
solo unos pocos metros de Sony, quien estaba herido sobre el suelo, sin poder
moverse por la habilidad de Natal. Natal abandonó lo que estaba haciendo, dándole
la oportunidad a Sony de escapar.
Por desgracia, el
hombre lobo se abalanzó sobre su amigo para darle el golpe final, y en ese
momento, algo ocurrió… un increíble destello de luz surgió de la estatua
en forma de águila (más tarde los
elementales jurarían haberla visto cobrar vida), un individuo parecía surgir de ella, rodeado por la silueta de un
ave. La luz brilló con tanta intensidad, que Kay volvió a la normalidad (con
las ropas destruidas) y se desmayó en el suelo, además, las nubes cubrieron el
cielo y la luna. Sony y Natal perdieron la consciencia nuevamente, el
destello desapareció y la estatua… también.
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