martes, 23 de agosto de 2016

En Memoria de una Heroína: CAPÍTULO 2.



En Memoria de una Heroína: CAPÍTULO 2.

‘’HA VUELTO’’ fue el título principal de todos los diarios, de todos los medios de comunicación imaginables. La prensa, los poderes políticos y las mismísimas bestias alborotaron todo el país en cuestión de minutos. Manifestaciones repentinas surgieron por parte de la ‘’otra especie’’. La noticia había transcurrido en un sector alejado de la capital, lugar donde solo habitaban… olvidados; aún así, el sistema amarillista popular (el cual seguía siendo igual de errado como en épocas pasadas) promovió y manipuló la información a su antojo, lo que solo generó más miedo y desconfianza. A su vez, algunas empresas aprovecharon y lanzaron nuevas campañas publicitarias para la venta de distintos artefactos hogareños que aseguraran la seguridad familiar y personal. 
Aquella primicia significó un importante deterioro de la credibilidad hacia los políticos, que aseguraban proteger a sus ciudadanos de asesinos de alto rango, como en el caso de Van Robin Hed.
La situación fue más allá cuando el Rey Patricio les otorgó nuevos poderes a las fuerzas armadas, con el objetivo de intervenir y proteger la seguridad pública.

- ¿Qué sentido tiene cavar una tumba y enterrar un ataúd sin que haya un cuerpo en él?- preguntó Sony a Kay, con los ojos achinados. El sol brillaba con fuerza, sin nubes que interrumpieran su luz, se situaba por encima de cada una de las grises y tristes lápidas del cementerio. Sony tenía un ramo de flores en las manos- Aunque no estés aquí- dejó las orquídeas sobre la tumba y la leyó una vez más: Jessica Carmanguer, 2206 a 2225.
- ¿Cuánto tiempo habrá pasado? Siento como si todo hubiera sido ayer…- habló Kay y se acarició la barbilla- Y no, ninguna señal de barba- Enseguida volteó y se dirigió al puesto de diarios más cercano. Compró el de aquel día y regresó con Sony- 24 de marzo del 2226, ¡sí que pasó el tiempo!
Sony ojeó el diario que acababa de comprar su amigo.
- Solo pasaron algunas horas y ya todo el país sabe de tu regreso- dijo, pasó por alto el ‘’Ha vuelto’’ y continuó con la lectura- Aquí dice… ‘’Van Robin Hed, ausente desde el siniestro en la ex empresa R.E.C.O, regresó y planteó la semilla de terror al otro lado de la ciudad; diez cadáveres fueron encontrados, inusualmente mutilados por fragmentos de hielo. A este acto de inhumanidad, las autoridades han jurado (públicamente) castigar severamente. Los pocos sobrevivientes aseguran también, que estaba acompañado. ’’
- Otra vez… el hielo. Los callaron antes de que los atraparan. Pero… ¿Quién?        
- Lo mejor será que regresemos a Sarmander. No es conveniente que nos vean vestidos así a plena luz del día. Ahora estas involucrado en todo esto… 
- ¿Y Natal?- preguntó Sony.  
- Más tarde, tenemos que proseguir con la investigación.
- Pero… tal vez sepa de quien se trata.
- Si Dimitrion nos estaba distrayendo con todo lo que hizo, significa que nos tomaron los pelos desde el principio. Mientras involucremos a menos personas, mejor. Por ahora, solo somos nosotros dos.  
- Habrá que esperar a la noche, de día solo soy una piedra.
- ¿Y mientras?
- No lo sé…
Con el objetivo de hacer tiempo, visitaron sus respectivos hogares para buscar nueva ropa y comida, pero ninguno de ellos pudo entrar. Las llaves no las tenían y en algún momento de la batalla con Dimitrion, probablemente se hubieran desvanecido. Acordaron el anochecer para reencontrarse, aunque se juntaron un poco antes y regresaron a la isla flotante (mediante una criatura voladora…).

Allá lejos, en el interior de la fauna de Sarmander, un hombre cocinaba unas salchichas sobre una fogata y armaba una tienda para pasar la noche.
- Imaginé que tendrían hambre y que les costaría despegarse de esta isla- dijo.
Sony (en su estado natural) y Kay se quedaron anonadados.
- Tarde- rió el elemental de la lava.
- Tarde para vosotros. De todos modos… venir temprano no es mi ocio.
- Ya lo sabemos- habló el elemental del fuego.    
Natal se puso de pie y se les acercó.
- Ni un cambio en sus caras, como si el tiempo ni los hubiera afectado, bueno… solo fueron tres meses- suspiró y sonrió- Que gusto verlos.
Aunque para ellos había sucedido todo en un instante, sus jóvenes corazones sintieron la ausencia de su mentor; Kay quiso darle un abrazo, pero no se animó. Estiró el brazo para darle un apretón de manos, Natal comprendió y estrechó la suya. Tras una breve y emotiva pausa, Natal notó el diario en las manos de Kay, se lo arrebató bruscamente y leyó la noticia.
- ¿¡Qué significa esto!?
Sony y Kay tragaron saliva.
- ¡¿Por qué figuran en el diario?!
Kay suspiró y habló.
- Es largo de explicar, será mejor que nos sentemos.
Natal hizo una mueca, pero accedió y les dio de comer. Alrededor de la fogata, con la noche viniéndose encima, repleta de estrellas y sin luna llena, los elementales se dispusieron a cenar y conversar.
- Primero, ¿Qué fue lo que pasó en todo este tiempo?- preguntó Sony.
- Crisis por el agua, políticos idiotas y las mismas pendejadas de siempre- respondió Natal de mala gana- También hubo asesinatos… muchos asesinatos últimamente.
- La Cruz…- dijo Kay.
- ¿La Cruz?
- Una secta de la otra especie que sirve a un tal M.M.  
- ¿M.M?
- Hace tres días, las rocas se hicieron añicos y despertamos, tardamos en comprender lo que había pasado- Kay sacó un viejo pedazo de papel en el interior del bolsillo de su pantalón- Y esto… encontramos el primer día. Tras la explosión, algunos agujeros de tierra surgieron y en uno de ellos, yacía este pergamino.  
- ¿Cómo? No tiene sentido…
- Eso no importa ahora, léelo.
Natal lo tomó.
- Al día siguiente, fuimos a buscar respuestas y nos enteramos que Dimitrion había muerto. El plan no salió tan mal después de todo…
Natal, con los ojos abiertos como platos, leyó en voz alta.
- A través de los tiempos se manifestó, aguardando ser liberado de sus cadenas. Y a pesar de la larga espera, su odio creció.
Sueña con las bestias viviendo bajo su merced, solo con la muerte se paga la vida…- Natal pausó- Está roto e incompleto, como si lo hubieran arrancado.
- Lo sabemos. Ahora… observa el extremo inferior a la derecha- señaló Sony- ¿Qué dice?
- Dice las iniciales: ‘’M.M’’- Natal apretó los dientes y frunció el ceño.
- Lo interpretamos de una única manera: Fuimos conscientes de que los únicos que pueden revivir a los Narsogs son los sirvientes de Dimitrion, así que comenzamos con la búsqueda de aquellos que escaparon de la Isla durante el enfrentamiento- le dijo Kay, rascándose la cabeza- Para tener respuestas y bueno… someterlos ante la justicia. Pero, las cosas resultaron un tanto diferentes…  
- ¿Diferentes?
- Uno de sus viejos servidores dijo que Dimitrion era solo un peón, que La Cruz solo tenía un líder, su fundador… y antes de decir más, un pedazo de hielo lo atravesó de lado a lado- le explicó Kay- Buscamos a su asesino, pero apenas logramos sobrevivir del ataque de sus compañeros y le perdimos el rastro.
- ¿Un pedazo de hielo?- preguntó Natal anonadado.  
- Hay más. Justo antes de caer, mencionó a la espada de los dioses…
- ¡¿La espada de los dioses?!- repitió Natal, parecía que iba a estallar de los nervios- ¿Están seguros de todo esto?
- Seguros- retomó Sony, preocupado por los gestos de su mentor- ¿Puedes decirnos quien es M.M?
- No tengo idea de quien se trata. Pero la espada… puede que nos dé una pista. Si lo que dicen es cierto, las cosas están graves, MUY graves.
Natal levantó las rodillas rápidamente y antes de marcharse les dijo:
- Volveré pronto, lo prometo.

Kay miró a su amigo inmediatamente, con una gran seriedad, acababan de despertar y ya se encontraban con nuevos problemas. Se acostaron en el césped, examinaron las infinitas estrellas y se relajaron con los sonidos que únicamente Sarmander podía brindarles.  

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